Niños tsáchilas aprenden a conservar sus costumbres

IDENTIDAD. Los pequeños quieren adoptar y hacer respetar las costumbres de su nacionalidad.
IDENTIDAD. Los pequeños quieren adoptar y hacer respetar las costumbres de su nacionalidad.
IDENTIDAD. Los pequeños quieren adoptar y hacer respetar las costumbres de su nacionalidad.
IDENTIDAD. Los pequeños quieren adoptar y hacer respetar las costumbres de su nacionalidad.
IDENTIDAD. Los pequeños quieren adoptar y hacer respetar las costumbres de su nacionalidad.
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IDENTIDAD. Los pequeños quieren adoptar y hacer respetar las costumbres de su nacionalidad.
IDENTIDAD. Los pequeños quieren adoptar y hacer respetar las costumbres de su nacionalidad.

Redacciòn SANTO DOMINGO

Con apenas 10 años, Yoshua Gende Calazacón es uno de los pocos niños que se ha propuesto conocer y practicar las principales costumbres de la nacionalidad Tsáchila, grupo étnico en el que ha crecido y al que profesa respeto por ser uno más de sus integrantes.

Hablar de sus orígenes es sinónimo de felicidad para él; con una sonrisa en su rostro, cuenta que su padre, Miguel Gende, le enseñó a pintarse el cabello con achiote: “Es nuestro principal identificativo, lo hago desde que tengo 5 años y lo continuaré haciendo siempre, porque estoy orgulloso de ser tsáchila”.

Yoshua es consciente de que la mayoría de niños, jóvenes e incluso algunos adultos han adoptado modas de la población mestiza, pero también sabe que un gran número está comprometido en rescatar todas las tradiciones de la etnia. “Esto es sagrado para nosotros, este es el mensaje que recibimos en nuestros hogares y escuelas. Sería bonito que todos volvamos a vestir con nuestros atuendos”, dice.

Vestimenta
Carlos Aguavil tiene 12 años de edad y diariamente usa la vestimenta tradicional; incluso se coloca el mishily (algodón) sobre su cabellera teñida de achiote. Confiesa que antes no lo hacía, pero últimamente sus padres le han inculcado el respeto por estos colores: “Todos nos dicen que somos la imagen de la provincia y por eso debemos estar correctamente presentados”, comenta.

En la comuna Chigüilpe habita Denis Calazacón, de 11 años, que diariamente luce las vestimentas de su nacionalidad, sobre todo para acudir a las jornadas académicas: “La chumbillina (falda) de la mujer es muy colorida, nuestros antepasados la identificaban con el arcoíris”, cuenta.

La indumentaria se completa con varios accesorios; todos con importante significado dentro de esta etnia. En los varones, los más tradicionales son el chumpy (bufanda), el panun (lienzo de colores), la manpe sampa (falda tejida con hilo banco y azul) y el sendori (cinta roja que se coloca en la cintura).

Idioma
El tsafiki es lo más complejo de aprender para los niños de esta nacionalidad, pues la mayoría se ha criado escuchando y hablando español. Sin embargo, varios dirigentes y padres se han comprometido a recuperar la lengua nativa y establecerla como el principal modo de comunicación.

“Se me hace difícil, pero de a poco voy aprendiendo. Sería bueno que todos entendamos nuestro idioma”, expresa Yoshua Gende.

La máxima dirigente de la etnia, Diana Aguavil, indica que se están impulsando proyectos en las siete comunidades tsáchilas para rescatar las costumbres autóctonas.

El objetivo principal es vincular a la niñez. Por ello, se está gestionando que las clases en las escuelas interculturales sean dictadas por un profesor tsáchila y en tsafiki: “Es nuestra tradición y debemos rescatarla”, dice.

Redacciòn SANTO DOMINGO

Con apenas 10 años, Yoshua Gende Calazacón es uno de los pocos niños que se ha propuesto conocer y practicar las principales costumbres de la nacionalidad Tsáchila, grupo étnico en el que ha crecido y al que profesa respeto por ser uno más de sus integrantes.

Hablar de sus orígenes es sinónimo de felicidad para él; con una sonrisa en su rostro, cuenta que su padre, Miguel Gende, le enseñó a pintarse el cabello con achiote: “Es nuestro principal identificativo, lo hago desde que tengo 5 años y lo continuaré haciendo siempre, porque estoy orgulloso de ser tsáchila”.

Yoshua es consciente de que la mayoría de niños, jóvenes e incluso algunos adultos han adoptado modas de la población mestiza, pero también sabe que un gran número está comprometido en rescatar todas las tradiciones de la etnia. “Esto es sagrado para nosotros, este es el mensaje que recibimos en nuestros hogares y escuelas. Sería bonito que todos volvamos a vestir con nuestros atuendos”, dice.

Vestimenta
Carlos Aguavil tiene 12 años de edad y diariamente usa la vestimenta tradicional; incluso se coloca el mishily (algodón) sobre su cabellera teñida de achiote. Confiesa que antes no lo hacía, pero últimamente sus padres le han inculcado el respeto por estos colores: “Todos nos dicen que somos la imagen de la provincia y por eso debemos estar correctamente presentados”, comenta.

En la comuna Chigüilpe habita Denis Calazacón, de 11 años, que diariamente luce las vestimentas de su nacionalidad, sobre todo para acudir a las jornadas académicas: “La chumbillina (falda) de la mujer es muy colorida, nuestros antepasados la identificaban con el arcoíris”, cuenta.

La indumentaria se completa con varios accesorios; todos con importante significado dentro de esta etnia. En los varones, los más tradicionales son el chumpy (bufanda), el panun (lienzo de colores), la manpe sampa (falda tejida con hilo banco y azul) y el sendori (cinta roja que se coloca en la cintura).

Idioma
El tsafiki es lo más complejo de aprender para los niños de esta nacionalidad, pues la mayoría se ha criado escuchando y hablando español. Sin embargo, varios dirigentes y padres se han comprometido a recuperar la lengua nativa y establecerla como el principal modo de comunicación.

“Se me hace difícil, pero de a poco voy aprendiendo. Sería bueno que todos entendamos nuestro idioma”, expresa Yoshua Gende.

La máxima dirigente de la etnia, Diana Aguavil, indica que se están impulsando proyectos en las siete comunidades tsáchilas para rescatar las costumbres autóctonas.

El objetivo principal es vincular a la niñez. Por ello, se está gestionando que las clases en las escuelas interculturales sean dictadas por un profesor tsáchila y en tsafiki: “Es nuestra tradición y debemos rescatarla”, dice.

Redacciòn SANTO DOMINGO

Con apenas 10 años, Yoshua Gende Calazacón es uno de los pocos niños que se ha propuesto conocer y practicar las principales costumbres de la nacionalidad Tsáchila, grupo étnico en el que ha crecido y al que profesa respeto por ser uno más de sus integrantes.

Hablar de sus orígenes es sinónimo de felicidad para él; con una sonrisa en su rostro, cuenta que su padre, Miguel Gende, le enseñó a pintarse el cabello con achiote: “Es nuestro principal identificativo, lo hago desde que tengo 5 años y lo continuaré haciendo siempre, porque estoy orgulloso de ser tsáchila”.

Yoshua es consciente de que la mayoría de niños, jóvenes e incluso algunos adultos han adoptado modas de la población mestiza, pero también sabe que un gran número está comprometido en rescatar todas las tradiciones de la etnia. “Esto es sagrado para nosotros, este es el mensaje que recibimos en nuestros hogares y escuelas. Sería bonito que todos volvamos a vestir con nuestros atuendos”, dice.

Vestimenta
Carlos Aguavil tiene 12 años de edad y diariamente usa la vestimenta tradicional; incluso se coloca el mishily (algodón) sobre su cabellera teñida de achiote. Confiesa que antes no lo hacía, pero últimamente sus padres le han inculcado el respeto por estos colores: “Todos nos dicen que somos la imagen de la provincia y por eso debemos estar correctamente presentados”, comenta.

En la comuna Chigüilpe habita Denis Calazacón, de 11 años, que diariamente luce las vestimentas de su nacionalidad, sobre todo para acudir a las jornadas académicas: “La chumbillina (falda) de la mujer es muy colorida, nuestros antepasados la identificaban con el arcoíris”, cuenta.

La indumentaria se completa con varios accesorios; todos con importante significado dentro de esta etnia. En los varones, los más tradicionales son el chumpy (bufanda), el panun (lienzo de colores), la manpe sampa (falda tejida con hilo banco y azul) y el sendori (cinta roja que se coloca en la cintura).

Idioma
El tsafiki es lo más complejo de aprender para los niños de esta nacionalidad, pues la mayoría se ha criado escuchando y hablando español. Sin embargo, varios dirigentes y padres se han comprometido a recuperar la lengua nativa y establecerla como el principal modo de comunicación.

“Se me hace difícil, pero de a poco voy aprendiendo. Sería bueno que todos entendamos nuestro idioma”, expresa Yoshua Gende.

La máxima dirigente de la etnia, Diana Aguavil, indica que se están impulsando proyectos en las siete comunidades tsáchilas para rescatar las costumbres autóctonas.

El objetivo principal es vincular a la niñez. Por ello, se está gestionando que las clases en las escuelas interculturales sean dictadas por un profesor tsáchila y en tsafiki: “Es nuestra tradición y debemos rescatarla”, dice.

Redacciòn SANTO DOMINGO

Con apenas 10 años, Yoshua Gende Calazacón es uno de los pocos niños que se ha propuesto conocer y practicar las principales costumbres de la nacionalidad Tsáchila, grupo étnico en el que ha crecido y al que profesa respeto por ser uno más de sus integrantes.

Hablar de sus orígenes es sinónimo de felicidad para él; con una sonrisa en su rostro, cuenta que su padre, Miguel Gende, le enseñó a pintarse el cabello con achiote: “Es nuestro principal identificativo, lo hago desde que tengo 5 años y lo continuaré haciendo siempre, porque estoy orgulloso de ser tsáchila”.

Yoshua es consciente de que la mayoría de niños, jóvenes e incluso algunos adultos han adoptado modas de la población mestiza, pero también sabe que un gran número está comprometido en rescatar todas las tradiciones de la etnia. “Esto es sagrado para nosotros, este es el mensaje que recibimos en nuestros hogares y escuelas. Sería bonito que todos volvamos a vestir con nuestros atuendos”, dice.

Vestimenta
Carlos Aguavil tiene 12 años de edad y diariamente usa la vestimenta tradicional; incluso se coloca el mishily (algodón) sobre su cabellera teñida de achiote. Confiesa que antes no lo hacía, pero últimamente sus padres le han inculcado el respeto por estos colores: “Todos nos dicen que somos la imagen de la provincia y por eso debemos estar correctamente presentados”, comenta.

En la comuna Chigüilpe habita Denis Calazacón, de 11 años, que diariamente luce las vestimentas de su nacionalidad, sobre todo para acudir a las jornadas académicas: “La chumbillina (falda) de la mujer es muy colorida, nuestros antepasados la identificaban con el arcoíris”, cuenta.

La indumentaria se completa con varios accesorios; todos con importante significado dentro de esta etnia. En los varones, los más tradicionales son el chumpy (bufanda), el panun (lienzo de colores), la manpe sampa (falda tejida con hilo banco y azul) y el sendori (cinta roja que se coloca en la cintura).

Idioma
El tsafiki es lo más complejo de aprender para los niños de esta nacionalidad, pues la mayoría se ha criado escuchando y hablando español. Sin embargo, varios dirigentes y padres se han comprometido a recuperar la lengua nativa y establecerla como el principal modo de comunicación.

“Se me hace difícil, pero de a poco voy aprendiendo. Sería bueno que todos entendamos nuestro idioma”, expresa Yoshua Gende.

La máxima dirigente de la etnia, Diana Aguavil, indica que se están impulsando proyectos en las siete comunidades tsáchilas para rescatar las costumbres autóctonas.

El objetivo principal es vincular a la niñez. Por ello, se está gestionando que las clases en las escuelas interculturales sean dictadas por un profesor tsáchila y en tsafiki: “Es nuestra tradición y debemos rescatarla”, dice.

IDENTIDAD. Los pequeños quieren adoptar y hacer respetar las costumbres de su nacionalidad.
IDENTIDAD. Los pequeños quieren adoptar y hacer respetar las costumbres de su nacionalidad.
IDENTIDAD. Los pequeños quieren adoptar y hacer respetar las costumbres de su nacionalidad.
IDENTIDAD. Los pequeños quieren adoptar y hacer respetar las costumbres de su nacionalidad.
IDENTIDAD. Los pequeños quieren adoptar y hacer respetar las costumbres de su nacionalidad.
IDENTIDAD. Los pequeños quieren adoptar y hacer respetar las costumbres de su nacionalidad.
IDENTIDAD. Los pequeños quieren adoptar y hacer respetar las costumbres de su nacionalidad.
IDENTIDAD. Los pequeños quieren adoptar y hacer respetar las costumbres de su nacionalidad.

NIÑO:

MISHILY: Corona de algodón

MU: Achiote, lo usan para colorear su cabellera. Significa vida y fortaleza.

MALI: Líneas dibujadas en el rostro, brazos y piernas. Protegen de las malas energías.

CHUMPY: Bufanda.

MANPE SAMPA: Falda rayada azul y blanco. Representa los colores de la serpiente X.

NIÑA

SHUYUN: Arco iris, la diadema representa sus colores como tributo a la naturaleza.

CHUMBILLINA: Falda rayada con los colores del arco iris.

NIÑO:

MISHILY: Corona de algodón

MU: Achiote, lo usan para colorear su cabellera. Significa vida y fortaleza.

MALI: Líneas dibujadas en el rostro, brazos y piernas. Protegen de las malas energías.

CHUMPY: Bufanda.

MANPE SAMPA: Falda rayada azul y blanco. Representa los colores de la serpiente X.

NIÑA

SHUYUN: Arco iris, la diadema representa sus colores como tributo a la naturaleza.

CHUMBILLINA: Falda rayada con los colores del arco iris.

NIÑO:

MISHILY: Corona de algodón

MU: Achiote, lo usan para colorear su cabellera. Significa vida y fortaleza.

MALI: Líneas dibujadas en el rostro, brazos y piernas. Protegen de las malas energías.

CHUMPY: Bufanda.

MANPE SAMPA: Falda rayada azul y blanco. Representa los colores de la serpiente X.

NIÑA

SHUYUN: Arco iris, la diadema representa sus colores como tributo a la naturaleza.

CHUMBILLINA: Falda rayada con los colores del arco iris.

NIÑO:

MISHILY: Corona de algodón

MU: Achiote, lo usan para colorear su cabellera. Significa vida y fortaleza.

MALI: Líneas dibujadas en el rostro, brazos y piernas. Protegen de las malas energías.

CHUMPY: Bufanda.

MANPE SAMPA: Falda rayada azul y blanco. Representa los colores de la serpiente X.

NIÑA

SHUYUN: Arco iris, la diadema representa sus colores como tributo a la naturaleza.

CHUMBILLINA: Falda rayada con los colores del arco iris.