Andrea Cóndor lanza su primer álbum como solista: ‘La espera’

CONCEPTO. Con una larga investigación, Cóndor quiso emular las versiones originales de los temas.
CONCEPTO. Con una larga investigación, Cóndor quiso emular las versiones originales de los temas.
CONCEPTO. Con una larga investigación, Cóndor quiso emular las versiones originales de los temas.
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CONCEPTO. Con una larga investigación, Cóndor quiso emular las versiones originales de los temas.
CONCEPTO. Con una larga investigación, Cóndor quiso emular las versiones originales de los temas.
CONCEPTO. Con una larga investigación, Cóndor quiso emular las versiones originales de los temas.

‘La espera’ fue el gran obstáculo y el mejor maestro para Andrea Cóndor. Luego de casi 20 años en el canto, lanzará su primer álbum como solista el miércoles, con un concierto de presentación en el Teatro Variedades.

El tiempo le reveló tarde su talento innato: a los 19 años, a la mitad de su carrera en Leyes, una casualidad la llevó a descubrir que su destino estaba en aquello que siempre se resistió a hacer: seguir los pasos de su padre, el gran compositor Segundo Cóndor.

“A pesar de haber crecido rodeada de música, yo prefería otras ramas del arte”, comenta. La danza folklórica y las artes plásticas tuvieron un mayor atractivo durante su adolescencia, a pesar de que su padre intentaba empujarla hacia la educación musical: “Recibí mil clases de guitarra, de solfeo. Luego él perdió la esperanza de que yo me dedicara a eso”.

Afortunadamente, el instrumento que la llevaría a amar la música estaba en pleno despertar el día en que acompañó a una amiga a una audición para el coro de la Universidad Central. El maestro la obligó a audicionar y, sin esperárselo, fue admitida. “Comencé a descubrir esta parte de mí que nunca había explorado –recuerda-. Me encantó cantar en grupo, crear juntos una sonoridad, y me quedé”.

‘La espera’ fue el gran obstáculo y el mejor maestro para Andrea Cóndor. Luego de casi 20 años en el canto, lanzará su primer álbum como solista el miércoles, con un concierto de presentación en el Teatro Variedades.

El tiempo le reveló tarde su talento innato: a los 19 años, a la mitad de su carrera en Leyes, una casualidad la llevó a descubrir que su destino estaba en aquello que siempre se resistió a hacer: seguir los pasos de su padre, el gran compositor Segundo Cóndor.

“A pesar de haber crecido rodeada de música, yo prefería otras ramas del arte”, comenta. La danza folklórica y las artes plásticas tuvieron un mayor atractivo durante su adolescencia, a pesar de que su padre intentaba empujarla hacia la educación musical: “Recibí mil clases de guitarra, de solfeo. Luego él perdió la esperanza de que yo me dedicara a eso”.

Afortunadamente, el instrumento que la llevaría a amar la música estaba en pleno despertar el día en que acompañó a una amiga a una audición para el coro de la Universidad Central. El maestro la obligó a audicionar y, sin esperárselo, fue admitida. “Comencé a descubrir esta parte de mí que nunca había explorado –recuerda-. Me encantó cantar en grupo, crear juntos una sonoridad, y me quedé”.

‘La espera’ fue el gran obstáculo y el mejor maestro para Andrea Cóndor. Luego de casi 20 años en el canto, lanzará su primer álbum como solista el miércoles, con un concierto de presentación en el Teatro Variedades.

El tiempo le reveló tarde su talento innato: a los 19 años, a la mitad de su carrera en Leyes, una casualidad la llevó a descubrir que su destino estaba en aquello que siempre se resistió a hacer: seguir los pasos de su padre, el gran compositor Segundo Cóndor.

“A pesar de haber crecido rodeada de música, yo prefería otras ramas del arte”, comenta. La danza folklórica y las artes plásticas tuvieron un mayor atractivo durante su adolescencia, a pesar de que su padre intentaba empujarla hacia la educación musical: “Recibí mil clases de guitarra, de solfeo. Luego él perdió la esperanza de que yo me dedicara a eso”.

Afortunadamente, el instrumento que la llevaría a amar la música estaba en pleno despertar el día en que acompañó a una amiga a una audición para el coro de la Universidad Central. El maestro la obligó a audicionar y, sin esperárselo, fue admitida. “Comencé a descubrir esta parte de mí que nunca había explorado –recuerda-. Me encantó cantar en grupo, crear juntos una sonoridad, y me quedé”.

‘La espera’ fue el gran obstáculo y el mejor maestro para Andrea Cóndor. Luego de casi 20 años en el canto, lanzará su primer álbum como solista el miércoles, con un concierto de presentación en el Teatro Variedades.

El tiempo le reveló tarde su talento innato: a los 19 años, a la mitad de su carrera en Leyes, una casualidad la llevó a descubrir que su destino estaba en aquello que siempre se resistió a hacer: seguir los pasos de su padre, el gran compositor Segundo Cóndor.

“A pesar de haber crecido rodeada de música, yo prefería otras ramas del arte”, comenta. La danza folklórica y las artes plásticas tuvieron un mayor atractivo durante su adolescencia, a pesar de que su padre intentaba empujarla hacia la educación musical: “Recibí mil clases de guitarra, de solfeo. Luego él perdió la esperanza de que yo me dedicara a eso”.

Afortunadamente, el instrumento que la llevaría a amar la música estaba en pleno despertar el día en que acompañó a una amiga a una audición para el coro de la Universidad Central. El maestro la obligó a audicionar y, sin esperárselo, fue admitida. “Comencé a descubrir esta parte de mí que nunca había explorado –recuerda-. Me encantó cantar en grupo, crear juntos una sonoridad, y me quedé”.

DISCO. Reúne pasillo, protesta, fox-incaico, merengue venezolano y otros ritmos.
DISCO. Reúne pasillo, protesta, fox-incaico, merengue venezolano y otros ritmos.
DISCO. Reúne pasillo, protesta, fox-incaico, merengue venezolano y otros ritmos.
DISCO. Reúne pasillo, protesta, fox-incaico, merengue venezolano y otros ritmos.
DISCO. Reúne pasillo, protesta, fox-incaico, merengue venezolano y otros ritmos.
DISCO. Reúne pasillo, protesta, fox-incaico, merengue venezolano y otros ritmos.
DISCO. Reúne pasillo, protesta, fox-incaico, merengue venezolano y otros ritmos.
DISCO. Reúne pasillo, protesta, fox-incaico, merengue venezolano y otros ritmos.

La protagonista
La carrera musical de Cóndor arrancó de forma vertiginosa. Con el apoyo de sus padres, dejó el Derecho e ingresó al Conservatorio Nacional, donde, debido a su peculiar tono de voz (mezzosoprano), empezaron a lloverle propuestas para unirse a la ópera.

“Mi primera vinculación con el canto académico no fue muy buena; no encontraba mucho sentido al canto lírico, nunca hubiera pensado llegar a hacerlo”. Sujeta a la idea de “no ser muy visible” en el escenario, Cóndor prefirió continuar en el canto coral: “Me sentía protegida, no era yo sola expuesta ante el público”.

EL DATO
El concierto será a las 19:30. La entrada cuesta siete dólares. Desde 2001 inició su descubrimiento personal de “cómo hacer del canto una profesión”. En 2005 se vinculó con el Coro Mixto Ciudad de Quito, que la llevó de nuevo a enfrentarse con la ópera:

“Entonces, empecé a entender que se trataba de escenas de historias. Como me encantaban el teatro y la danza, me comenzó a gustar. Los maestros se fijaron en mi voz y me fueron formando con miras a que me animara a destacar”.

En 2011 ingresó a la Escuela Lírica de la Fundación Teatro Nacional Sucre, gracias a lo cual despuntó como protagonista en piezas como ‘La Rondine’, ‘Fausto’, ‘Carmen’ y ‘Eunice’: “Me dejé llevar, comencé a dedicarme, con muchos miedos, pero me decidí a hacerlo bien”.

El recuerdo
A la par de su éxito como cantante lírica, Cóndor se dedicó a homenajear aquellas tonadas que le recuerdan a su infancia, en un hogar donde la música siempre hizo vibrar las paredes.

“Jamás he dejado de amar la música latinoamericana y ecuatoriana”, dice. Para ella, los ritmos de la región no tienen nacionalidad: “Son música de la casa, con la que yo crecí en el oído y el alma”. Es de esa nostalgia que nace ‘La espera’.

El proyecto de armar su primer disco inició en 2013, impulsado por Segundo Cóndor. No obstante, las obligaciones de ambos los obligaron a aplazarlo. “Uno posterga este tipo de cosas porque piensa que la vida está comprada. Para la hija de un compositor era muy cómodo, tenía ya todo solucionado, esperaba que él lo hiciera. De eso me di cuenta cuando ya no estuvo”, confiesa la artista. Su padre fue diagnosticado con una rara enfermedad y falleció en 2015. “Yo me decía ‘sin él, no puedo’, y dejé que eso me detuviera”.

No obstante, su crecimiento profesional y el apoyo de su público la llevaron a retomar el álbum, que hoy nombra en honor a esa larga espera y al pasillo del mismo nombre, compuesto por Segundo Cóndor, a quien rinde homenaje con este nuevo logro en su carrera. (AA)

FRASE

Me he vinculado con mucha pasión a las diferentes cosas que he hecho. No puedo definirme como un solo tipo de cantante”. Andrea Cóndor.

La protagonista
La carrera musical de Cóndor arrancó de forma vertiginosa. Con el apoyo de sus padres, dejó el Derecho e ingresó al Conservatorio Nacional, donde, debido a su peculiar tono de voz (mezzosoprano), empezaron a lloverle propuestas para unirse a la ópera.

“Mi primera vinculación con el canto académico no fue muy buena; no encontraba mucho sentido al canto lírico, nunca hubiera pensado llegar a hacerlo”. Sujeta a la idea de “no ser muy visible” en el escenario, Cóndor prefirió continuar en el canto coral: “Me sentía protegida, no era yo sola expuesta ante el público”.

EL DATO
El concierto será a las 19:30. La entrada cuesta siete dólares. Desde 2001 inició su descubrimiento personal de “cómo hacer del canto una profesión”. En 2005 se vinculó con el Coro Mixto Ciudad de Quito, que la llevó de nuevo a enfrentarse con la ópera:

“Entonces, empecé a entender que se trataba de escenas de historias. Como me encantaban el teatro y la danza, me comenzó a gustar. Los maestros se fijaron en mi voz y me fueron formando con miras a que me animara a destacar”.

En 2011 ingresó a la Escuela Lírica de la Fundación Teatro Nacional Sucre, gracias a lo cual despuntó como protagonista en piezas como ‘La Rondine’, ‘Fausto’, ‘Carmen’ y ‘Eunice’: “Me dejé llevar, comencé a dedicarme, con muchos miedos, pero me decidí a hacerlo bien”.

El recuerdo
A la par de su éxito como cantante lírica, Cóndor se dedicó a homenajear aquellas tonadas que le recuerdan a su infancia, en un hogar donde la música siempre hizo vibrar las paredes.

“Jamás he dejado de amar la música latinoamericana y ecuatoriana”, dice. Para ella, los ritmos de la región no tienen nacionalidad: “Son música de la casa, con la que yo crecí en el oído y el alma”. Es de esa nostalgia que nace ‘La espera’.

El proyecto de armar su primer disco inició en 2013, impulsado por Segundo Cóndor. No obstante, las obligaciones de ambos los obligaron a aplazarlo. “Uno posterga este tipo de cosas porque piensa que la vida está comprada. Para la hija de un compositor era muy cómodo, tenía ya todo solucionado, esperaba que él lo hiciera. De eso me di cuenta cuando ya no estuvo”, confiesa la artista. Su padre fue diagnosticado con una rara enfermedad y falleció en 2015. “Yo me decía ‘sin él, no puedo’, y dejé que eso me detuviera”.

No obstante, su crecimiento profesional y el apoyo de su público la llevaron a retomar el álbum, que hoy nombra en honor a esa larga espera y al pasillo del mismo nombre, compuesto por Segundo Cóndor, a quien rinde homenaje con este nuevo logro en su carrera. (AA)

FRASE

Me he vinculado con mucha pasión a las diferentes cosas que he hecho. No puedo definirme como un solo tipo de cantante”. Andrea Cóndor.

La protagonista
La carrera musical de Cóndor arrancó de forma vertiginosa. Con el apoyo de sus padres, dejó el Derecho e ingresó al Conservatorio Nacional, donde, debido a su peculiar tono de voz (mezzosoprano), empezaron a lloverle propuestas para unirse a la ópera.

“Mi primera vinculación con el canto académico no fue muy buena; no encontraba mucho sentido al canto lírico, nunca hubiera pensado llegar a hacerlo”. Sujeta a la idea de “no ser muy visible” en el escenario, Cóndor prefirió continuar en el canto coral: “Me sentía protegida, no era yo sola expuesta ante el público”.

EL DATO
El concierto será a las 19:30. La entrada cuesta siete dólares. Desde 2001 inició su descubrimiento personal de “cómo hacer del canto una profesión”. En 2005 se vinculó con el Coro Mixto Ciudad de Quito, que la llevó de nuevo a enfrentarse con la ópera:

“Entonces, empecé a entender que se trataba de escenas de historias. Como me encantaban el teatro y la danza, me comenzó a gustar. Los maestros se fijaron en mi voz y me fueron formando con miras a que me animara a destacar”.

En 2011 ingresó a la Escuela Lírica de la Fundación Teatro Nacional Sucre, gracias a lo cual despuntó como protagonista en piezas como ‘La Rondine’, ‘Fausto’, ‘Carmen’ y ‘Eunice’: “Me dejé llevar, comencé a dedicarme, con muchos miedos, pero me decidí a hacerlo bien”.

El recuerdo
A la par de su éxito como cantante lírica, Cóndor se dedicó a homenajear aquellas tonadas que le recuerdan a su infancia, en un hogar donde la música siempre hizo vibrar las paredes.

“Jamás he dejado de amar la música latinoamericana y ecuatoriana”, dice. Para ella, los ritmos de la región no tienen nacionalidad: “Son música de la casa, con la que yo crecí en el oído y el alma”. Es de esa nostalgia que nace ‘La espera’.

El proyecto de armar su primer disco inició en 2013, impulsado por Segundo Cóndor. No obstante, las obligaciones de ambos los obligaron a aplazarlo. “Uno posterga este tipo de cosas porque piensa que la vida está comprada. Para la hija de un compositor era muy cómodo, tenía ya todo solucionado, esperaba que él lo hiciera. De eso me di cuenta cuando ya no estuvo”, confiesa la artista. Su padre fue diagnosticado con una rara enfermedad y falleció en 2015. “Yo me decía ‘sin él, no puedo’, y dejé que eso me detuviera”.

No obstante, su crecimiento profesional y el apoyo de su público la llevaron a retomar el álbum, que hoy nombra en honor a esa larga espera y al pasillo del mismo nombre, compuesto por Segundo Cóndor, a quien rinde homenaje con este nuevo logro en su carrera. (AA)

FRASE

Me he vinculado con mucha pasión a las diferentes cosas que he hecho. No puedo definirme como un solo tipo de cantante”. Andrea Cóndor.

La protagonista
La carrera musical de Cóndor arrancó de forma vertiginosa. Con el apoyo de sus padres, dejó el Derecho e ingresó al Conservatorio Nacional, donde, debido a su peculiar tono de voz (mezzosoprano), empezaron a lloverle propuestas para unirse a la ópera.

“Mi primera vinculación con el canto académico no fue muy buena; no encontraba mucho sentido al canto lírico, nunca hubiera pensado llegar a hacerlo”. Sujeta a la idea de “no ser muy visible” en el escenario, Cóndor prefirió continuar en el canto coral: “Me sentía protegida, no era yo sola expuesta ante el público”.

EL DATO
El concierto será a las 19:30. La entrada cuesta siete dólares. Desde 2001 inició su descubrimiento personal de “cómo hacer del canto una profesión”. En 2005 se vinculó con el Coro Mixto Ciudad de Quito, que la llevó de nuevo a enfrentarse con la ópera:

“Entonces, empecé a entender que se trataba de escenas de historias. Como me encantaban el teatro y la danza, me comenzó a gustar. Los maestros se fijaron en mi voz y me fueron formando con miras a que me animara a destacar”.

En 2011 ingresó a la Escuela Lírica de la Fundación Teatro Nacional Sucre, gracias a lo cual despuntó como protagonista en piezas como ‘La Rondine’, ‘Fausto’, ‘Carmen’ y ‘Eunice’: “Me dejé llevar, comencé a dedicarme, con muchos miedos, pero me decidí a hacerlo bien”.

El recuerdo
A la par de su éxito como cantante lírica, Cóndor se dedicó a homenajear aquellas tonadas que le recuerdan a su infancia, en un hogar donde la música siempre hizo vibrar las paredes.

“Jamás he dejado de amar la música latinoamericana y ecuatoriana”, dice. Para ella, los ritmos de la región no tienen nacionalidad: “Son música de la casa, con la que yo crecí en el oído y el alma”. Es de esa nostalgia que nace ‘La espera’.

El proyecto de armar su primer disco inició en 2013, impulsado por Segundo Cóndor. No obstante, las obligaciones de ambos los obligaron a aplazarlo. “Uno posterga este tipo de cosas porque piensa que la vida está comprada. Para la hija de un compositor era muy cómodo, tenía ya todo solucionado, esperaba que él lo hiciera. De eso me di cuenta cuando ya no estuvo”, confiesa la artista. Su padre fue diagnosticado con una rara enfermedad y falleció en 2015. “Yo me decía ‘sin él, no puedo’, y dejé que eso me detuviera”.

No obstante, su crecimiento profesional y el apoyo de su público la llevaron a retomar el álbum, que hoy nombra en honor a esa larga espera y al pasillo del mismo nombre, compuesto por Segundo Cóndor, a quien rinde homenaje con este nuevo logro en su carrera. (AA)

FRASE

Me he vinculado con mucha pasión a las diferentes cosas que he hecho. No puedo definirme como un solo tipo de cantante”. Andrea Cóndor.