Un título no te hace mejor persona

Andrés Ontaneda

En una conversación con amigos de la academia trajeron a colación la historia de un profesional que decidió continuar sus estudios en el extranjero. Asistió a su primera clase, en su llegada lo recibió un profesor muy sencillo, quien contaba con estudios del más alto nivel que puede alcanzar el ámbito académico y una experiencia profesional por las mejores empresas del mundo.

El profesional realizó una presentación destacando todos sus reconocimientos, cargos, premios y sus títulos. El profesor respondió: “Bienvenido, señor estudiante. Sólo quiero recordar a usted que usted ha asistido a un centro académico donde todos somos iguales y nadie es distinto por el hecho de que en este lugar venimos los que “sabemos que no sabemos nada” y venimos a aprender (Socráticos) y si usted quiere ponerse precio, eso no lo hará mejor persona”.

En un mundo automatizado, donde los robots están ganando espacio, el desempleo crece cada vez más, las empresas prefieren métodos de selección menos técnicos y más blandos y las personas seguimos buscando en un cartón el egocentrismo y reconocimiento social con el simple hecho de ser los mejores.

Ir al colegio o la universidad son las mejores experiencias que se puede vivir y se debe invertir, pero debemos tener en cuenta que en la era del conocimiento un título no lo es todo, no hay que sobrevalorarlo, la inteligencia y el éxito no se miden por ello. Hay que saber pensar distinto pero respetar, hay que no ser perfecto pero inspirar, hay que saber callar y aceptar, hay que aprender a desaprender, hay que felicitar y perder.

Tener un título profesional no te hace diferente y mucho menos te hace más o menos que alguien, solamente te otorga ciertos conocimientos y habilidades adicionales adquiridas. No es lo mismo “Ser Humano” que “Sé Humano”, decía Jobs. (O)

[email protected]

Andrés Ontaneda

En una conversación con amigos de la academia trajeron a colación la historia de un profesional que decidió continuar sus estudios en el extranjero. Asistió a su primera clase, en su llegada lo recibió un profesor muy sencillo, quien contaba con estudios del más alto nivel que puede alcanzar el ámbito académico y una experiencia profesional por las mejores empresas del mundo.

El profesional realizó una presentación destacando todos sus reconocimientos, cargos, premios y sus títulos. El profesor respondió: “Bienvenido, señor estudiante. Sólo quiero recordar a usted que usted ha asistido a un centro académico donde todos somos iguales y nadie es distinto por el hecho de que en este lugar venimos los que “sabemos que no sabemos nada” y venimos a aprender (Socráticos) y si usted quiere ponerse precio, eso no lo hará mejor persona”.

En un mundo automatizado, donde los robots están ganando espacio, el desempleo crece cada vez más, las empresas prefieren métodos de selección menos técnicos y más blandos y las personas seguimos buscando en un cartón el egocentrismo y reconocimiento social con el simple hecho de ser los mejores.

Ir al colegio o la universidad son las mejores experiencias que se puede vivir y se debe invertir, pero debemos tener en cuenta que en la era del conocimiento un título no lo es todo, no hay que sobrevalorarlo, la inteligencia y el éxito no se miden por ello. Hay que saber pensar distinto pero respetar, hay que no ser perfecto pero inspirar, hay que saber callar y aceptar, hay que aprender a desaprender, hay que felicitar y perder.

Tener un título profesional no te hace diferente y mucho menos te hace más o menos que alguien, solamente te otorga ciertos conocimientos y habilidades adicionales adquiridas. No es lo mismo “Ser Humano” que “Sé Humano”, decía Jobs. (O)

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En una conversación con amigos de la academia trajeron a colación la historia de un profesional que decidió continuar sus estudios en el extranjero. Asistió a su primera clase, en su llegada lo recibió un profesor muy sencillo, quien contaba con estudios del más alto nivel que puede alcanzar el ámbito académico y una experiencia profesional por las mejores empresas del mundo.

El profesional realizó una presentación destacando todos sus reconocimientos, cargos, premios y sus títulos. El profesor respondió: “Bienvenido, señor estudiante. Sólo quiero recordar a usted que usted ha asistido a un centro académico donde todos somos iguales y nadie es distinto por el hecho de que en este lugar venimos los que “sabemos que no sabemos nada” y venimos a aprender (Socráticos) y si usted quiere ponerse precio, eso no lo hará mejor persona”.

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Ir al colegio o la universidad son las mejores experiencias que se puede vivir y se debe invertir, pero debemos tener en cuenta que en la era del conocimiento un título no lo es todo, no hay que sobrevalorarlo, la inteligencia y el éxito no se miden por ello. Hay que saber pensar distinto pero respetar, hay que no ser perfecto pero inspirar, hay que saber callar y aceptar, hay que aprender a desaprender, hay que felicitar y perder.

Tener un título profesional no te hace diferente y mucho menos te hace más o menos que alguien, solamente te otorga ciertos conocimientos y habilidades adicionales adquiridas. No es lo mismo “Ser Humano” que “Sé Humano”, decía Jobs. (O)

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Andrés Ontaneda

En una conversación con amigos de la academia trajeron a colación la historia de un profesional que decidió continuar sus estudios en el extranjero. Asistió a su primera clase, en su llegada lo recibió un profesor muy sencillo, quien contaba con estudios del más alto nivel que puede alcanzar el ámbito académico y una experiencia profesional por las mejores empresas del mundo.

El profesional realizó una presentación destacando todos sus reconocimientos, cargos, premios y sus títulos. El profesor respondió: “Bienvenido, señor estudiante. Sólo quiero recordar a usted que usted ha asistido a un centro académico donde todos somos iguales y nadie es distinto por el hecho de que en este lugar venimos los que “sabemos que no sabemos nada” y venimos a aprender (Socráticos) y si usted quiere ponerse precio, eso no lo hará mejor persona”.

En un mundo automatizado, donde los robots están ganando espacio, el desempleo crece cada vez más, las empresas prefieren métodos de selección menos técnicos y más blandos y las personas seguimos buscando en un cartón el egocentrismo y reconocimiento social con el simple hecho de ser los mejores.

Ir al colegio o la universidad son las mejores experiencias que se puede vivir y se debe invertir, pero debemos tener en cuenta que en la era del conocimiento un título no lo es todo, no hay que sobrevalorarlo, la inteligencia y el éxito no se miden por ello. Hay que saber pensar distinto pero respetar, hay que no ser perfecto pero inspirar, hay que saber callar y aceptar, hay que aprender a desaprender, hay que felicitar y perder.

Tener un título profesional no te hace diferente y mucho menos te hace más o menos que alguien, solamente te otorga ciertos conocimientos y habilidades adicionales adquiridas. No es lo mismo “Ser Humano” que “Sé Humano”, decía Jobs. (O)

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