Respeto a las damas y a la ética

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

Un sujeto que afirma ser periodista sin serlo, de nombre Washington León, que habla en un programa de radio Marejada de Manta, ha hecho gala de un vocabulario vergonzoso para ofender a una mujer designada Relacionista Pública de Autoridad Portuaria de Manta, acción indigna de cualquier varón y menos si ejerce el periodismo al margen de la Ley.

La Federación Nacional de Periodistas del Ecuador (Fenape), cuya sede se halla en Esmeraldas, por el período 2019-2021, ha rechazado el comportamiento del intruso malcriado, quien desconoce que en el Ecuador cualquier profesional puede laborar en todo el territorio de la nación, sin más obligaciones que las dispuestas en la Constitución de la República y leyes pertinentes. El Estado es un territorio donde impera el derecho y la justicia; no existe norma que establezca que solo los nacidos en una provincia gozan de la facultad de optar por los cargos públicos o privados.

Además, los periodistas deben observar el mandato del Código de Ética pertinente, que manda no utilizar la profesión para humillar o denigrar la dignidad humana; los comunicadores colegiados se hallan obligados a respetar la convivencia social; les está prohibido preconizar la lucha racial; defenderán la integración y el derecho al trabajo remunerado en cualquier parte del territorio nacional; demandarán los derechos de los trabajadores, el libre acceso a las fuentes de información.

El periodista está obligado a fomentar la fraternidad y el respeto mutuo entre colegas; defenderá a sus compañeros de profesión cuando fueren víctimas de persecución, cárcel, tortura o exilio, o cualquier acto represivo que atentare a su dignidad. Al periodista le está prohibido promover o participar en actos contrarios a la Federación Nacional de Periodistas; el periodista debe verificar sus informaciones y recurrir a fuentes que garanticen una información veraz.

La Fenape invita a los dueños del medio de comunicación donde labora el ofensor de nuestra referencia, para que en el futuro emplee otras armas y se abstenga de ofender a las mujeres que ejercen tan noble profesión. Los seres humanos tienen pleno derecho a vivir y trabajar en cualquier lugar del planeta; así lo ha establecido la ONU y especialmente con los Derechos Humanos.

La Fenape saldrá siempre al frente de quienes se comporten como renegados de la sociedad y agredan a sus congéneres, especialmente representantes del bello sexo, que con su figura y su talento han sido y serán portaestandartes de la perpetuidad de la raza superior del cosmos.

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

Un sujeto que afirma ser periodista sin serlo, de nombre Washington León, que habla en un programa de radio Marejada de Manta, ha hecho gala de un vocabulario vergonzoso para ofender a una mujer designada Relacionista Pública de Autoridad Portuaria de Manta, acción indigna de cualquier varón y menos si ejerce el periodismo al margen de la Ley.

La Federación Nacional de Periodistas del Ecuador (Fenape), cuya sede se halla en Esmeraldas, por el período 2019-2021, ha rechazado el comportamiento del intruso malcriado, quien desconoce que en el Ecuador cualquier profesional puede laborar en todo el territorio de la nación, sin más obligaciones que las dispuestas en la Constitución de la República y leyes pertinentes. El Estado es un territorio donde impera el derecho y la justicia; no existe norma que establezca que solo los nacidos en una provincia gozan de la facultad de optar por los cargos públicos o privados.

Además, los periodistas deben observar el mandato del Código de Ética pertinente, que manda no utilizar la profesión para humillar o denigrar la dignidad humana; los comunicadores colegiados se hallan obligados a respetar la convivencia social; les está prohibido preconizar la lucha racial; defenderán la integración y el derecho al trabajo remunerado en cualquier parte del territorio nacional; demandarán los derechos de los trabajadores, el libre acceso a las fuentes de información.

El periodista está obligado a fomentar la fraternidad y el respeto mutuo entre colegas; defenderá a sus compañeros de profesión cuando fueren víctimas de persecución, cárcel, tortura o exilio, o cualquier acto represivo que atentare a su dignidad. Al periodista le está prohibido promover o participar en actos contrarios a la Federación Nacional de Periodistas; el periodista debe verificar sus informaciones y recurrir a fuentes que garanticen una información veraz.

La Fenape invita a los dueños del medio de comunicación donde labora el ofensor de nuestra referencia, para que en el futuro emplee otras armas y se abstenga de ofender a las mujeres que ejercen tan noble profesión. Los seres humanos tienen pleno derecho a vivir y trabajar en cualquier lugar del planeta; así lo ha establecido la ONU y especialmente con los Derechos Humanos.

La Fenape saldrá siempre al frente de quienes se comporten como renegados de la sociedad y agredan a sus congéneres, especialmente representantes del bello sexo, que con su figura y su talento han sido y serán portaestandartes de la perpetuidad de la raza superior del cosmos.

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

Un sujeto que afirma ser periodista sin serlo, de nombre Washington León, que habla en un programa de radio Marejada de Manta, ha hecho gala de un vocabulario vergonzoso para ofender a una mujer designada Relacionista Pública de Autoridad Portuaria de Manta, acción indigna de cualquier varón y menos si ejerce el periodismo al margen de la Ley.

La Federación Nacional de Periodistas del Ecuador (Fenape), cuya sede se halla en Esmeraldas, por el período 2019-2021, ha rechazado el comportamiento del intruso malcriado, quien desconoce que en el Ecuador cualquier profesional puede laborar en todo el territorio de la nación, sin más obligaciones que las dispuestas en la Constitución de la República y leyes pertinentes. El Estado es un territorio donde impera el derecho y la justicia; no existe norma que establezca que solo los nacidos en una provincia gozan de la facultad de optar por los cargos públicos o privados.

Además, los periodistas deben observar el mandato del Código de Ética pertinente, que manda no utilizar la profesión para humillar o denigrar la dignidad humana; los comunicadores colegiados se hallan obligados a respetar la convivencia social; les está prohibido preconizar la lucha racial; defenderán la integración y el derecho al trabajo remunerado en cualquier parte del territorio nacional; demandarán los derechos de los trabajadores, el libre acceso a las fuentes de información.

El periodista está obligado a fomentar la fraternidad y el respeto mutuo entre colegas; defenderá a sus compañeros de profesión cuando fueren víctimas de persecución, cárcel, tortura o exilio, o cualquier acto represivo que atentare a su dignidad. Al periodista le está prohibido promover o participar en actos contrarios a la Federación Nacional de Periodistas; el periodista debe verificar sus informaciones y recurrir a fuentes que garanticen una información veraz.

La Fenape invita a los dueños del medio de comunicación donde labora el ofensor de nuestra referencia, para que en el futuro emplee otras armas y se abstenga de ofender a las mujeres que ejercen tan noble profesión. Los seres humanos tienen pleno derecho a vivir y trabajar en cualquier lugar del planeta; así lo ha establecido la ONU y especialmente con los Derechos Humanos.

La Fenape saldrá siempre al frente de quienes se comporten como renegados de la sociedad y agredan a sus congéneres, especialmente representantes del bello sexo, que con su figura y su talento han sido y serán portaestandartes de la perpetuidad de la raza superior del cosmos.

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

Un sujeto que afirma ser periodista sin serlo, de nombre Washington León, que habla en un programa de radio Marejada de Manta, ha hecho gala de un vocabulario vergonzoso para ofender a una mujer designada Relacionista Pública de Autoridad Portuaria de Manta, acción indigna de cualquier varón y menos si ejerce el periodismo al margen de la Ley.

La Federación Nacional de Periodistas del Ecuador (Fenape), cuya sede se halla en Esmeraldas, por el período 2019-2021, ha rechazado el comportamiento del intruso malcriado, quien desconoce que en el Ecuador cualquier profesional puede laborar en todo el territorio de la nación, sin más obligaciones que las dispuestas en la Constitución de la República y leyes pertinentes. El Estado es un territorio donde impera el derecho y la justicia; no existe norma que establezca que solo los nacidos en una provincia gozan de la facultad de optar por los cargos públicos o privados.

Además, los periodistas deben observar el mandato del Código de Ética pertinente, que manda no utilizar la profesión para humillar o denigrar la dignidad humana; los comunicadores colegiados se hallan obligados a respetar la convivencia social; les está prohibido preconizar la lucha racial; defenderán la integración y el derecho al trabajo remunerado en cualquier parte del territorio nacional; demandarán los derechos de los trabajadores, el libre acceso a las fuentes de información.

El periodista está obligado a fomentar la fraternidad y el respeto mutuo entre colegas; defenderá a sus compañeros de profesión cuando fueren víctimas de persecución, cárcel, tortura o exilio, o cualquier acto represivo que atentare a su dignidad. Al periodista le está prohibido promover o participar en actos contrarios a la Federación Nacional de Periodistas; el periodista debe verificar sus informaciones y recurrir a fuentes que garanticen una información veraz.

La Fenape invita a los dueños del medio de comunicación donde labora el ofensor de nuestra referencia, para que en el futuro emplee otras armas y se abstenga de ofender a las mujeres que ejercen tan noble profesión. Los seres humanos tienen pleno derecho a vivir y trabajar en cualquier lugar del planeta; así lo ha establecido la ONU y especialmente con los Derechos Humanos.

La Fenape saldrá siempre al frente de quienes se comporten como renegados de la sociedad y agredan a sus congéneres, especialmente representantes del bello sexo, que con su figura y su talento han sido y serán portaestandartes de la perpetuidad de la raza superior del cosmos.