Niños rescatan su cultura con artesanías tsáchilas

Presentar. Los niños de la nacionalidad tsáchila tienen gran creatividad.
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Saúl, de 12 años, es un niño tsáchila que no tiene recelo de hablar sobre su cultura. Él, junto con otros pequeños de la nacionalidad, participa en casas abiertas con el objetivo de enseñar las tradiciones que se han perdido con el paso del tiempo; muestran sin vergüenza su vestimenta y su cabello pintado con achiote.

Saúl expone las artesanías que laboran en la escuela con paja toquilla. Dice que sus abuelos hacían figuras de los tsáchilas con boya, además de canastas.

Para Saúl estas costumbres están desapareciendo, por lo que pide no olvidar sus raíces. Afirmó que en su aula participan 21 alumnos en estos proyectos.

Utensilios

La profesora de la escuela Tomás Rivadeneira, Elsa Calazacón, sostuvo que otro de los proyectos culturales es mostrar los utensilios que sus antepasados utilizaban para la cocina u objetos para hacer música.

Uno de los recipientes que exponen es el boli, un utensilio que lo utilizaban para guardar agua. Elsa explicó que se trata de una semilla que crece en la tierra y que sus antepasados lo sembraban para después tomarlo y utilizarlo en la cocina.

Otro de los artículos es la matirika, que también es una semilla; se la utilizada como maracas.

Y algo que llama la atención es el llamado hualacachi, que lo ocupaban como medio de comunicación y que solo lo utilizaban los ancianos o los hombres que iban de cacería.

La docente indicó que debían tener una voz muy fuerte para sacar el sonido de este instrumento, además de conocer los sonidos adecuados para entender el mensaje que transmitían.

Para Elsa todos los objetos que tienen un significado cultural y que exponen en las escuelas están extintos. Algunas de las semillas que utilizaban para crear han desaparecido, por lo que es difícil volver a crearlas.

La gobernadora tsáchila, Diana Aguavil, aseveró que tratan de potencializar las unidades educativas interculturales bilingües con docentes tsáchilas, con materias que hagan alusión a su cultura y actividades que refuercen sus conocimientos ancestrales. (CT)

Exhibiciones

En las 11 unidades educativas interculturales bilingües realizan proyectos culturales para exponerlos, y que los padres de familia, que son los invitados a estas casas abiertas, recuerden de dónde vienen.

Saúl, de 12 años, es un niño tsáchila que no tiene recelo de hablar sobre su cultura. Él, junto con otros pequeños de la nacionalidad, participa en casas abiertas con el objetivo de enseñar las tradiciones que se han perdido con el paso del tiempo; muestran sin vergüenza su vestimenta y su cabello pintado con achiote.

Saúl expone las artesanías que laboran en la escuela con paja toquilla. Dice que sus abuelos hacían figuras de los tsáchilas con boya, además de canastas.

Para Saúl estas costumbres están desapareciendo, por lo que pide no olvidar sus raíces. Afirmó que en su aula participan 21 alumnos en estos proyectos.

Utensilios

La profesora de la escuela Tomás Rivadeneira, Elsa Calazacón, sostuvo que otro de los proyectos culturales es mostrar los utensilios que sus antepasados utilizaban para la cocina u objetos para hacer música.

Uno de los recipientes que exponen es el boli, un utensilio que lo utilizaban para guardar agua. Elsa explicó que se trata de una semilla que crece en la tierra y que sus antepasados lo sembraban para después tomarlo y utilizarlo en la cocina.

Otro de los artículos es la matirika, que también es una semilla; se la utilizada como maracas.

Y algo que llama la atención es el llamado hualacachi, que lo ocupaban como medio de comunicación y que solo lo utilizaban los ancianos o los hombres que iban de cacería.

La docente indicó que debían tener una voz muy fuerte para sacar el sonido de este instrumento, además de conocer los sonidos adecuados para entender el mensaje que transmitían.

Para Elsa todos los objetos que tienen un significado cultural y que exponen en las escuelas están extintos. Algunas de las semillas que utilizaban para crear han desaparecido, por lo que es difícil volver a crearlas.

La gobernadora tsáchila, Diana Aguavil, aseveró que tratan de potencializar las unidades educativas interculturales bilingües con docentes tsáchilas, con materias que hagan alusión a su cultura y actividades que refuercen sus conocimientos ancestrales. (CT)

Exhibiciones

En las 11 unidades educativas interculturales bilingües realizan proyectos culturales para exponerlos, y que los padres de familia, que son los invitados a estas casas abiertas, recuerden de dónde vienen.

Saúl, de 12 años, es un niño tsáchila que no tiene recelo de hablar sobre su cultura. Él, junto con otros pequeños de la nacionalidad, participa en casas abiertas con el objetivo de enseñar las tradiciones que se han perdido con el paso del tiempo; muestran sin vergüenza su vestimenta y su cabello pintado con achiote.

Saúl expone las artesanías que laboran en la escuela con paja toquilla. Dice que sus abuelos hacían figuras de los tsáchilas con boya, además de canastas.

Para Saúl estas costumbres están desapareciendo, por lo que pide no olvidar sus raíces. Afirmó que en su aula participan 21 alumnos en estos proyectos.

Utensilios

La profesora de la escuela Tomás Rivadeneira, Elsa Calazacón, sostuvo que otro de los proyectos culturales es mostrar los utensilios que sus antepasados utilizaban para la cocina u objetos para hacer música.

Uno de los recipientes que exponen es el boli, un utensilio que lo utilizaban para guardar agua. Elsa explicó que se trata de una semilla que crece en la tierra y que sus antepasados lo sembraban para después tomarlo y utilizarlo en la cocina.

Otro de los artículos es la matirika, que también es una semilla; se la utilizada como maracas.

Y algo que llama la atención es el llamado hualacachi, que lo ocupaban como medio de comunicación y que solo lo utilizaban los ancianos o los hombres que iban de cacería.

La docente indicó que debían tener una voz muy fuerte para sacar el sonido de este instrumento, además de conocer los sonidos adecuados para entender el mensaje que transmitían.

Para Elsa todos los objetos que tienen un significado cultural y que exponen en las escuelas están extintos. Algunas de las semillas que utilizaban para crear han desaparecido, por lo que es difícil volver a crearlas.

La gobernadora tsáchila, Diana Aguavil, aseveró que tratan de potencializar las unidades educativas interculturales bilingües con docentes tsáchilas, con materias que hagan alusión a su cultura y actividades que refuercen sus conocimientos ancestrales. (CT)

Exhibiciones

En las 11 unidades educativas interculturales bilingües realizan proyectos culturales para exponerlos, y que los padres de familia, que son los invitados a estas casas abiertas, recuerden de dónde vienen.

Saúl, de 12 años, es un niño tsáchila que no tiene recelo de hablar sobre su cultura. Él, junto con otros pequeños de la nacionalidad, participa en casas abiertas con el objetivo de enseñar las tradiciones que se han perdido con el paso del tiempo; muestran sin vergüenza su vestimenta y su cabello pintado con achiote.

Saúl expone las artesanías que laboran en la escuela con paja toquilla. Dice que sus abuelos hacían figuras de los tsáchilas con boya, además de canastas.

Para Saúl estas costumbres están desapareciendo, por lo que pide no olvidar sus raíces. Afirmó que en su aula participan 21 alumnos en estos proyectos.

Utensilios

La profesora de la escuela Tomás Rivadeneira, Elsa Calazacón, sostuvo que otro de los proyectos culturales es mostrar los utensilios que sus antepasados utilizaban para la cocina u objetos para hacer música.

Uno de los recipientes que exponen es el boli, un utensilio que lo utilizaban para guardar agua. Elsa explicó que se trata de una semilla que crece en la tierra y que sus antepasados lo sembraban para después tomarlo y utilizarlo en la cocina.

Otro de los artículos es la matirika, que también es una semilla; se la utilizada como maracas.

Y algo que llama la atención es el llamado hualacachi, que lo ocupaban como medio de comunicación y que solo lo utilizaban los ancianos o los hombres que iban de cacería.

La docente indicó que debían tener una voz muy fuerte para sacar el sonido de este instrumento, además de conocer los sonidos adecuados para entender el mensaje que transmitían.

Para Elsa todos los objetos que tienen un significado cultural y que exponen en las escuelas están extintos. Algunas de las semillas que utilizaban para crear han desaparecido, por lo que es difícil volver a crearlas.

La gobernadora tsáchila, Diana Aguavil, aseveró que tratan de potencializar las unidades educativas interculturales bilingües con docentes tsáchilas, con materias que hagan alusión a su cultura y actividades que refuercen sus conocimientos ancestrales. (CT)

Exhibiciones

En las 11 unidades educativas interculturales bilingües realizan proyectos culturales para exponerlos, y que los padres de familia, que son los invitados a estas casas abiertas, recuerden de dónde vienen.