Gobermedia

EDUARDO TABÁREZ RAMÍREZ

Con el auge de las redes sociales, la acción de gobierno también se ha trasladado al espacio virtual, generando la percepción de una respuesta instantánea e inmediata. La gobermedia se entiende como una función legitimadora que se proyecta a través del tiempo y permite la imputación de la acción de exigir responsabilidades políticas a los funcionarios públicos, está al alcance de todos.

Las redes sociales casi siempre son para anunciar un logro, un avance, un nuevo programa social, los funcionarios públicos cuentan con aceptación, confianza y seguidores entre los ciudadanos usuarios de las redes sociales, pero como nada es perfecto, los detractores también existen, en si los afectos y desafectos son parte de la cotidianidad social.

Bajo esta realidad vigente, el manejo de la información casi siempre está supeditado a la visión y percepción del equipo comunicacional del funcionario, este equipo es el encargado del monitoreo de la información externa que tenga relación directa o indirecta a la gestión, ellos validan lo pertinente, un equipo de comunicación tiene tanta importancia que si el funcionario no tiene el suficiente carácter, puede creer que es una deidad, casi siempre son acorralados, no los hacen ver una realidad objetiva.

Por otro lado, se encuentran en calidad de asesores otras personas cercanas al funcionario, casi siempre amigos de antaño, familiares, etc., lo cual no está mal que sean parte del equipo, pues, funciones como una Alcaldía, Prefectura necesariamente deben contar con un estrecho y confiable número de personas que coadyuven a su gestión. Ante lo dicho, es claro que la información veraz y elocuente será aquella que:

1) El propio funcionario in situ visualice, observar los aciertos o desaciertos , es la mejor oportunidad de contrastar la verdad o la mentira, esta realidad solo se la proporcionaran sus mandantes , esto no mienten. 2) Hoy más que nunca estar pendiente a la gobermedia de las redes sociales, también de los medios de comunicación, entiéndase radio, prensa escrita y televisiva, entender que no siempre en algunos medios se refleja una autentica independencia, bien dice el estribillo, todo es según el color del cristal con que se mira.

Agotado estos dos escenarios es el mejor momento que debe florecer la prudencia del funcionario, ser tolerante a los comentarios desfavorables, los enunciados bajo premisas válidas que se pretenden rebatir mediante réplicas contrarias no es otra cosa que la misma ceguera, el autoengaño; por consiguiente, el resultado es el descontento social.

[email protected]

EDUARDO TABÁREZ RAMÍREZ

Con el auge de las redes sociales, la acción de gobierno también se ha trasladado al espacio virtual, generando la percepción de una respuesta instantánea e inmediata. La gobermedia se entiende como una función legitimadora que se proyecta a través del tiempo y permite la imputación de la acción de exigir responsabilidades políticas a los funcionarios públicos, está al alcance de todos.

Las redes sociales casi siempre son para anunciar un logro, un avance, un nuevo programa social, los funcionarios públicos cuentan con aceptación, confianza y seguidores entre los ciudadanos usuarios de las redes sociales, pero como nada es perfecto, los detractores también existen, en si los afectos y desafectos son parte de la cotidianidad social.

Bajo esta realidad vigente, el manejo de la información casi siempre está supeditado a la visión y percepción del equipo comunicacional del funcionario, este equipo es el encargado del monitoreo de la información externa que tenga relación directa o indirecta a la gestión, ellos validan lo pertinente, un equipo de comunicación tiene tanta importancia que si el funcionario no tiene el suficiente carácter, puede creer que es una deidad, casi siempre son acorralados, no los hacen ver una realidad objetiva.

Por otro lado, se encuentran en calidad de asesores otras personas cercanas al funcionario, casi siempre amigos de antaño, familiares, etc., lo cual no está mal que sean parte del equipo, pues, funciones como una Alcaldía, Prefectura necesariamente deben contar con un estrecho y confiable número de personas que coadyuven a su gestión. Ante lo dicho, es claro que la información veraz y elocuente será aquella que:

1) El propio funcionario in situ visualice, observar los aciertos o desaciertos , es la mejor oportunidad de contrastar la verdad o la mentira, esta realidad solo se la proporcionaran sus mandantes , esto no mienten. 2) Hoy más que nunca estar pendiente a la gobermedia de las redes sociales, también de los medios de comunicación, entiéndase radio, prensa escrita y televisiva, entender que no siempre en algunos medios se refleja una autentica independencia, bien dice el estribillo, todo es según el color del cristal con que se mira.

Agotado estos dos escenarios es el mejor momento que debe florecer la prudencia del funcionario, ser tolerante a los comentarios desfavorables, los enunciados bajo premisas válidas que se pretenden rebatir mediante réplicas contrarias no es otra cosa que la misma ceguera, el autoengaño; por consiguiente, el resultado es el descontento social.

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Con el auge de las redes sociales, la acción de gobierno también se ha trasladado al espacio virtual, generando la percepción de una respuesta instantánea e inmediata. La gobermedia se entiende como una función legitimadora que se proyecta a través del tiempo y permite la imputación de la acción de exigir responsabilidades políticas a los funcionarios públicos, está al alcance de todos.

Las redes sociales casi siempre son para anunciar un logro, un avance, un nuevo programa social, los funcionarios públicos cuentan con aceptación, confianza y seguidores entre los ciudadanos usuarios de las redes sociales, pero como nada es perfecto, los detractores también existen, en si los afectos y desafectos son parte de la cotidianidad social.

Bajo esta realidad vigente, el manejo de la información casi siempre está supeditado a la visión y percepción del equipo comunicacional del funcionario, este equipo es el encargado del monitoreo de la información externa que tenga relación directa o indirecta a la gestión, ellos validan lo pertinente, un equipo de comunicación tiene tanta importancia que si el funcionario no tiene el suficiente carácter, puede creer que es una deidad, casi siempre son acorralados, no los hacen ver una realidad objetiva.

Por otro lado, se encuentran en calidad de asesores otras personas cercanas al funcionario, casi siempre amigos de antaño, familiares, etc., lo cual no está mal que sean parte del equipo, pues, funciones como una Alcaldía, Prefectura necesariamente deben contar con un estrecho y confiable número de personas que coadyuven a su gestión. Ante lo dicho, es claro que la información veraz y elocuente será aquella que:

1) El propio funcionario in situ visualice, observar los aciertos o desaciertos , es la mejor oportunidad de contrastar la verdad o la mentira, esta realidad solo se la proporcionaran sus mandantes , esto no mienten. 2) Hoy más que nunca estar pendiente a la gobermedia de las redes sociales, también de los medios de comunicación, entiéndase radio, prensa escrita y televisiva, entender que no siempre en algunos medios se refleja una autentica independencia, bien dice el estribillo, todo es según el color del cristal con que se mira.

Agotado estos dos escenarios es el mejor momento que debe florecer la prudencia del funcionario, ser tolerante a los comentarios desfavorables, los enunciados bajo premisas válidas que se pretenden rebatir mediante réplicas contrarias no es otra cosa que la misma ceguera, el autoengaño; por consiguiente, el resultado es el descontento social.

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Con el auge de las redes sociales, la acción de gobierno también se ha trasladado al espacio virtual, generando la percepción de una respuesta instantánea e inmediata. La gobermedia se entiende como una función legitimadora que se proyecta a través del tiempo y permite la imputación de la acción de exigir responsabilidades políticas a los funcionarios públicos, está al alcance de todos.

Las redes sociales casi siempre son para anunciar un logro, un avance, un nuevo programa social, los funcionarios públicos cuentan con aceptación, confianza y seguidores entre los ciudadanos usuarios de las redes sociales, pero como nada es perfecto, los detractores también existen, en si los afectos y desafectos son parte de la cotidianidad social.

Bajo esta realidad vigente, el manejo de la información casi siempre está supeditado a la visión y percepción del equipo comunicacional del funcionario, este equipo es el encargado del monitoreo de la información externa que tenga relación directa o indirecta a la gestión, ellos validan lo pertinente, un equipo de comunicación tiene tanta importancia que si el funcionario no tiene el suficiente carácter, puede creer que es una deidad, casi siempre son acorralados, no los hacen ver una realidad objetiva.

Por otro lado, se encuentran en calidad de asesores otras personas cercanas al funcionario, casi siempre amigos de antaño, familiares, etc., lo cual no está mal que sean parte del equipo, pues, funciones como una Alcaldía, Prefectura necesariamente deben contar con un estrecho y confiable número de personas que coadyuven a su gestión. Ante lo dicho, es claro que la información veraz y elocuente será aquella que:

1) El propio funcionario in situ visualice, observar los aciertos o desaciertos , es la mejor oportunidad de contrastar la verdad o la mentira, esta realidad solo se la proporcionaran sus mandantes , esto no mienten. 2) Hoy más que nunca estar pendiente a la gobermedia de las redes sociales, también de los medios de comunicación, entiéndase radio, prensa escrita y televisiva, entender que no siempre en algunos medios se refleja una autentica independencia, bien dice el estribillo, todo es según el color del cristal con que se mira.

Agotado estos dos escenarios es el mejor momento que debe florecer la prudencia del funcionario, ser tolerante a los comentarios desfavorables, los enunciados bajo premisas válidas que se pretenden rebatir mediante réplicas contrarias no es otra cosa que la misma ceguera, el autoengaño; por consiguiente, el resultado es el descontento social.

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