Daño antropológico

ORLANDO AMORES TERÁN

Desde 1959, Cuba vive en situación de miedo permanente: miedo a la miseria, al hambre, al futuro incierto, al régimen que prospera por el miedo que infunde con la vulneración de libertades, el odio al invasor yanqui, del que se sirve para aterrorizar a los cubanos, a quienes obliga a permanecer encerrados en una gran cárcel, cuyos límites dan al mar, en donde se los adoctrina para mantener una «revolución», un partido único y un «líder» único.

La dictadura castrista, ha ocasionado al pueblo cubano, daño antropológico, dice la científica Hilda Molina, quien trabajó 35 años para esa «revolución». Lo que distingue a una persona de un individuo, es la espiritualidad, fuente de altruismo, de generosidad para el bien común.

El individuo, es un cuerpo sin alma, indigente, necesita que el Estado lo provea. El individualismo, origina el egoísmo, que en el capitalismo degenera en consumismo y en el comunismo, se pervierte en destrucción de la persona. Al pueblo cubano, venezolano y nicaragüense, los enfermaron con el mito de la revolución, símbolo de manumisión, patriotismo. Kerensky liberó a Rusia del zarismo, sin embargo los comunistas, le robaron el poder; lo mismo hizo castro, robó el poder, a los grupos que lucharon contra Batista. Ante el fracaso del comunismo, castro pretende copiar al capitalismo de Estado chino, en el cual, el partido único, violador de derechos y libertades, se vuelve multimillonario a través de socios inmorales, que pese a que se dicen demócratas, hacen negocios con la perversa dictadura; estos psicópatas se adjudican la propiedad de los bienes de la Nación, por designación del partido.

De ese modo se perpetúan en el poder, manteniendo el sistema, a través de «elegidos», que pasan a conformar una «dinastía» de crápulas como Maduro, Cabello, Díaz, encargados de sostener el proyecto. Por las relaciones capitalistas, los pueblos verán que mejora su calidad de vida, pero las libertades siguen restringidas. Es una esclavitud con acceso a bienes de consumo. Debemos oponernos.

No digan que no se les advirtió, también lo hice en el 2008, cuando denuncié la Constitución totalitaria.

[email protected]

ORLANDO AMORES TERÁN

Desde 1959, Cuba vive en situación de miedo permanente: miedo a la miseria, al hambre, al futuro incierto, al régimen que prospera por el miedo que infunde con la vulneración de libertades, el odio al invasor yanqui, del que se sirve para aterrorizar a los cubanos, a quienes obliga a permanecer encerrados en una gran cárcel, cuyos límites dan al mar, en donde se los adoctrina para mantener una «revolución», un partido único y un «líder» único.

La dictadura castrista, ha ocasionado al pueblo cubano, daño antropológico, dice la científica Hilda Molina, quien trabajó 35 años para esa «revolución». Lo que distingue a una persona de un individuo, es la espiritualidad, fuente de altruismo, de generosidad para el bien común.

El individuo, es un cuerpo sin alma, indigente, necesita que el Estado lo provea. El individualismo, origina el egoísmo, que en el capitalismo degenera en consumismo y en el comunismo, se pervierte en destrucción de la persona. Al pueblo cubano, venezolano y nicaragüense, los enfermaron con el mito de la revolución, símbolo de manumisión, patriotismo. Kerensky liberó a Rusia del zarismo, sin embargo los comunistas, le robaron el poder; lo mismo hizo castro, robó el poder, a los grupos que lucharon contra Batista. Ante el fracaso del comunismo, castro pretende copiar al capitalismo de Estado chino, en el cual, el partido único, violador de derechos y libertades, se vuelve multimillonario a través de socios inmorales, que pese a que se dicen demócratas, hacen negocios con la perversa dictadura; estos psicópatas se adjudican la propiedad de los bienes de la Nación, por designación del partido.

De ese modo se perpetúan en el poder, manteniendo el sistema, a través de «elegidos», que pasan a conformar una «dinastía» de crápulas como Maduro, Cabello, Díaz, encargados de sostener el proyecto. Por las relaciones capitalistas, los pueblos verán que mejora su calidad de vida, pero las libertades siguen restringidas. Es una esclavitud con acceso a bienes de consumo. Debemos oponernos.

No digan que no se les advirtió, también lo hice en el 2008, cuando denuncié la Constitución totalitaria.

[email protected]

ORLANDO AMORES TERÁN

Desde 1959, Cuba vive en situación de miedo permanente: miedo a la miseria, al hambre, al futuro incierto, al régimen que prospera por el miedo que infunde con la vulneración de libertades, el odio al invasor yanqui, del que se sirve para aterrorizar a los cubanos, a quienes obliga a permanecer encerrados en una gran cárcel, cuyos límites dan al mar, en donde se los adoctrina para mantener una «revolución», un partido único y un «líder» único.

La dictadura castrista, ha ocasionado al pueblo cubano, daño antropológico, dice la científica Hilda Molina, quien trabajó 35 años para esa «revolución». Lo que distingue a una persona de un individuo, es la espiritualidad, fuente de altruismo, de generosidad para el bien común.

El individuo, es un cuerpo sin alma, indigente, necesita que el Estado lo provea. El individualismo, origina el egoísmo, que en el capitalismo degenera en consumismo y en el comunismo, se pervierte en destrucción de la persona. Al pueblo cubano, venezolano y nicaragüense, los enfermaron con el mito de la revolución, símbolo de manumisión, patriotismo. Kerensky liberó a Rusia del zarismo, sin embargo los comunistas, le robaron el poder; lo mismo hizo castro, robó el poder, a los grupos que lucharon contra Batista. Ante el fracaso del comunismo, castro pretende copiar al capitalismo de Estado chino, en el cual, el partido único, violador de derechos y libertades, se vuelve multimillonario a través de socios inmorales, que pese a que se dicen demócratas, hacen negocios con la perversa dictadura; estos psicópatas se adjudican la propiedad de los bienes de la Nación, por designación del partido.

De ese modo se perpetúan en el poder, manteniendo el sistema, a través de «elegidos», que pasan a conformar una «dinastía» de crápulas como Maduro, Cabello, Díaz, encargados de sostener el proyecto. Por las relaciones capitalistas, los pueblos verán que mejora su calidad de vida, pero las libertades siguen restringidas. Es una esclavitud con acceso a bienes de consumo. Debemos oponernos.

No digan que no se les advirtió, también lo hice en el 2008, cuando denuncié la Constitución totalitaria.

[email protected]

ORLANDO AMORES TERÁN

Desde 1959, Cuba vive en situación de miedo permanente: miedo a la miseria, al hambre, al futuro incierto, al régimen que prospera por el miedo que infunde con la vulneración de libertades, el odio al invasor yanqui, del que se sirve para aterrorizar a los cubanos, a quienes obliga a permanecer encerrados en una gran cárcel, cuyos límites dan al mar, en donde se los adoctrina para mantener una «revolución», un partido único y un «líder» único.

La dictadura castrista, ha ocasionado al pueblo cubano, daño antropológico, dice la científica Hilda Molina, quien trabajó 35 años para esa «revolución». Lo que distingue a una persona de un individuo, es la espiritualidad, fuente de altruismo, de generosidad para el bien común.

El individuo, es un cuerpo sin alma, indigente, necesita que el Estado lo provea. El individualismo, origina el egoísmo, que en el capitalismo degenera en consumismo y en el comunismo, se pervierte en destrucción de la persona. Al pueblo cubano, venezolano y nicaragüense, los enfermaron con el mito de la revolución, símbolo de manumisión, patriotismo. Kerensky liberó a Rusia del zarismo, sin embargo los comunistas, le robaron el poder; lo mismo hizo castro, robó el poder, a los grupos que lucharon contra Batista. Ante el fracaso del comunismo, castro pretende copiar al capitalismo de Estado chino, en el cual, el partido único, violador de derechos y libertades, se vuelve multimillonario a través de socios inmorales, que pese a que se dicen demócratas, hacen negocios con la perversa dictadura; estos psicópatas se adjudican la propiedad de los bienes de la Nación, por designación del partido.

De ese modo se perpetúan en el poder, manteniendo el sistema, a través de «elegidos», que pasan a conformar una «dinastía» de crápulas como Maduro, Cabello, Díaz, encargados de sostener el proyecto. Por las relaciones capitalistas, los pueblos verán que mejora su calidad de vida, pero las libertades siguen restringidas. Es una esclavitud con acceso a bienes de consumo. Debemos oponernos.

No digan que no se les advirtió, también lo hice en el 2008, cuando denuncié la Constitución totalitaria.

[email protected]