La formación de los líderes

Rosalía Arteaga Serrano

Entre los múltiples y acuciantes problemas que enfrentan nuestras sociedades actuales, cabe citar el que tiene que ver con la formación de los liderazgos capaces que, en su momento, sean los que las conduzcan por senderos exitosos, de paz, prosperidad y de beneficio colectivo.

Hay quienes creen que los líderes asoman de improviso, como por generación espontánea, en determinados momentos de la historia de una sociedad o de un país. Confían en que aparecerán de improviso y cuando su rol sea imprescindible.

Sin embargo, los verdaderos líderes se van formando y decantando paulatinamente, para poder enfrentar las dificultades y los tropiezos que siempre surgen en el devenir histórico, a veces como barreras insoslayables dentro del acontecer político de los países.

Pero no se trata solo de liderazgos políticos, sino también de otras áreas igualmente importantes para el desarrollo de un país., como son la economía, la salud, la cultura y la educación

Estos líderes deben estar en el trabajo empresarial, en los emprendimientos, en los diversos niveles del servicio público y privado, para enfrentarse de manera debida y oportuna a los desafíos enormes que se nos vienen y que cada día serán más voluminosos, de diferente naturaleza y complejos.

Todo entrenamiento de liderazgo, debe estar presidido por un componente eminentemente ético, que, como eje transversal, será indispensable a la hora de formar a esas mujeres y hombres que tomen las riendas de nuestras sociedades, tanto en Ecuador como en el resto de Latinoamérica.

Esa ética debe ser parte de la formación familiar y escolar, con el objetivo de crear rutinas y formas de comportamiento desde las edades más tempranas, que redunden en la creación de hábitos de honestidad y de trabajo.

[email protected]

Rosalía Arteaga Serrano

Entre los múltiples y acuciantes problemas que enfrentan nuestras sociedades actuales, cabe citar el que tiene que ver con la formación de los liderazgos capaces que, en su momento, sean los que las conduzcan por senderos exitosos, de paz, prosperidad y de beneficio colectivo.

Hay quienes creen que los líderes asoman de improviso, como por generación espontánea, en determinados momentos de la historia de una sociedad o de un país. Confían en que aparecerán de improviso y cuando su rol sea imprescindible.

Sin embargo, los verdaderos líderes se van formando y decantando paulatinamente, para poder enfrentar las dificultades y los tropiezos que siempre surgen en el devenir histórico, a veces como barreras insoslayables dentro del acontecer político de los países.

Pero no se trata solo de liderazgos políticos, sino también de otras áreas igualmente importantes para el desarrollo de un país., como son la economía, la salud, la cultura y la educación

Estos líderes deben estar en el trabajo empresarial, en los emprendimientos, en los diversos niveles del servicio público y privado, para enfrentarse de manera debida y oportuna a los desafíos enormes que se nos vienen y que cada día serán más voluminosos, de diferente naturaleza y complejos.

Todo entrenamiento de liderazgo, debe estar presidido por un componente eminentemente ético, que, como eje transversal, será indispensable a la hora de formar a esas mujeres y hombres que tomen las riendas de nuestras sociedades, tanto en Ecuador como en el resto de Latinoamérica.

Esa ética debe ser parte de la formación familiar y escolar, con el objetivo de crear rutinas y formas de comportamiento desde las edades más tempranas, que redunden en la creación de hábitos de honestidad y de trabajo.

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Entre los múltiples y acuciantes problemas que enfrentan nuestras sociedades actuales, cabe citar el que tiene que ver con la formación de los liderazgos capaces que, en su momento, sean los que las conduzcan por senderos exitosos, de paz, prosperidad y de beneficio colectivo.

Hay quienes creen que los líderes asoman de improviso, como por generación espontánea, en determinados momentos de la historia de una sociedad o de un país. Confían en que aparecerán de improviso y cuando su rol sea imprescindible.

Sin embargo, los verdaderos líderes se van formando y decantando paulatinamente, para poder enfrentar las dificultades y los tropiezos que siempre surgen en el devenir histórico, a veces como barreras insoslayables dentro del acontecer político de los países.

Pero no se trata solo de liderazgos políticos, sino también de otras áreas igualmente importantes para el desarrollo de un país., como son la economía, la salud, la cultura y la educación

Estos líderes deben estar en el trabajo empresarial, en los emprendimientos, en los diversos niveles del servicio público y privado, para enfrentarse de manera debida y oportuna a los desafíos enormes que se nos vienen y que cada día serán más voluminosos, de diferente naturaleza y complejos.

Todo entrenamiento de liderazgo, debe estar presidido por un componente eminentemente ético, que, como eje transversal, será indispensable a la hora de formar a esas mujeres y hombres que tomen las riendas de nuestras sociedades, tanto en Ecuador como en el resto de Latinoamérica.

Esa ética debe ser parte de la formación familiar y escolar, con el objetivo de crear rutinas y formas de comportamiento desde las edades más tempranas, que redunden en la creación de hábitos de honestidad y de trabajo.

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Entre los múltiples y acuciantes problemas que enfrentan nuestras sociedades actuales, cabe citar el que tiene que ver con la formación de los liderazgos capaces que, en su momento, sean los que las conduzcan por senderos exitosos, de paz, prosperidad y de beneficio colectivo.

Hay quienes creen que los líderes asoman de improviso, como por generación espontánea, en determinados momentos de la historia de una sociedad o de un país. Confían en que aparecerán de improviso y cuando su rol sea imprescindible.

Sin embargo, los verdaderos líderes se van formando y decantando paulatinamente, para poder enfrentar las dificultades y los tropiezos que siempre surgen en el devenir histórico, a veces como barreras insoslayables dentro del acontecer político de los países.

Pero no se trata solo de liderazgos políticos, sino también de otras áreas igualmente importantes para el desarrollo de un país., como son la economía, la salud, la cultura y la educación

Estos líderes deben estar en el trabajo empresarial, en los emprendimientos, en los diversos niveles del servicio público y privado, para enfrentarse de manera debida y oportuna a los desafíos enormes que se nos vienen y que cada día serán más voluminosos, de diferente naturaleza y complejos.

Todo entrenamiento de liderazgo, debe estar presidido por un componente eminentemente ético, que, como eje transversal, será indispensable a la hora de formar a esas mujeres y hombres que tomen las riendas de nuestras sociedades, tanto en Ecuador como en el resto de Latinoamérica.

Esa ética debe ser parte de la formación familiar y escolar, con el objetivo de crear rutinas y formas de comportamiento desde las edades más tempranas, que redunden en la creación de hábitos de honestidad y de trabajo.

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