Con determinación y decencia

Los procesos anticorrupción que se ventilan en varios tribunales de justicia develan que, efectivamente, este fenómeno se apoya en un complejo sistema de complicidades y de ingeniería financiera, bancaria, fiscal y contable en las relaciones entre ciertas empresas y el Estado. A lo largo de muchos años se ha ido estructurando este sistema, desde antes de la década correísta y, por supuesto, incluyéndola.

Es evidente la opacidad, las redes de influencias y negociaciones secretas gracias a las cuales gobiernos y empresarios corruptos han contribuido a evaporar recursos. Cada día se filtran nuevos documentos que develan el pago de comisiones, desvíos de fondos, operaciones bancarias fraudulentas, sociedades offshore y, sobre todo, debilidad de nuestro Estado.

En el banquillo de los acusados faltan algunas figuras: los que coimaron, blanquearon capitales, intimidaron, manipularon el poder y obtuvieron pingües beneficios. Es hora ya de que ocupen el sitio que, en derecho, les corresponden. La otra “cara de la luna” de la corrupción no asoma en algunos alegatos fiscales ni sobre la mesa de los jueces. Tampoco aparecen los políticos cómplices, algunos aún actuantes.

Todos permanecen ocultos por una neblina densa y “legal” fuertemente blindada. Una coraza protectora que los salvaguarda del ciudadano. Pueden aprobarse normas anticorrupción ejemplares, pero los mecanismos con los que opera también pueden ser “ejemplares”. Hay un desequilibrio en la balanza de la justicia que, con determinación y decencia sus operadores honrados deben resolver con urgencia.


Por grande que sea el puesto, ha de mostrar que es mayor la persona”. Baltasar Gracián. Escritor español (1601-1658)

Un gran hombre demuestra su grandeza por el modo en que trata a los que son o tienen menos que él”. Thomas Carlyle. Historiador, pensador y ensayista inglés (1795-1881)

Los procesos anticorrupción que se ventilan en varios tribunales de justicia develan que, efectivamente, este fenómeno se apoya en un complejo sistema de complicidades y de ingeniería financiera, bancaria, fiscal y contable en las relaciones entre ciertas empresas y el Estado. A lo largo de muchos años se ha ido estructurando este sistema, desde antes de la década correísta y, por supuesto, incluyéndola.

Es evidente la opacidad, las redes de influencias y negociaciones secretas gracias a las cuales gobiernos y empresarios corruptos han contribuido a evaporar recursos. Cada día se filtran nuevos documentos que develan el pago de comisiones, desvíos de fondos, operaciones bancarias fraudulentas, sociedades offshore y, sobre todo, debilidad de nuestro Estado.

En el banquillo de los acusados faltan algunas figuras: los que coimaron, blanquearon capitales, intimidaron, manipularon el poder y obtuvieron pingües beneficios. Es hora ya de que ocupen el sitio que, en derecho, les corresponden. La otra “cara de la luna” de la corrupción no asoma en algunos alegatos fiscales ni sobre la mesa de los jueces. Tampoco aparecen los políticos cómplices, algunos aún actuantes.

Todos permanecen ocultos por una neblina densa y “legal” fuertemente blindada. Una coraza protectora que los salvaguarda del ciudadano. Pueden aprobarse normas anticorrupción ejemplares, pero los mecanismos con los que opera también pueden ser “ejemplares”. Hay un desequilibrio en la balanza de la justicia que, con determinación y decencia sus operadores honrados deben resolver con urgencia.


Por grande que sea el puesto, ha de mostrar que es mayor la persona”. Baltasar Gracián. Escritor español (1601-1658)

Un gran hombre demuestra su grandeza por el modo en que trata a los que son o tienen menos que él”. Thomas Carlyle. Historiador, pensador y ensayista inglés (1795-1881)

Los procesos anticorrupción que se ventilan en varios tribunales de justicia develan que, efectivamente, este fenómeno se apoya en un complejo sistema de complicidades y de ingeniería financiera, bancaria, fiscal y contable en las relaciones entre ciertas empresas y el Estado. A lo largo de muchos años se ha ido estructurando este sistema, desde antes de la década correísta y, por supuesto, incluyéndola.

Es evidente la opacidad, las redes de influencias y negociaciones secretas gracias a las cuales gobiernos y empresarios corruptos han contribuido a evaporar recursos. Cada día se filtran nuevos documentos que develan el pago de comisiones, desvíos de fondos, operaciones bancarias fraudulentas, sociedades offshore y, sobre todo, debilidad de nuestro Estado.

En el banquillo de los acusados faltan algunas figuras: los que coimaron, blanquearon capitales, intimidaron, manipularon el poder y obtuvieron pingües beneficios. Es hora ya de que ocupen el sitio que, en derecho, les corresponden. La otra “cara de la luna” de la corrupción no asoma en algunos alegatos fiscales ni sobre la mesa de los jueces. Tampoco aparecen los políticos cómplices, algunos aún actuantes.

Todos permanecen ocultos por una neblina densa y “legal” fuertemente blindada. Una coraza protectora que los salvaguarda del ciudadano. Pueden aprobarse normas anticorrupción ejemplares, pero los mecanismos con los que opera también pueden ser “ejemplares”. Hay un desequilibrio en la balanza de la justicia que, con determinación y decencia sus operadores honrados deben resolver con urgencia.


Por grande que sea el puesto, ha de mostrar que es mayor la persona”. Baltasar Gracián. Escritor español (1601-1658)

Un gran hombre demuestra su grandeza por el modo en que trata a los que son o tienen menos que él”. Thomas Carlyle. Historiador, pensador y ensayista inglés (1795-1881)

Los procesos anticorrupción que se ventilan en varios tribunales de justicia develan que, efectivamente, este fenómeno se apoya en un complejo sistema de complicidades y de ingeniería financiera, bancaria, fiscal y contable en las relaciones entre ciertas empresas y el Estado. A lo largo de muchos años se ha ido estructurando este sistema, desde antes de la década correísta y, por supuesto, incluyéndola.

Es evidente la opacidad, las redes de influencias y negociaciones secretas gracias a las cuales gobiernos y empresarios corruptos han contribuido a evaporar recursos. Cada día se filtran nuevos documentos que develan el pago de comisiones, desvíos de fondos, operaciones bancarias fraudulentas, sociedades offshore y, sobre todo, debilidad de nuestro Estado.

En el banquillo de los acusados faltan algunas figuras: los que coimaron, blanquearon capitales, intimidaron, manipularon el poder y obtuvieron pingües beneficios. Es hora ya de que ocupen el sitio que, en derecho, les corresponden. La otra “cara de la luna” de la corrupción no asoma en algunos alegatos fiscales ni sobre la mesa de los jueces. Tampoco aparecen los políticos cómplices, algunos aún actuantes.

Todos permanecen ocultos por una neblina densa y “legal” fuertemente blindada. Una coraza protectora que los salvaguarda del ciudadano. Pueden aprobarse normas anticorrupción ejemplares, pero los mecanismos con los que opera también pueden ser “ejemplares”. Hay un desequilibrio en la balanza de la justicia que, con determinación y decencia sus operadores honrados deben resolver con urgencia.


Por grande que sea el puesto, ha de mostrar que es mayor la persona”. Baltasar Gracián. Escritor español (1601-1658)

Un gran hombre demuestra su grandeza por el modo en que trata a los que son o tienen menos que él”. Thomas Carlyle. Historiador, pensador y ensayista inglés (1795-1881)