Compleja y peligrosa situación

¿Tiene el Estado los instrumentos adecuados para prevenir, reprimir y sancionar todos los delitos? La Ley se nos presenta como una herramienta débil y limitada, y se percibe a muchos de los operadores de justicia como faltos de energía. Se les señalan falla, defectos o esfuerzos inútiles. Pero, en lo esencial, muestran una carencia de determinación para desterrar el temor, la desconfianza y la inseguridad de los ciudadanos.

Los brotes de violencia colectiva que se registran, la evidente penetración del narcotráfico y la narcoguerrilla en ciertos estratos sociales e instituciones, la delincuencia organizada y callejera, la corrupción y una larga lista de anomalías sociales que se registran, obligan a reflexionar sobre sus orígenes, gravedad, influencia comunitaria y formas de presentación. Es compleja y peligrosa la situación en la que nos encontramos.

La brecha entre la Ley y la realidad, a la luz de los hechos, es cada vez más grande entre lo que se proclama como norma y lo que se hace en la práctica. Hay un abismo enorme entre lo que el derecho ordena y lo que los operadores de justicia hacen. Si hay miedo, impunidad e intimidación, no hay libertad posible y son la libertad y la paz social lo que están en juego.

Esto quizás sea lo peor y más condenable de la situación en la Sierra, la Costa y la Amazonía en todos sus estratos sociales. Nuestra institucionalidad democrática debe ponerse en movimiento cuanto antes y sobre la base de la discusión colectiva, honesta y desideologizada, desbrozar el camino a las correcciones y al fortalecimiento de nuestros sistemas de justicia y educativo.


Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo”. Franz Grillparzer Dramaturgo austriaco (1791-1872)

La libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen”. Ramiro de Maeztu Escritor español (1875-1936)

¿Tiene el Estado los instrumentos adecuados para prevenir, reprimir y sancionar todos los delitos? La Ley se nos presenta como una herramienta débil y limitada, y se percibe a muchos de los operadores de justicia como faltos de energía. Se les señalan falla, defectos o esfuerzos inútiles. Pero, en lo esencial, muestran una carencia de determinación para desterrar el temor, la desconfianza y la inseguridad de los ciudadanos.

Los brotes de violencia colectiva que se registran, la evidente penetración del narcotráfico y la narcoguerrilla en ciertos estratos sociales e instituciones, la delincuencia organizada y callejera, la corrupción y una larga lista de anomalías sociales que se registran, obligan a reflexionar sobre sus orígenes, gravedad, influencia comunitaria y formas de presentación. Es compleja y peligrosa la situación en la que nos encontramos.

La brecha entre la Ley y la realidad, a la luz de los hechos, es cada vez más grande entre lo que se proclama como norma y lo que se hace en la práctica. Hay un abismo enorme entre lo que el derecho ordena y lo que los operadores de justicia hacen. Si hay miedo, impunidad e intimidación, no hay libertad posible y son la libertad y la paz social lo que están en juego.

Esto quizás sea lo peor y más condenable de la situación en la Sierra, la Costa y la Amazonía en todos sus estratos sociales. Nuestra institucionalidad democrática debe ponerse en movimiento cuanto antes y sobre la base de la discusión colectiva, honesta y desideologizada, desbrozar el camino a las correcciones y al fortalecimiento de nuestros sistemas de justicia y educativo.


Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo”. Franz Grillparzer Dramaturgo austriaco (1791-1872)

La libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen”. Ramiro de Maeztu Escritor español (1875-1936)

¿Tiene el Estado los instrumentos adecuados para prevenir, reprimir y sancionar todos los delitos? La Ley se nos presenta como una herramienta débil y limitada, y se percibe a muchos de los operadores de justicia como faltos de energía. Se les señalan falla, defectos o esfuerzos inútiles. Pero, en lo esencial, muestran una carencia de determinación para desterrar el temor, la desconfianza y la inseguridad de los ciudadanos.

Los brotes de violencia colectiva que se registran, la evidente penetración del narcotráfico y la narcoguerrilla en ciertos estratos sociales e instituciones, la delincuencia organizada y callejera, la corrupción y una larga lista de anomalías sociales que se registran, obligan a reflexionar sobre sus orígenes, gravedad, influencia comunitaria y formas de presentación. Es compleja y peligrosa la situación en la que nos encontramos.

La brecha entre la Ley y la realidad, a la luz de los hechos, es cada vez más grande entre lo que se proclama como norma y lo que se hace en la práctica. Hay un abismo enorme entre lo que el derecho ordena y lo que los operadores de justicia hacen. Si hay miedo, impunidad e intimidación, no hay libertad posible y son la libertad y la paz social lo que están en juego.

Esto quizás sea lo peor y más condenable de la situación en la Sierra, la Costa y la Amazonía en todos sus estratos sociales. Nuestra institucionalidad democrática debe ponerse en movimiento cuanto antes y sobre la base de la discusión colectiva, honesta y desideologizada, desbrozar el camino a las correcciones y al fortalecimiento de nuestros sistemas de justicia y educativo.


Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo”. Franz Grillparzer Dramaturgo austriaco (1791-1872)

La libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen”. Ramiro de Maeztu Escritor español (1875-1936)

¿Tiene el Estado los instrumentos adecuados para prevenir, reprimir y sancionar todos los delitos? La Ley se nos presenta como una herramienta débil y limitada, y se percibe a muchos de los operadores de justicia como faltos de energía. Se les señalan falla, defectos o esfuerzos inútiles. Pero, en lo esencial, muestran una carencia de determinación para desterrar el temor, la desconfianza y la inseguridad de los ciudadanos.

Los brotes de violencia colectiva que se registran, la evidente penetración del narcotráfico y la narcoguerrilla en ciertos estratos sociales e instituciones, la delincuencia organizada y callejera, la corrupción y una larga lista de anomalías sociales que se registran, obligan a reflexionar sobre sus orígenes, gravedad, influencia comunitaria y formas de presentación. Es compleja y peligrosa la situación en la que nos encontramos.

La brecha entre la Ley y la realidad, a la luz de los hechos, es cada vez más grande entre lo que se proclama como norma y lo que se hace en la práctica. Hay un abismo enorme entre lo que el derecho ordena y lo que los operadores de justicia hacen. Si hay miedo, impunidad e intimidación, no hay libertad posible y son la libertad y la paz social lo que están en juego.

Esto quizás sea lo peor y más condenable de la situación en la Sierra, la Costa y la Amazonía en todos sus estratos sociales. Nuestra institucionalidad democrática debe ponerse en movimiento cuanto antes y sobre la base de la discusión colectiva, honesta y desideologizada, desbrozar el camino a las correcciones y al fortalecimiento de nuestros sistemas de justicia y educativo.


Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo”. Franz Grillparzer Dramaturgo austriaco (1791-1872)

La libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen”. Ramiro de Maeztu Escritor español (1875-1936)