La palabra de Moreno

Giovanni Carrión Cevallos

Los recientes resultados entregados por la firma Cedatos no son nada halagadores para el oficialismo. La credibilidad del Presidente Lenín Moreno está por los suelos. Apenas llega al 17,8%. En contraposición, un 79,7% de las personas encuestadas no creen en su palabra, la cual a ese ritmo –hay que decirlo- valdrá menos que ese bolívar venezolano que está desde hace algún tiempo sometido a una monstruosa hiperinflación. De otro lado, la gestión del régimen se valora en un 19%, lo cual equivale a reprobar el año frente al escrutinio ciudadano. Atrás quedó esa aceptación del 66% con que se inauguraba en el año 2017 su período. Así de mal está el ‘gobierno de todos’.

Lo cierto es que el morenismo (que no es otra cosa que Alianza País sin su rostro autoritario), camina sin un norte, dando palos de ciego. En realidad, no sabemos hacia dónde vamos. Y por ello precisamente, ante tanta incertidumbre, los ecuatorianos, en un número abrumador se sienten preocupados, frustrados y tristes. El año 2020, sin duda, mostrará con dureza las consecuencias de esa falta de capacidad de nuestras autoridades para enderezar a la nave del estado y conducirla a buen puerto.

Claro, no faltan los justificativos. Se dice que el morenismo (correísmo puro y duro) recibió una economía ralentizada. Así mismo fue. Pero lo que no se menciona es que buena parte de quienes ahora están en funciones, comenzando por el Primer Mandatario, permanecieron atados –mediante un fuerte cordón umbilical- a su mentor, formando parte de la mal llamada revolución ciudadana. A esto debe sumarse que el ritmo de endeudamiento no ha disminuido si se compara con su predecesor, salvo pequeños matices. En resumen, seguimos viviendo de la ‘tarjeta de crédito’.

Por eso será que la palabra del Lic. Moreno se desploma como castillo de naipes. (O)

[email protected]

Giovanni Carrión Cevallos

Los recientes resultados entregados por la firma Cedatos no son nada halagadores para el oficialismo. La credibilidad del Presidente Lenín Moreno está por los suelos. Apenas llega al 17,8%. En contraposición, un 79,7% de las personas encuestadas no creen en su palabra, la cual a ese ritmo –hay que decirlo- valdrá menos que ese bolívar venezolano que está desde hace algún tiempo sometido a una monstruosa hiperinflación. De otro lado, la gestión del régimen se valora en un 19%, lo cual equivale a reprobar el año frente al escrutinio ciudadano. Atrás quedó esa aceptación del 66% con que se inauguraba en el año 2017 su período. Así de mal está el ‘gobierno de todos’.

Lo cierto es que el morenismo (que no es otra cosa que Alianza País sin su rostro autoritario), camina sin un norte, dando palos de ciego. En realidad, no sabemos hacia dónde vamos. Y por ello precisamente, ante tanta incertidumbre, los ecuatorianos, en un número abrumador se sienten preocupados, frustrados y tristes. El año 2020, sin duda, mostrará con dureza las consecuencias de esa falta de capacidad de nuestras autoridades para enderezar a la nave del estado y conducirla a buen puerto.

Claro, no faltan los justificativos. Se dice que el morenismo (correísmo puro y duro) recibió una economía ralentizada. Así mismo fue. Pero lo que no se menciona es que buena parte de quienes ahora están en funciones, comenzando por el Primer Mandatario, permanecieron atados –mediante un fuerte cordón umbilical- a su mentor, formando parte de la mal llamada revolución ciudadana. A esto debe sumarse que el ritmo de endeudamiento no ha disminuido si se compara con su predecesor, salvo pequeños matices. En resumen, seguimos viviendo de la ‘tarjeta de crédito’.

Por eso será que la palabra del Lic. Moreno se desploma como castillo de naipes. (O)

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Los recientes resultados entregados por la firma Cedatos no son nada halagadores para el oficialismo. La credibilidad del Presidente Lenín Moreno está por los suelos. Apenas llega al 17,8%. En contraposición, un 79,7% de las personas encuestadas no creen en su palabra, la cual a ese ritmo –hay que decirlo- valdrá menos que ese bolívar venezolano que está desde hace algún tiempo sometido a una monstruosa hiperinflación. De otro lado, la gestión del régimen se valora en un 19%, lo cual equivale a reprobar el año frente al escrutinio ciudadano. Atrás quedó esa aceptación del 66% con que se inauguraba en el año 2017 su período. Así de mal está el ‘gobierno de todos’.

Lo cierto es que el morenismo (que no es otra cosa que Alianza País sin su rostro autoritario), camina sin un norte, dando palos de ciego. En realidad, no sabemos hacia dónde vamos. Y por ello precisamente, ante tanta incertidumbre, los ecuatorianos, en un número abrumador se sienten preocupados, frustrados y tristes. El año 2020, sin duda, mostrará con dureza las consecuencias de esa falta de capacidad de nuestras autoridades para enderezar a la nave del estado y conducirla a buen puerto.

Claro, no faltan los justificativos. Se dice que el morenismo (correísmo puro y duro) recibió una economía ralentizada. Así mismo fue. Pero lo que no se menciona es que buena parte de quienes ahora están en funciones, comenzando por el Primer Mandatario, permanecieron atados –mediante un fuerte cordón umbilical- a su mentor, formando parte de la mal llamada revolución ciudadana. A esto debe sumarse que el ritmo de endeudamiento no ha disminuido si se compara con su predecesor, salvo pequeños matices. En resumen, seguimos viviendo de la ‘tarjeta de crédito’.

Por eso será que la palabra del Lic. Moreno se desploma como castillo de naipes. (O)

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Los recientes resultados entregados por la firma Cedatos no son nada halagadores para el oficialismo. La credibilidad del Presidente Lenín Moreno está por los suelos. Apenas llega al 17,8%. En contraposición, un 79,7% de las personas encuestadas no creen en su palabra, la cual a ese ritmo –hay que decirlo- valdrá menos que ese bolívar venezolano que está desde hace algún tiempo sometido a una monstruosa hiperinflación. De otro lado, la gestión del régimen se valora en un 19%, lo cual equivale a reprobar el año frente al escrutinio ciudadano. Atrás quedó esa aceptación del 66% con que se inauguraba en el año 2017 su período. Así de mal está el ‘gobierno de todos’.

Lo cierto es que el morenismo (que no es otra cosa que Alianza País sin su rostro autoritario), camina sin un norte, dando palos de ciego. En realidad, no sabemos hacia dónde vamos. Y por ello precisamente, ante tanta incertidumbre, los ecuatorianos, en un número abrumador se sienten preocupados, frustrados y tristes. El año 2020, sin duda, mostrará con dureza las consecuencias de esa falta de capacidad de nuestras autoridades para enderezar a la nave del estado y conducirla a buen puerto.

Claro, no faltan los justificativos. Se dice que el morenismo (correísmo puro y duro) recibió una economía ralentizada. Así mismo fue. Pero lo que no se menciona es que buena parte de quienes ahora están en funciones, comenzando por el Primer Mandatario, permanecieron atados –mediante un fuerte cordón umbilical- a su mentor, formando parte de la mal llamada revolución ciudadana. A esto debe sumarse que el ritmo de endeudamiento no ha disminuido si se compara con su predecesor, salvo pequeños matices. En resumen, seguimos viviendo de la ‘tarjeta de crédito’.

Por eso será que la palabra del Lic. Moreno se desploma como castillo de naipes. (O)

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