Mal manejo de la comunicación política

En el equipo de asesores del Presidente no sabe tomar en cuenta algunos aspectos elementales, y al mismo tiempo, irrenunciables, de la comunicación política. Se ignora, entre otros, al factor tiempo, a los escenarios y al cómo, cuándo, dónde, por qué y qué decir, así como quién lo dice. Resulta evidente que no existe coordinación entre los varios ministerios y la Presidencia.

Las herramientas más básicas de la comunicación son pasadas por alto, afectando directamente al que más deberían proteger: el Presidente de la República. En esta línea también hay que interpretar los hechos que se suscitaron en octubre, pues la improvisación con la cual se manejó la eliminación de los subsidios a los combustibles fue catastrófica.

Sin embargo, dar dos veces con la misma piedra parece ser el nuevo brillante plan de Carondelet. El intento bastante torpe de dividir el movimiento indígena para otra vez dar paso a la “focalización de los combustibles”, no va a tener resultados positivos si no se hace un trabajo más profesional en el aspecto comunicacional.

Inaugurar canchas sintéticas o McDonald’s no es justamente la política pública que uno se esperaría de un gobierno. Tampoco va a mejorar otro concepto básico en asesoría política, que es hacerle ganar confianza a nuestro Presidente.

El equipo de Gobierno debe renovarse, pues la improvisación, el candidato débil e impopular representado por Moreno y el divorcio total hacia la población, solo garantizan más y más fracasos. A Moreno hay que reconstruirle y mejorar su imagen. Dicho sea de paso, no estaba tan mal, pero lograron acabar con todo o casi todo su capital político.

Para el nuevo año esperemos que despierten y que no sigan confiando en sus verdades, sino en lo que dicen las encuestas y en lo que se ve y se siente en la calle. Seguir alabándose entre ellos solo empeorará la situación. Falta aproximadamente un año para las próximas elecciones (salvo imprevistos) y este Gobierno debe mejorar su imagen, si no quiere pasar a la historia como uno de los peores. Veamos si logran organizarse y trabajar como se debe.

[email protected]

En el equipo de asesores del Presidente no sabe tomar en cuenta algunos aspectos elementales, y al mismo tiempo, irrenunciables, de la comunicación política. Se ignora, entre otros, al factor tiempo, a los escenarios y al cómo, cuándo, dónde, por qué y qué decir, así como quién lo dice. Resulta evidente que no existe coordinación entre los varios ministerios y la Presidencia.

Las herramientas más básicas de la comunicación son pasadas por alto, afectando directamente al que más deberían proteger: el Presidente de la República. En esta línea también hay que interpretar los hechos que se suscitaron en octubre, pues la improvisación con la cual se manejó la eliminación de los subsidios a los combustibles fue catastrófica.

Sin embargo, dar dos veces con la misma piedra parece ser el nuevo brillante plan de Carondelet. El intento bastante torpe de dividir el movimiento indígena para otra vez dar paso a la “focalización de los combustibles”, no va a tener resultados positivos si no se hace un trabajo más profesional en el aspecto comunicacional.

Inaugurar canchas sintéticas o McDonald’s no es justamente la política pública que uno se esperaría de un gobierno. Tampoco va a mejorar otro concepto básico en asesoría política, que es hacerle ganar confianza a nuestro Presidente.

El equipo de Gobierno debe renovarse, pues la improvisación, el candidato débil e impopular representado por Moreno y el divorcio total hacia la población, solo garantizan más y más fracasos. A Moreno hay que reconstruirle y mejorar su imagen. Dicho sea de paso, no estaba tan mal, pero lograron acabar con todo o casi todo su capital político.

Para el nuevo año esperemos que despierten y que no sigan confiando en sus verdades, sino en lo que dicen las encuestas y en lo que se ve y se siente en la calle. Seguir alabándose entre ellos solo empeorará la situación. Falta aproximadamente un año para las próximas elecciones (salvo imprevistos) y este Gobierno debe mejorar su imagen, si no quiere pasar a la historia como uno de los peores. Veamos si logran organizarse y trabajar como se debe.

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En el equipo de asesores del Presidente no sabe tomar en cuenta algunos aspectos elementales, y al mismo tiempo, irrenunciables, de la comunicación política. Se ignora, entre otros, al factor tiempo, a los escenarios y al cómo, cuándo, dónde, por qué y qué decir, así como quién lo dice. Resulta evidente que no existe coordinación entre los varios ministerios y la Presidencia.

Las herramientas más básicas de la comunicación son pasadas por alto, afectando directamente al que más deberían proteger: el Presidente de la República. En esta línea también hay que interpretar los hechos que se suscitaron en octubre, pues la improvisación con la cual se manejó la eliminación de los subsidios a los combustibles fue catastrófica.

Sin embargo, dar dos veces con la misma piedra parece ser el nuevo brillante plan de Carondelet. El intento bastante torpe de dividir el movimiento indígena para otra vez dar paso a la “focalización de los combustibles”, no va a tener resultados positivos si no se hace un trabajo más profesional en el aspecto comunicacional.

Inaugurar canchas sintéticas o McDonald’s no es justamente la política pública que uno se esperaría de un gobierno. Tampoco va a mejorar otro concepto básico en asesoría política, que es hacerle ganar confianza a nuestro Presidente.

El equipo de Gobierno debe renovarse, pues la improvisación, el candidato débil e impopular representado por Moreno y el divorcio total hacia la población, solo garantizan más y más fracasos. A Moreno hay que reconstruirle y mejorar su imagen. Dicho sea de paso, no estaba tan mal, pero lograron acabar con todo o casi todo su capital político.

Para el nuevo año esperemos que despierten y que no sigan confiando en sus verdades, sino en lo que dicen las encuestas y en lo que se ve y se siente en la calle. Seguir alabándose entre ellos solo empeorará la situación. Falta aproximadamente un año para las próximas elecciones (salvo imprevistos) y este Gobierno debe mejorar su imagen, si no quiere pasar a la historia como uno de los peores. Veamos si logran organizarse y trabajar como se debe.

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En el equipo de asesores del Presidente no sabe tomar en cuenta algunos aspectos elementales, y al mismo tiempo, irrenunciables, de la comunicación política. Se ignora, entre otros, al factor tiempo, a los escenarios y al cómo, cuándo, dónde, por qué y qué decir, así como quién lo dice. Resulta evidente que no existe coordinación entre los varios ministerios y la Presidencia.

Las herramientas más básicas de la comunicación son pasadas por alto, afectando directamente al que más deberían proteger: el Presidente de la República. En esta línea también hay que interpretar los hechos que se suscitaron en octubre, pues la improvisación con la cual se manejó la eliminación de los subsidios a los combustibles fue catastrófica.

Sin embargo, dar dos veces con la misma piedra parece ser el nuevo brillante plan de Carondelet. El intento bastante torpe de dividir el movimiento indígena para otra vez dar paso a la “focalización de los combustibles”, no va a tener resultados positivos si no se hace un trabajo más profesional en el aspecto comunicacional.

Inaugurar canchas sintéticas o McDonald’s no es justamente la política pública que uno se esperaría de un gobierno. Tampoco va a mejorar otro concepto básico en asesoría política, que es hacerle ganar confianza a nuestro Presidente.

El equipo de Gobierno debe renovarse, pues la improvisación, el candidato débil e impopular representado por Moreno y el divorcio total hacia la población, solo garantizan más y más fracasos. A Moreno hay que reconstruirle y mejorar su imagen. Dicho sea de paso, no estaba tan mal, pero lograron acabar con todo o casi todo su capital político.

Para el nuevo año esperemos que despierten y que no sigan confiando en sus verdades, sino en lo que dicen las encuestas y en lo que se ve y se siente en la calle. Seguir alabándose entre ellos solo empeorará la situación. Falta aproximadamente un año para las próximas elecciones (salvo imprevistos) y este Gobierno debe mejorar su imagen, si no quiere pasar a la historia como uno de los peores. Veamos si logran organizarse y trabajar como se debe.

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