Los termómetros, locos en la Antártida

BASE. Los pinguinos papúa ‘patrullan’ la zona.
BASE. Los pinguinos papúa ‘patrullan’ la zona.

ROSA M. TRISTÁN, EL PAÍS

Las noticias, primero con los 18ºC registrados en la base argentina Esperanza y, pocos días después, los 20º en otra base de este país llamada Marambio, ambas en la zona de la península Antártica, ha dado la vuelta al mundo. En la isla Livingston, donde se encuentran en estos momentos un numeroso grupo de científicos españoles, prima la cautela ante estos datos, aunque todos reconocen que esta campaña no están teniendo las temperaturas de otros años… “Fíjate cómo iba de abrigado el año pasado por estas fechas y, desde luego, el glaciar no estaba como ahora”, me cuenta el glaciólogo Ricardo Rodríguez, de la Universidad Politécnica de Madrid, mientras repasa conmigo algunos datos del proyecto de glaciología español en estas tierras donde la nieve no hace acto de presencia.

En realidad, todos los veteranos de la base antártica española (BAE) Juan Carlos I de la isla Livingston, en una de las zonas más calientes del continente, recuerdan estos días los años en los que llegaban a abrir la base en noviembre y estaba de nieve “hasta arriba” (este año no había ni gota, eso sí, en diciembre) o cuando subían con las motos de nieve al glaciar (ahora lo tienen que hacer andando). “Y mira esas dos calvas del glaciar que tenemos enfrente; no eran tan grandes la última vez que vine en 2016”, me cuenta Jordi de Felipe, que ha sido muchos años jefe de la BAE del CSIC y que ahora ha vuelto a ejercer el cargo en la segunda fase de esta campaña.