Políticas bisiestas

Andrés Poma Costa

Todos alguna vez hemos dudado o desconocido el significado del término bisiesto. Quizá si nos preguntan y esperan de nosotros la inmediatez de una respuesta, no sabríamos con exactitud qué contestar. Pero, para eso están los ejemplos, pues no hay mejor forma de aprender las cosas que de manera ilustrativa.

Así como el calendario trae una fecha irregular, es decir, un día como hoy que sucede cada cuatro años, de similar manera durante el mismo espacio de tiempo llegan las elecciones, los candidatos y las promesas. Aparecen nuevos movimientos, rostros que no conocemos y también las figuras de siempre; asoman ofertas improbables, acciones fingidas y palabras en exceso. Cada cierto tiempo el ciclo se repite, para, en definitiva, continuar relativamente igual.

Tal como el año bisiesto aparece dentro de un periodo establecido, la realidad política de nuestro medio, y sobre todo la electoral, se desarrollan de la misma forma; ambas que, con un contenido ilusorio, oportunista e irresponsable, destruyen con su intermitencia toda posibilidad de adelanto. En resumen, y por la ilustración de este ejemplo, podríamos afirmar que vivimos de momentos breves, programados y ficticios.

Ahora bien, el ejemplo podrá ser suspicaz, ingenioso, quizá para algunos divertido, pero la realidad es seria y cada vez más preocupante, porque el presente y por ende el futuro obedecen a políticas “bisiestas”, las cuales acontecen de repente cuando la agenda electoral lo determina. Y la vida, los problemas y el progreso, no suceden cada cierto tiempo y no son ni deben ser, un tema de momento. Entonces, desde nuestro espacio y decisión, ¿qué haremos al respecto? (O)

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