Petróleo, oro y más

Eduardo F. Naranjo C.

Las riquezas minerales, teóricamente, pertenecen al conjunto social; sin embargo, sus beneficios llegan apenas a sus dueños. Estos siempre se reparten entre administradores del Estado e ‘inversionistas’ locales y transnacionales, el sistema así lo prevé y explica el alto nivel de corrupción en todos los niveles.

Los contratos siempre son manipulados, porque los ‘inversionistas’ ponen su gente en los lugares de mando del Gobierno, eso explica dudosas concesiones, sobreprecios en las labores operativas, fraudulencia en precios y así por el estilo.

En escasas ocasiones hubo en puestos de mando clave gente honesta, que fueron echadas cuando no accedieron a ‘insinuaciones’ dudosas. Es la razón por la que toda clase de granujas quieren ‘gobernar’ este país.

Ministros entran y salen, pero basta un corto tiempo en las tres grandes líneas: recursos naturales, energía eléctrica, telefonía, es suficiente, luego retiradas suaves del primer plano inmunes y contentos.

Fernando Reyes, experto petrolero, desarrolló una investigación sobre el manejo petrolero y la posibilidad de ir al cambio energético, documento que analiza diferentes factores de la industria donde los precios no son los que deberían ser, lo que corrobora nuestro punto de vista que las grandes empresas estatales casi nunca han estado en mano de los que saben, sino de los que pueden beneficiar al coro de ‘inversionistas’, que medran todo el tiempo y hasta fabrican partidos políticos.

Es claro que no es el conocimiento técnico especializado el que opera este país, sino los amigazos y charlatanes que por cualquier circunstancia y con el apoyo mediático se inventan como “buenos gestores”, si las redes sociales fuesen confiables podrían sacar máscaras y construir un futuro sustentable para los dueños de la riqueza.

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