‘Facilona’: el diario de una mujer real

AUTORA. El vértigo urbano del redondel de la Floresta acompañó la escritura de sus cuentos.
AUTORA. El vértigo urbano del redondel de la Floresta acompañó la escritura de sus cuentos.

En su nuevo libro, Silvia Stornaiolo confronta a la sociedad machista con jocosa resignación.

A veces, no queda más remedio ante las desgracias propias que reírnos en su cara. La ansiedad y el dolor se combaten con ironía en la cotidianidad de los personajes femeninos de Silvia Stornaiolo. Su último libro de cuentos, ‘Facilona’, es una compilación de anécdotas escritas desde la ficción, pero identificables como situaciones comunes para toda mujer en el mundo real.

Además de explorar la cara imperfecta que la mayoría de ficciones intentan ocultar sobre lo femenino, la escritura de Stornaiolo pone en relación y constante enfrentamiento a la feminidad con esa masculinidad devoradora y perversa que rige las jerarquías sociales:

Jefes que obligan a sus empleadas a salir con ellos, profesores que se obsesionan con sus alumnas, galanes que no entienden de consentimiento o maridos que se creen con el derecho de mandar sobre el cuerpo de sus esposas los hay por miles. Pero ¿cómo lidia la dama promedio con estas incómodas -y peligrosas- situaciones?

Más que ceder ante el miedo y hundirse, los personajes de ‘Facilona’ se sacuden como un gato después de erizarse, se maquillan los dolores y siguen de pie, aferrados a la creencia vacía de que ‘todo va a estar bien’. No son, tampoco, heroínas ni sobrevivientes ejemplares, ni mucho menos encuentran paz en la venganza.

No logran salvarse. Se tambalean con torpeza y vergüenza de vuelta a ese mundo corrompido que, a la final, es el único posible para amar.

¿Cuál fue el proceso de escritura de los cuentos de ‘Facilona’ y cómo se unieron a la nouvelle que cierra el libro?

La novela corta es parte de un diario íntimo que tenía hace algunos años. Me encontré con este cuaderno y me quedé loca, era muy fuerte.

Lo reescribí, lo cambié mucho, lo hice más literario y de ahí parte. Los cuentos, en cambio, se dieron en un momento en que necesitaba escribir de verdad.

Habían pasado algunos años en que no había hecho nada con respecto a esto, estaba dedicada a otras cosas, y surgió en mi una necesidad super fuerte. Así es que venía a este parque y me sentaba a anotar cualquier cosa. Fue algo súbito, contrario a la novela corta, que fue otro proceso.

¿Cómo fue reencontrarte con la Silvia que había escrito ese diario?

Fue muy bacán, porque si bien la historia es fuerte, me encantó encontrarme con una mujer a la que yo respetaría.

Me gustó el personaje, sobre todo, y poder ser yo y no ser yo al mismo tiempo.

Lo femenino en los cuentos está en conflicto con una masculinidad que oprime. ¿Por qué?

No tenía esa intención, se dio. Seguramente por las vivencias, por las experiencias que hemos tenido yo, las mujeres de mi familia, mis amigas. Supongo que salió de mi inconsciente ese asunto.

En alguna entrevista mencionabas que tu escritura, hoy, es una venganza contra ti misma…

Venganza, pero desde lo jocoso o cómico. Me burlo de mí misma cuando escribo. No es una venganza macabra.

Cuando encontré el diario, me sentí orgullosa pero también me moría de la risa, porque cuando el tiempo pasa, regresas a ver y dices ‘qué pelotuda, qué manera de sufrir’. Esa es la venganza, reírme de mí misma.

Hay en los cuentos una enunciación constante desde el ‘yo’, ¿cómo surge esa voz en ti cuando escribes?

Creo fervientemente que atraigo cosas muy sorprendentes. Tal vez todos piensan lo mismo, pero las cosas me pasan porque las atraigo, me expongo muchísimo cuando salgo, cuando conozco a alguien.

Puede ser que inconscientemente -o consciente- estoy tratando de llamar la atención, y entonces suceden cosas fantásticas en la cotidianidad.

De todo eso que me sucede es que yo puedo decir ‘me podría pasar algo mil veces peor’, y ahí es que escribo.

Las mujeres de tus cuentos rompen con la idea de los personajes femeninos perfectos, más bien, son todo lo contrario.

Exacto, es ir al límite, estar en el borde, en situaciones que todas vivimos, pero quizás yo tengo la buena fortuna de verlas de otra manera.

De captarlas de una manera más graciosa. Hay que encontrarle el humor a la vida, porque, si no, te deprimes.

¿Cuál es el lugar que tiene la escritura en tu vida?

Cuando empecé a escribir, que fue muy joven, desde mi primer libro sí tuve la intención de sacar un libro anual. Pero me di cuenta de que era un error, porque me estaba obligando. A partir del cuarto libro me detuve, porque empecé a trabajar y me metí de lleno en eso, entonces no tenía tiempo. Pero siempre ha sido muy importante.

Todos los días escribo en mi diario, siempre estoy anotando cualquier cosita.
Me gusta mucho leer, tengo una relación muy especial con la literatura. Pero sí paré un tiempo. Ahora ya no quiero parar nunca más. (AA)

EL DATO

Stornaiolo ha escrito las novelas ‘Tanta joroba’ y ‘Tenga’, y los libros de cuentos ‘Cuerva crios’ y ‘Funda mental’.