Bienvenidos al verdadero Guayaquil

Quienes me conocen saben que llevo 10 años viviendo en Guayaquil y que no he parado de evidenciar la dolorosa desigualdad que se vive en esta ciudad. La forma tan discriminatoria de gestión con la que se han manejado los gobernantes aquí.

El Ecuador entero está asombrado y en estado de “shock” al ver cómo Guayaquil se ha convertido en el foco infeccioso de este terrible virus. Ahora, piensa lo que significa quedarse en una casa que mida 10 metros cuadrados en la que viven seis integrantes o más, sin televisión por cable, sin internet ni libros…

La mayoría de estas personas no tienen garantizado su sueldo a fin de mes. El 31 de marzo será el verdadero caos porque a la mayoría de ellos el acuerdo ministerial no los protege ya que no trabaja en relación de dependencia. Son personas que viven al día, que salen a vender agua, vasos de cola, estibando, cuidando, lavando ropa ajena, etc.

Ese es el Guayaquil que hoy están viendo por la tele, ¿el otro? Si tuviéramos gobernantes con una pizca de solidaridad, apenas se supo del primer caso confirmado hubiesen tomado la decisión de poner en aislamiento a las personas que llegaron de Europa y Estados Unidos, a los que sí tenían posibilidades de quedarse quietos en su casa durante tres semanas.

Además, tenían que haberse acordado de ellos, de los otros, los olvidados, a los que sólo visitan una vez cada cuatro años para pedir votos y ni siquiera llegan a todos ellos.

La próxima vez que haya un imprevisto tan grave como el que estamos viviendo deberíamos estar preparados para enfrentarlo de la mejor manera. No soy socialista, cada quien debe luchar por lo suyo pero al menos se le debería dar a la gente una real oportunidad y hoy ellos no la tienen, se la han negado por años. (O)

Rafaela Rodríguez

Residente en Guayaquil