Virus V

Hubo una reacción virulenta -hablando de virus- de los guayaquileños a los comentarios emitidos por la periodista quiteña Janeth Hinostroza, lo que la ha obligado a disculparse públicamente. Quiero pensar que sus comentarios los hizo de buena fe, sin el afán de ofender ni de fomentar el regionalismo, pero en estos tiempos de coronavirus -tiempos de crispación de ánimos-, provocó el desbordamiento de toda la rabia y frustración contenida en todos los ecuatorianos que estamos con los ánimos a flor de piel.

Hablando de regionalismo recordemos su origen. Fue el sueño del Libertador Simón Bolívar -a propósito, estoy viendo la serie ‘Bolívar’ en Netflix-, cristalizarlo en la creación de ‘La Gran Colombia’. Más, sin embargo, su sueño se frustró por el egoísmo y la ambición de caudillos regionalistas, que dieron al traste con un proyecto que de haberse consolidado, ahora ‘La Gran Colombia’ sería uno de los países latinoamericanos más grandes y poderosos, pues lo conformaban Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela (incluyendo a la zona en reclamación Guyano-Venezolana, así como algunos otros territorios que formaban parte de los países mencionados, pero que ahora pertenecen a Brasil, Nicaragua, Perú y Bolivia).

Estados Unidos de América es el país más poderoso del mundo, pues lo conforman 50 estados. La Gran Colombia, sin lugar a dudas hubiese ocupado un sitio estelar en el concierto de América Latina.

El 13 de mayo de 1830 se creó un nuevo Estado con el nombre de Ecuador. Se formó con los departamentos de Quito, Guayaquil y Cuenca. El naciente país debió llamarse ‘Estado de Quito’ o ‘República de Quito’, pero el espíritu regionalista que se mantenía lo impidió. Desde la Independencia del Ecuador han soplado vientos regionalistas y separatistas, como ocurre hoy con la provincia del Guayas. Continuará.