Patriarcado en pandemia

El virus llegó más rápido que la capacidad de prevención de grandes y pequeños países. Hay pocos factores en común en general, pero muchos países especialmente de América Latina, creo miramos al otro lado del mundo sin comprender la naturaleza de una amenaza invisible, hicimos alarde a nuestra incredulidad pensando que no llegará a nuestros territorios, ese sesgo de querer vivir haciendo honor al «Ojalá que no nos llegue» (algo así como sucede en todo el mundo con el cambio climático). Todo eso mientras los aeropuertos operaban al 100%, siendo la única entrada libre del virus era sólo cuestión de tiempo, presumo que como países sorteamos la suerte con tal de no perder la economía.

Luego tenemos otro factor en común, la demostración de las prioridades de los patriarcados, especialmente de las grandes naciones, aquellos que luchan por el poder de dominar y encontrar o adquirir la vacuna que no necesariamente prevén regalar al mundo. A la par de eso, poco difundido está el despliegue de tropas militares a donde pueden y bajo interés que desconocemos y deberíamos preocuparnos. No es teoría conspiranoica, son realidades no profundizadas que evaden nuestro conocimiento, donde una vez más el patriarcado lo que hace es exhibir su poder capitalista en su máximo esplendor.

Para el filósofo eslovenio Zizek, la respuesta a la pandemia es una barbarie humana o un comunismo salvador, suena tan radical versus el poder mantener la vida pre-pandemia que conocimos. Mientras lo peor ya está pasando en nuestras esquinas, vamos ya ensayando la inevitable transformación que se nos viene, la cual creo que será individual y buena con una proyección lenta a lo colectivo, una comunión de las fuerzas de todos que finalmente nos haga mejores ciudadanos del mundo.

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