Un mundo más justo

La pandemia que ahora azota al mundo, no tiene antecedentes en la historia y el comportamiento de ciertos países frente a sus semejantes no va a la zaga, en una demostración de prepotencia que avergüenza a la raza humana.

Nadie puede poner en duda que -a menos que haya sido forjado en laboratorio- el coronavirus era un mal desconocido, lo cual hacía imposible una estrategia adecuada para combatirlo antes de hacerse presente en China. Mas, varias de las otras enfermedades que el orbe soporta en la actualidad, bien pudieron ser enfrentadas por los países industrializados antes de que cobren elevado número de vidas humanas.

Atención más cuidadosa prestan las grandes potencias a la política interna de pequeños estados dueños de petróleo, oro, platino, cadmio y otras materias, cuyos gobiernos legítimos son acosados si es que no se someten a los designios de los gigantes, que con la mayor desvergüenza irrespetan la Ley que rige a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mediante lo puntualizado en su Consejo de Seguridad, integrado por Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia.

Los periodistas ecuatorianos representados por la Federación Nacional (Fenape), hace más de 5 años planteó al mundo una reorganización de tal entidad, la cual debería observar -entre otros- los siguientes puntos: 1.- Constitución de un Comité de Trabajo Excepcional, conformado por sus actuales 5 miembros permanentes, más el Papa romano, el Jefe máximo del Islam, Alemania, la India y Japón. 2.- Elaboración de una Ley en donde la máxima autoridad sea la Asamblea General de la ONU y no su Consejo de Seguridad.

3.- Las resoluciones de las diferentes jefaturas, serán siempre avaladas por la Asamblea General. 4.- Ningún estado podrá tomar decisiones contra otro y en caso de hacerlo será inmediatamente suspendido en sus derechos. 5.- La libre determinación de los pueblos es un derecho universal que nadie podrá irrespetar, ni siquiera la Asamblea General.

Cuando se produzcan estas reformas deberán formular aquellas otras que garanticen educación de calidad, salubridad, vivienda, acceso a la cultura, recreación y deportes para todos. Basta ya de amenazas de los gigantes contra los débiles; de los que quieren ser dueños de todo contra los que carecen hasta del aire requerido para respirar. Fuera de los gobiernos los nuevos kanes, zares, reyes, chas, emperadores y príncipes absolutistas. Los seres humanos queremos un mundo más justo para todos.