Tiempo de virus

No volveremos a la cotidianidad como la conocimos antes de la pandemia. No podemos perpetuar errores, regresar sin estrategias y seguir esperando campantes un país que ya no existe. Volver sin respuestas para un pueblo empobrecido, hambreado, desempleado, saqueado y enfermo que no espera diagnóstico ni artilugios de gobernantes indolentes que se afanaron por el descalabro en mutismo. Cero para educación y salud.

En tiempos de virus el estallido colectivo está cerca: gente comiendo en basureros, millares de estudiantes que abandonan sus estudios por falta de presupuesto e ineptitud de rectores que le temen, más que a la pandemia, bajarse el sueldo; migrantes que salen por las fronteras y otros que llegan a violentar reglas de confinamiento; robos agrestes omnipresentes desde la compra de insumos médicos y fundas para cadáveres; asaltos a mano armada a motociclistas repartidores de comida y medicinas; muertos resucitados y perdidos en estadística; crimen en calles vacías y bomberos trompetistas; militares conmocionados y futbolistas amortajados; dólares circulando maniatados al narcotráfico; plantones de protesta entreverando miles de enfermos asintomáticos y vagabundos; toda esa desobediencia civil e indisciplina desatadas por falta de atención a grupos empobrecidos y desempleados que se desenvuelven en más miseria.

No podemos salir sin cambiar la mentalidad, mucha imaginación, nuevas ideas y sin un plan fraterno, nacionalista, comunitario y solidario: sin cuidar la salud de nuestros campesinos y pescadores.

¿Cómo confiar ahora en autoridades carentes de liderazgo que avivaron la llama de la corrupción, el regionalismo, separatismo y desunión; en vividores ‘correa-morenistas’ del saqueo en plena vorágine del Covid-19?¿Cómo parar el tecnicismo del sobreprecio y el drama que arrasó hospitales, universidades, cuarteles y mercados?

¿No es hora de acabar con despidos de empleados en vez de bajar salarios y pagar la hora de trabajo, bajar el costo de los servicios básicos y evitar que legisladores mediocres armen impuestos y multas que pronto serán deudas incobrables e impagables? ¿No es momento de vencer miedos, tristezas, soledades, ansiedades y depresiones?

¡Qué la imaginación no se quede encerrada en casa!