Los impuestos agrícolas

Los países más industrializados aumentaron los subsidios a sus agricultores y siguieron utilizando muchas prácticas que distorsionan el comercio y dificultan el crecimiento de los países menos desarrollados. En general, los países que conforman la OCDE gastaron unos 257.300 millones de dólares para apoyar la producción local de alimentos el año pasado, un incremento desde los 229.700 millones de dólares. La mayor parte del dinero fue a las explotaciones agrícolas más grandes y no a los pequeños agricultores, pues los pagos se basaron en la producción, dijo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico en un reporte.

En los hechos, cuánto más produce una instalación agrícola, más dinero recibe, lo que crea uno de los sistemas de subsidios distorsivos del comercio más criticados. La intervención gubernamental continúa siendo significativa, creando importantes efectos sobre la producción, el comercio y el ambiente. La mayor parte de la ayuda que dieron los gobiernos a los agricultores fue del tipo que más distorsiona el comercio, lo que empeora las desigualdades y ayuda a deprimir los precios internacionales de las materias primas.

La Unión Europea gastó 121.400 millones de dólares, desde 94.800 millones de dólares en el año anterior; Japón destinó a sus subsidios unos 44.700 millones de dólares, y Estados Unidos gastó 38.900 millones de dólares, una baja ligera desde 40.800 millones de dólares del año previo .Combinados, los subsidios de los tres socios comerciales representan casi el 80 por ciento de la ayuda total de los 30 miembros de la OCDE, que también incluye a México, Corea del Sur, Canadá, Australia y Turquía Los subsidios agrícolas son uno de los temas más disputados en la actual ronda de negociaciones de la Organización Mundial del Comercio. La OCDE dijo que si avanzaran esas negociaciones, ayudarían a que los países que conforman a este grupo realicen más reformas en sus propios sistemas de ayuda agrícola. El reporte de la organización dijo que la mayor producción y protección en los países de la OCDE reduce los incentivos a la producción en otras partes, podría afectar los patrones de consumo y la seguridad de los alimentos, y puede limitar las oportunidades de crecimiento de los países en desarrollo.

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