La pobreza virtual

A los “pequeños” y a los estructurales problemas educativos, frecuentemente ignorados,se sumaron otros, desnudados por el Covid-19, iguales según la región y distintos niveles de desarrollo. Se agudizaron los problemas de enseñar y aprender, afectaron a 1.500 millones de niños y jóvenes y a 60 millones de maestros, alejados de su hábitat ideal: la escuela.

Interrumpidas las relaciones educativas lógicas y científicas, aparecieron sensaciones de inseguridad e incertidumbre. Nadie estuvo preparado, ni siquiera para absorber mínimas y nuevas experiencias; claro, si ni las prácticas inadecuadas se corrigieron.

La pandemia nos está golpeando y fuerte, obligándonos a mirar más allá, a pensar en: un nuevo docente, cambios curriculares en las instituciones formadoras de profesores, uso intensivo de dispositivos tecnológicas adecuados, cierre de brechas digitales y especialmente, disminución de la pobreza, no sólo de la virtual.

Lo peor, creen que recién ahora sabemos de: falta de conectividad, precaria economía de la población para adquirir instrumentos, profesores que no saben enseñar en línea y familias con la dureza de la ignorancia y pobreza absoluta.

Sí que nos sorprendió; al menos, estamos inventando flexibilidades para que los resultados del nivel de conocimientos no sean catastróficos; y recién, hace un mes miles de maestros han ingresado en programas de formación continua.

Pasada la crisis se habla de regresar a la normalidad, un rotundo no, sería la respuesta, no: a las mismas prácticas, a los continuos desalientos y al abandono a la educación. Cuando “regrese” la calma, después de las lecciones recibidas: rellenemos el abismo de la inequidad, comprendamos que las emociones negativas no se curan con un clic, y que, la educación no puede esperar; el robo, el despilfarro o la negligencia de administradores no pueden borrar la esperanza en niños que, después de 2 años no han recibido computadoras viejas que se mantienen embodegadas.

Comencemos con mínimas soluciones, la credibilidad cuenta y mucho.

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