Barrenderos de Quito tunean sus herramientas, tienen sus santos y sus anécdotas

LABOR. El objetivo de los barrenderos es mantener limpias las calles con sus palas y sus escobas.
LABOR. El objetivo de los barrenderos es mantener limpias las calles con sus palas y sus escobas.
MARCA. El nombre de una de las trabajadoras de Emaseo está escrito en su pala para diferenciarla.
MARCA. El nombre de una de las trabajadoras de Emaseo está escrito en su pala para diferenciarla.
DETALLE. Adriana Caiza amarró un zapato pequeño que encontró en la calle a su pala.
DETALLE. Adriana Caiza amarró un zapato pequeño que encontró en la calle a su pala.

A diario recorren 2,5 kilómetros de la ciudad con herramientas que personalizan.

Un zapato negro de bebé está amarrado en la pala de Adriana Caiza. Lo encontró hace unas semanas cerca de la plaza de Santo Domingo y decidió conservarlo para adornar la herramienta que la acompaña todos los días.

Es cuestión de creatividad. Quienes barren el Centro Histórico personalizan sus palas y escobas para diferenciarlas. Esto lo hacen porque cada uno es responsable de cuidarlas una vez que la Empresa Pública Metropolitana de Aseo de Quito (Emaseo) se las entrega.

Los que trabajan en el turno de la mañana inician a las 06:00. Cuando busca sus herramientas de trabajo, Fernanda Navarrete mira detrás de las palas hasta que encuentra la que tiene la marca ‘FER’ escrita con pintura. Durante tres años, la quiteña ha limpiado varios sectores de la ciudad con su escoba y su pala. Hoy tiene 29 años y por estos días recorre desde la iglesia de La Merced hasta el cementerio de El Tejar y cumple siete horas diarias de trabajo.

Ella cuenta que los barrenderos no pueden escuchar música ni hacer otra actividad. “Hay calles tan sucias que no dan tiempo a pensar en nada más”, confiesa.

De faena
Cuando llega al punto de concentración de Emaseo, ubicado en la calle Briceño, entre Vargas y Guayaquil, José Pullopaxi reconoce sus instrumentos de inmediato. En el mango de su pala hay un caucho negro de unos cinco centímetros que diferencia la escoba que lo ha acompañado durante los cinco años que lleva trabajando para la empresa. En ese tiempo, ha recorrido el barrio de San Juan, y ha participado en otras actividades como las jornadas que llaman “faenas”. Son los recorridos que hacen en las autopistas para recoger a los animales que fueron atropellados.

En esas actividades recogen al menos 40 fundas de basura pero normalmente cada uno reúne entre 5 y 6 de los sectores asignados, cuenta el hombre de 39 años.

Personajes con historia
Tres generaciones antes de que naciera, su abuelo, quien también fue barrendero, solía entrar a la iglesia de Santo Domingo para encomendarse al cuadro del santo de los obreros. Xavier Cargua lo cuenta desde la plaza de la misma iglesia a la que fue convocado para barrer en esa jornada.

Como todos los días empieza su labor en el Arco de la Reina (García Moreno y Rocafuerte) y termina en la Plaza Grande. Cargua habla con fluidez y se apasiona cuando cuenta que la historia de los barrenderos se remonta a las culturas precoloniales. A sus 37 años ha podido investigar la importancia que tenía su labor en la época de los incas cuando “barrían las malas energías” antes del paso de la máxima autoridad. Dice que con el tiempo el oficio fue perdiendo su importancia, pero cree que nunca desaparecerá. Señalando una de las máquinas de barrido mecánico que se emplearán ese día, menciona que también son indispensables pero que esas máquinas no sirven para limpiar los espacios reducidos o las gradas.

Mientras barre piensa en ideas de negocios. Eso lo ayuda a siempre mantenerse activo. Durante cinco años que ha trabajado para la empresa se ha involucrado mucho en las raíces de su oficio. “Los barrenderos tenemos historia, cultura, tradición, todo…”, menciona el padre de tres niños con una gran sonrisa.

Los barrenderos se asocian a los personajes de las comparsas tradicionales conocidos como capariches. Según la publicación Imágenes de Identidad. Acuarelas Quiteñas del Siglo XIX., el término viene del quichua “Cápacrichic, el que va con el personaje importante; o Caparina el que grita”. Al parecer fue una ocupación “asignada a los habitantes de los ayllus quiteños del nororiente, Nayón, Zámbiza, Llano Chico, Llano Grande y Cocotog”.

Lo sabe Cargua, quien actualmente estudia dos licenciaturas a distancia. Aunque llegó al oficio por sus tíos y primos, lo desempeña de la mejor manera. Un referente para él y sus compañeros es San Martín de Porres o el santo de la escoba, de quien hay un monumento en el Centro Histórico.

Unos lazos hechos con fundas plásticas son las marcas de la pala del quiteño, quien vivió en Europa durante 10 años. Así reconoce sus instrumentos. Las anécdotas junto a dichos utensilios son muchas. Recuerda la ocasión en que encontró un pequeño peine y unos documentos de una turista. Los devolvió a su dueña quien le agradeció porque el objeto era herencia de su bisabuela y tenía un gran valor sentimental.

También recuerda aquella vez que rescató a una menor en la Ecovía. En ese entonces estaba en el sistema de recolección a pie de vereda. El conductor le alertó sobre la niña que había cruzado para recoger a un perro. “Son cosas que muchas veces solo nosotros notamos”, dice.

Asimismo, pocos notan su presencia. “Qué sería de mi Quito sin ustedes”, le dijo alguna vez un señor que le dio un vaso de agua. Lo cuenta con cariño, pero dice que la mayoría de gente los ignora. Caiza, Navarrete y Pullopaxi coinciden con él. A diario conviven con gente que al verlos pasar bota la basura en el piso o los mira mal. “Trabajamos en lluvias en soles, en feriados; ayudamos a limpiar la ciudad”, recuerdan a esas personas. Mientras ellos practican la técnica correcta de barrido (sostienen la escoba con el brazo derecho enlazado a manera de abrazo) en Santo Domingo, 90 barrenderos caminan por otros puntos del Centro Histórico. (PCV)

Limpieza en el Centro Histórico
° Según Emaseo, el Centro Histórico es uno de los sectores de atención prioritaria de la ciudad. A diario se realiza barrido manual, mecánico, recolección e hidrolavado. Están disponibles 9 barredoras mecánicas y 11 máquinas de hidrolavado que intervienen en las noches y especialmente en los considerados ‘puntos húmedos’ en los que la gente hace sus necesidades biológicas. Algunos de ellos son las avenidas Oriente, 24 de Mayo y las escalinatas.

Conozca

Gestores en el Centro Histórico

Primer turno: de 06:00 a 13:00
95 personas

Segundo turno: de 12:00 a 19:00
30 personas

Tercer turno: de 16:00 a 22:00
30 personas

Notas relacionadas

Dos recolectores de basura se suman a la flota de Emaseo