La vida de recicladores asociados mejora en Quito

AMBIENTE. María Taco y sus compañeros de la asociación Buena Esperanza juntan materiales reciclables a diario.
AMBIENTE. María Taco y sus compañeros de la asociación Buena Esperanza juntan materiales reciclables a diario.

Los 66 gestores que acuden a centros de acopio reciben el sueldo básico y beneficios de ley.

María Taco siempre tuvo el ¿por qué? en la punta de la lengua. Siempre cuestionaba: “¿Por qué no me dejan recoger cartón si eso es basura?, ¿por qué no nos dejan trabajar?, ¿por qué los coches para la recolección pesan tanto?, ¿por qué los recicladores no podemos ganar un buen sueldo?”

“Te vamos a dar un lugar fijo”, “tienen que trabajar asociativamente”, respondían los capacitadores, pero ella no les creía. La mujer de 59 años aún recuerda cuando empezó a trabajar en un sitio ubicado frente al parque urbano Cumandá en 2012. Ahí laboran 18 personas que recolectan, seleccionan y venden los materiales reciclables que se generan en la ciudad.

El de Cumandá es uno de los cuatro Centros de Educación y Gestión Ambiental (Cegam) que funcionan en Quito y en el que trabajan directamente recicladores asociados.

A sus 59 años, Taco es la secretaria de la asociación Buena Esperanza, que funciona desde 2002 en la 24 de Mayo.

EXPERIENCIA. Rosa Virginia Maigua lleva más de 50 años trabajando en el sector.
EXPERIENCIA. Rosa Virginia Maigua lleva más de 50 años trabajando en el sector.

Ardua labor
El movimiento en el centro de acopio empieza a las 08:00, cuando los recicladores llegan para clasificar las cosas que recolectaron el día anterior. Al ritmo de la música de banda que suena en una antigua radio, seleccionan las botellas de plástico por colores y tamaños. Luego hacen una abertura con un estilete para que salga el aire y puedan comprimirlas.

452
puntos para reciclaje hay en Quito.Junto a las mascotas de la asociación, ‘Niño’ y ‘Niña’ (dos perros mestizos), la latacungueña dice que uno de los más grandes logros que consiguió junto a compañeros, que inicialmente fueron 85, es la formalización de su trabajo. Cada mes, cada uno de ellos recibe un sueldo básico y está afiliado al IESS.

Ella siente que, poco a poco, va cobrando forma la esperanza que tenía cuando empezó a recoger cartón hace más de 20 años y ahora entiende que el trabajo asociativo sí da resultado.

ESFUERZO. En el Cegam se acopian cartón, papel, botellas y otro materiales hasta que se venden a las empresas recicladoras.
ESFUERZO. En el Cegam se acopian cartón, papel, botellas y otro materiales hasta que se venden a las empresas recicladoras.

Panorama
Mientras corta las etiquetas de los plásticos para incluirlos en los paquetes, Fanny Acosta, de 62 años, cuenta que antes era “prohibido” trabajar como reciclador. Ella solía recorrer las calles del Centro Histórico con su mamá. Tenía 10 años y las condiciones eran totalmente diferentes.

Ahora ella es parte de las 20.000 familias que viven juntando materiales a escala nacional y una de las 66 recicladoras que trabajan con un sueldo fijo y todos los beneficios de Ley.

Los centros de acopio de la ciudad son parte de un proyecto coordinado entre la Secretaría de Ambiente, la Empresa Pública Metropolitana de Aseo (Emaseo) y la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs). Desde hace más de cinco años se trabaja coordinadamente con la Red Nacional de Recicladores (Renarec), que agrupa a 55 asociaciones.

EL DATO
Según Emaseo, el Municipio de Quito terminará 2018 con 9 Cegam.
Puede revisar los puntos de recolección en Quito en www.quitoambiente.gob.ec/quitoareciclar.Las realidades son diferentes, reconoce Acosta, quien recuerda que su madre nunca pudo jubilarse y nunca tuvo un seguro de salud. Tampoco las personas que ella conoció en sus inicios como recicladora pudieron formalizarse. A muchos no los ha vuelto a ver.

La dinámica de los gestores del Cegam del centro se divide en dos jornadas. Por la mañana se quedan seleccionando los materiales y por la tarde salen a recorrer las calles en parejas. Recogen cartón, botellas, plásticos, papel… El objetivo es llenar el camión de Emaseo. Cuando pueden hacer dos viajes es mejor, dice Taco, quien antes fue comerciante autónoma.

Todos colaboran porque de la venta de los productos salen sus sueldos y se mantiene un sitio de trabajo. Norma Sopa, Rosa Virginia Maigua y Ceferina Cacuango seleccionan con cuidado las botellas. Cuando reúnen dos toneladas llaman a la empresa a la que le venden los materiales para que envíe un camión. Maigua es de las recolectoras más antiguas. Tiene 71 años y recuerda que cuando era joven el kilo de botellas costaba mil sucres. Cacuango, en cambio, trabajó varios años en la escombrera El Troje, pero salió de ahí luego del deslizamiento de tierra que provocó la muerte de un obrero y dejó a media ciudad sin agua.

Avances
Las asociaciones de recicladores han conseguido también sectorizarse. Paúl Luzuriaga, coordinador general técnico de Emaseo, comenta que se ha trabajado en los últimos años con los recicladores de base para que puedan ubicarse por sectores. Algunos de los integrantes de la asociación Buena Esperanza están en los puntos: escuela Sucre, Consejo Provincial y Quicentro norte recolectando todos los días.

En la oficina del Cegam del centro hay un Niño Jesús que acompaña a los recicladores desde que su sede estaba en la 24 de Mayo. Es como la casa de María Taco y sus compañeros, pero de los que empezaron ya solo quedan cuatro. Son conscientes de que las cosas han cambiado pero saben que aún deben lograr más.

Su reto, a corto plazo, es que las instituciones que los apoyan les den un montagarga, porque cada vez se les hace es más difícil cargar los paquetes. Mientras tanto, ella y todos sus colegas seguirán preguntándose: “¿Por qué no tener un futuro mejor?”. (PCV)

Conozca

Centros de Educación y Gestión Ambiental (Cegam)

CEGAM Eloy Alfaro: Amancay OE7-71 y 4ta transversal, sector la Santiago (Sur).

CEGAM La Delicia: barrio la Cristianía 2, Eloy Alfaro y de los Aceitunos (Norte).

CEGAM Manuela Sáenz: avenida 24 de mayo, s/n y Pichincha (Centro).

CEGAM Tumbaco: parroquia Pifo, sector Chaupimolino, pasaje los Eucaliptos.

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