Noelia Garella, la profesora que no conoce límites

PERSONAJE. Noelia Garella cuenta su historia con alegría y ánimo de inspirar a otros.
PERSONAJE. Noelia Garella cuenta su historia con alegría y ánimo de inspirar a otros.

La argentina fue invitada a la premiación del X Concurso Nacional y V Iberoamericano de Excelencia Educativa.

El helado de taxo con menta le sabe a coco. Lo prueba despacio y dice que en Argentina definitivamente ese sabor sería coco. Sonríe y no se detiene en más explicaciones. Ambos le gustan y no se enfoca en las diferencias. Tampoco lo hace cuando habla de las personas. “Soy como vos, como ella, como mi mamá”, menciona extendiendo los brazos en todas las direcciones. Si su vida fuera un cuento como aquellos que lee a sus estudiantes de 3 años en Córdoba (su ciudad natal) le gustaría que empezara algo así: “había una vez una maestra con síndrome de Down que amaba a los niños y a su familia”.

Noelia Garella cumplirá 33 años en julio y su historia se ha contado en decenas de reportajes, a escala mundial. Asegura que los revisa todos. “Ponele que abro el periódico y ahí estoy yo”, dice y se tapa la boca con las manos en señal de asombro. Es la primera profesora con síndrome de Down en su país y en Latinoamérica. Recibió su título profesional en 2007.

Pero si no fuese maestra de niños quizá sería instructora de natación. Un momento, también lo es. Estudió para dar clases de la actividad que más le gusta. Nada desde que tenía 4 años y explica las técnicas y la planificación que tendría su clase. Empezaría con un estilo mariposa, seguiría con otros y al final habría un descanso.

Aunque dice que no es única, es consciente de que siempre tuvo un don. Un recuerdo al que siempre regresa y que le pone muy contenta está en su niñez. Era uno de sus cumpleaños –siempre los celebra– e invitó a todos sus compañeros de escuela. Sin que nadie le dijera nada, sacó sus títeres y empezó a contar sus historias. Ahora conoce muchísimas de memoria.

Su narración favorita es una en la que un vampiro saca su cuchillo y le pone mantequilla a su pan. La cuenta como si estuviera frente a la clase a la que extraña cuando está lejos.

Éxito familiar
“Mi ejemplo de maestra es mi mamá”, dice la joven argentina a quien le dicen ‘Noe’ de cariño. Desde un lugar de la sala donde se realiza esta entrevista, Mercedes Cabrera le recuerda que no es maestra y ella responde que le ha enseñado todo lo que sabe. Su familia la acompaña a todos los viajes, vive con ellos, los fines de semana salen a pasear juntos.

Sus padres y su hermana Romina están siempre a su lado. Al único lugar al que no la acompañan es al salón de clases. Ahí asiste sola desde 2012 cuando consiguió su primer empleo. “Fue una de esas experiencias en las que golpeas una puerta, entras y nunca vuelves a salir”, confiesa ‘Noe’ y agrega que mucha gente ha confiado en ella.

Casi todo lo que cuenta son situaciones felices, pero en la historia de la familia también hubo momentos tristes y frustrantes. Uno que más los marcó fue cuando una profesora de escuela dijo a los padres de Noe que en su escuela no se aceptaban monstruos. “Ellos eran tan jóvenes como yo ahora y lo único que hicieron fue irse y llorar”, cuenta con seriedad.

Monstruo, esa palabra para ella es sinónimo de ignorancia. Otros comentarios o acciones también les han generado disgustos. En una ocasión, en Argentina, utilizaron una foto suya con una historia falsa que involucraba a la expresidenta Cristina Fernández. La maestra la recuerda sin mucho detalle pero dice que no puede sufrir por eso. “Ya pasó”.

Estudiante eterna
Para Noe el estudio es fundamental y siempre ha estudiado con su mamá. Las últimas clases que tomaron juntas fueron las de folclor. Ahora pueden bailar juntas y eso le emociona. Quiere estudiar fotografía y sus retos para el futuro son gigantes. Los principales:

“Que haya más niños como yo y más profesores como yo. Que sigamos saliendo en las noticias y demostrando que sí podemos, que somos iguales, que no bajen los brazos. Algún día los niños que tengan profesoras especiales van a quererlas y respetarlas”.

A todos los miembros de la familia les gusta el helado. Eligen los sabores ecuatorianos que les parecen curiosos. Noelia Garella se encuentra con un grupo de niños de la fundación El Triángulo de Quito, se toma fotos y sonríe. Su mamá la mira de lejos y sabe que ella siempre se ha atrevido a saltar a la piscina, a la radio (es panelista en un programa radial de Córdoba), a la escuela y al mundo. (PCV)

Reconocimiento
° Hoy Noelia Garella y Ernesto Kahan, premio Nobel de la Paz de 1985, médico, poeta y escritor argentino, serán condecorados por su dedicada labor para fomentar la paz, la educación, la cultura y la inclusión. La Ceremonia de Premiación del X Concurso Nacional y V Iberoamericano de Excelencia Educativa será a las 18:00 en el Centro de Exposiciones Quito.