Burocracia y política

Rodrigo Contero Peñafiel

El IESS adolece de una falla estructural y administrativa en perjuicio de sus legítimos dueños, los afiliados y jubilados. La Contraloría ha encontrado serias responsabilidades administrativas, civiles y penales en su funcionamiento debido a la ejecución de contrataciones bajo regímenes especiales sin sustento técnico, económico ni legal.

Las observaciones incluyen la falta de estudios actuariales serios sobre los fondos de invalidez, vejez y muerte, lo cual influye en su sostenibilidad financiera; la falta de calidad en los servicios de atención de salud, prestaciones y pensiones jubilares. Parecería que la política clientelar fue la mejor carta de presentación de esta institución.

La nómina de empleados ha crecido de manera escandalosa: de 19.520 personas en 2013 a 38.154 en 2018 y 980 millones en salarios. Las explicaciones son muchas: nuevas unidades médicas, más personal médico, paramédico y administrativo, más oferta de servicios y más crisis. La administración de Ramiro González habría incrementado 8.773 trabajadores para que atiendan el aumento de 1.800.000 personas que podían requerir la atención en salud sin ningún financiamiento.

Héctor Villacrés habría hecho lo propio con 5.346 nuevos empleados; y, Richard Espinosa con 11.098, mientras suprimió el 40% que por ley debe pagar el Estado al IESS, aceptó el traspaso de partidas del fondo de pensiones al de salud y desinvirtió el dinero de los afiliados para cubrir el déficit, lo cual ha afectado a la sostenibilidad del IESS.

¿Se justifica entonces el incremento de personal cuando se conceden citas médicas para luego de 3, 6, 9 y 12 meses y cuando no existen los medicamentos necesarios para los pacientes afiliados?

Varios burócratas han “administrado” al IESS. Los destructores que pasan sentados y son incapaces de producir nada, gritan y atemorizan a cualquier persona, fomentan la inactividad y destruyen la institución. Los especuladores que viven haciendo riqueza, utilizan el tiempo en compromisos financieros, cambian de posición económica en corto tiempo (junto con algunos de sus colaboradores), se preocupan de acrecentar su fortuna y están listos para la fuga.

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