Comerciantes informales viven una ‘guerra por el centavo’, en Quito

Malestar. El comercio informal es visible en todo el Distrito Metropolitano de Quito, es un reflejo de la falta de empleo.
Malestar. El comercio informal es visible en todo el Distrito Metropolitano de Quito, es un reflejo de la falta de empleo.

Quito concentra el 95% del desempleo y el 90% del subempleo de Pichincha.

En la calle parecería que todos los comerciantes autónomos venden, pero no es así. Ellos tienen que “guerrear” con los clientes (en sus propios términos) para convencer, vender y llevar el pan diario a sus casa. Todos dicen que aspiran un trabajo formal.

Según estadísticas del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC), a diciembre del 2018, Quito concentraba el 95% del desempleo de la provincia de Pichincha y el 90% del subempleo.

Edison Tajilema se dedica a la venta de insumos para el celular. Recorre la vereda de la Av. 10 de Agosto, a la altura del Seguro Social, pero no convence a nadie. Son las 10:00 y empieza a desesperarse. Comenta que ha enviado carpeta con su hoja de vida donde ha podido, pero que no sale favorecido en ningún lado.

Otra comerciante es María Cobo, quien reniega porque su hijo bachiller en informática tampoco se emplea. “No sirve de nada que estudien, por eso mejor le traigo para que me ayude, pero no quiere, le da vergüenza”, comenta.

Ellos son solo dos de un pelotón de comerciantes autónomos que durante la mañana y tarde se toman esta vereda para vender ropa, ofrecer servicio de internet, vender bocaditos, cigarrillos, caramelos…

Otros casos
Al frente de este punto de venta, que acoge a informales está el parque El Ejido, donde otros vendedores, en su mayoría de nacionalidad colombiana y venezolanos promocionan la venta de zapato barato, desayunos, jugos y ropa deportiva.

8,4%
de ecuatorianos está en pobreza extrema.Otra zona de comercio en este parque es la acera que da a la Av. Patria, a la altura del Arco de la Circasiana. Allí, un locutor y narrador de nacionalidad venezolana llamado John Álvarez vende arepas.

El extranjero cuenta que su esposa trabaja en un hotel desde las 07:00 hasta las 20:00 y que le pagan 250 dólares. Él ha hecho las veces de albañil. Le han ofrecido 15 dólares por semana, pero al final, lo hechan con la amenaza de que llamarán a migración.

Las historias se repiten. El colombiano Nelson Cajiau Torres limpia parabrisas en la Amazonas y Patria. A las 11:00 tiene un dólar con 45 centavos en su bolsillo, cuenta que tiene dos años en el país y que está pensando visitar otras provincias, que hay mucho control y que no quiere problemas.

En similares condiciones hay otros comerciantes que acuden a sitios como Chillogallo, La Marín, el Centro Histórico de Quito, donde han cercado las calles con vallas y hay restricción para las ventas. (PSD)