El caldo de salchicha, un típico informal infaltable en todo proceso eleccionario

La mayoría de electores de Guayas, no pierden una tradición: saborear el típico caldo de salchicha infaltable en todas las mesas informales, ubicadas fuera de los recintos electorales.
La mayoría de electores de Guayas, no pierden una tradición: saborear el típico caldo de salchicha infaltable en todas las mesas informales, ubicadas fuera de los recintos electorales.

Redacciòn GUAYAQUIL

La mayoría de electores de Guayas, no pierden una tradición: saborear el típico caldo de salchicha infaltable en todas las mesas informales, ubicadas fuera de los recintos electorales.

La tradicional sopa elaborada a base de las vísceras de cerdo y una que otra de res, rellenas con arroz y verde molido, se expende una vez más a costos accesibles a los comensales, esto es, 2 o 2.50 dólares el plato.

Marisol López, una mujer oriunda de la Costa, originalmente vende el caldo en las calles 18 y Letamendi, pero cada 4 años no pierde la oportunidad para llevar su oficio a los exteriores de algún recinto electoral, donde cotidianamente no se expende.

Por eso, explica, que «cae como anillo al dedo» ya que los clientes se avocan a su improvisado restaurante con el deseo de servirselo y recargar baterías antes o después del sufragio.

«La mayoría pide más tripa con arroz que la de verde y casi siempre mayor volumen de corazón o hígado», dice Marisol.

Señala que cocina el caldo desde hace 25 años y que en época de elecciones alcanza a vender hasta 200 platos con caldo y unos 120 platillos de solo tripa.
Adriana Rojas, una ciudadana de Las Acacias, donde este año llegó Marisol con el caldo de salchicha, indicó que el plato no puede ser eludido, más aún, cuando la sazón es buena y la tripa ha sido bien lavada y condimentada.

De ahí que Marisol López apunta a que este año sus ventas se incrementen para ganar una mejor utilidad pues decidió bajar el precio a 2 dólares.

Además del caldo de manguera, como también se conoce esta delicia, Marisol tiene yapingachos y secos de pollo; sin embargo, el pueblo a su paso se inclina por el típico a base de vísceras de cerdo, arroz, verde y zanahoria.

«Me hubiese gustado brindar un plato al alcalde Nebot para que disfrute el buen sabor de la informalidad», dijo. (DAB)