Expertos urbanistas señalan como prioridad para los 21 nuevos concejales actualizar las normas de uso de suelo y la planificiación.
Tras las elecciones de renovación de autoridades locales del país, los quiteños regresan su mirada al Concejo Metropolitano y el trabajo que les espera a los concejales que resulten electos.
Ellos tienen funciones establecidas en el Código Orgánico Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad).
Frente a este trabajo pendiente del nuevo Concejo, tres de los principales urbanistas de Ecuador, coincidieron en que la prioridad es actualizar las normas de uso de suelo para mejorar la planificación de la ciudad.
Según José Morales, coordinador del Componente de Agenda Urbana Nacional que apoya la Cooperación Internacional alemana en Ecuador, no solo el Concejo de Quito sino todos los concejos del país deben concentrarse en sus nuevos planes y uso y gestión de suelo, establecido en la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial, Uso y Gestión de Suelo (Lotugs), que entró en vigencia en 2016.
“En el caso de Quito a pesar de tener varios años un plan e instrumentos, muy avanzados en comparación al resto del país, hay que hacer ajustes. Y lo más lógico es hacer un diagnóstico de cómo está la normativa urbana y hacer un plan nuevo, consolidado”, agregó Morales al poner como ejemplo que esta actualización permitiría desarrollar nuevos proyectos arquitectónicos especiales de mayor altura.
“La más importante para que funcione el Concejo Municipal debería ser una Ordenanza que defina su agenda legislativa, que a su vez establezca su visión y planificación de la ciudad y sobre todos los acuerdos para llevar adelante su tarea”, opinó Fernando Carrión, catedrático de políticas urbanas acreedor del Premio Ángel Ballesteros de Ensayos sobre la Administración y Gobierno Municipal.
Para
Se trata de Juan Ignacio Burneo Montalvo, doctor (c) en Estudios de la Ciudad y Geografía Humana; la prioridad del Concejo debería ser la discusión y elaboración de una propuesta de Estatuto Autonómico de Quito, que dos administraciones consecutivas no han logrado impulsarlo. “Es el último paso para que la ciudad no sea calificada como un cantón sino como Distrito Metropolitano, con todo lo que eso representa” aseguró el experto.
«La idea sería construir un consenso alrededor del futuro de la ciudad”
Fernando Carrión