Colores en El Labrador

POR: PAOLA CARRILLO VITERI

Debí haberlo visto, por primera vez, algún fin de semana de mi infancia, camino al aeropuerto para recoger a mi papá, de alguno de sus viajes. En ese tiempo, finales de los 90′, ese señor de piedra de unos tres metros de altura que labraba la tierra con un par de toros imponentes estaba integrado a un paisaje urbano de congestión vehicular, marcado por el sonido frecuente de los aviones. Era visualmente perfecto para capturar el instante en el que un avión despegaba de la pista y aparecía en el cielo sobre el monumento de El Labrador.

Han pasado un poco más de dos décadas y el paisaje ya no es el mismo. El aeropuerto ahora es un parque y el monumento ya no luce igual, el arte urbano ha cambiado su color cemento por pintura de tonos morados azules y naranjas y figuras de hojas y flores. Las paredes de los pasos elevados y deprimidos se tornaron verdes intensas para representar el concepto de la cosecha que quisieron plasmar los muchachos del proyecto ‘chacanas urbanas’.

Con estas intervenciones artísticas se busca que los espacios se vuelvan lienzos para expresar las dinámicas actuales de distintos sectores de la ciudad y así, poco a poco, ganarle espacio al grafiti vandálico.

Carlos Villavicencio estuvo a cargo de esta iniciativa de la ‘Corporación Cultural DLAKy’ y la Empresa Municipal de Obras Públicas, que propone recuperar la memoria social en los muros. El artista urbano dice que ha sido todo un proceso en el que han escuchado las opiniones de los vecinos de los barrios en los que han pintado.

La escultura de piedra maciza de El Labrador es obra del pintor y escultor ibarreño Víctor Mideros, quien dejó un importante legado para la historia del arte ecuatoriano. El artista fue uno de los referentes de la técnica impresionista de su época y parte de su obra se inspiró en la vida cotidiana de los personajes del campo.

Entre sus creaciones más destacadas, el historiador Enrique Ayala Mora menciona el mural que decora la fachada de la Asamblea Nacional, una interpretación de la historia del Ecuador tallada en piedra. Recuerda que el monumento fue uno de sus últimos trabajos para el ornato de la capital. Fue construido especialmente para ese redondel y se colocó previo a que se terminara de construir la avenida 10 de Agosto, una de las dos vías que lo conforman. Debió haber sido antes de 1972, dice Ayala Mora tomándose un tiempo para rebuscar en su memoria.

En los últimos meses se ha pensado trasladar el monumento, como se ha hecho con otras obras que estuvieron en las calles y ahora adornan parques o bulevares. El sector quizá volverá a cambiar en unos meses cuando se inaugure el Metro, pues la parada final estará muy cerca al hombre, ahora colorido, que sigo viendo camino a mi trabajo y que ya no es el límite de la ciudad.

HISTORIA. El monumento fue entregado a la ciudad en la década del 60.
HISTORIA. El monumento fue entregado a la ciudad en la década del 60.