Al menos 12 Unidades de Policía Comunitaria no están operando

DESTRUiDA. Lo que solía ser la UPC en Carapungo hoy está rodeado de escombros con fracturas. Con la delincuencia la gente siente aún más su ausencia.
DESTRUiDA. Lo que solía ser la UPC en Carapungo hoy está rodeado de escombros con fracturas. Con la delincuencia la gente siente aún más su ausencia.

En el Ministerio del Interior se informó que al menos 12 UPC están fuera de funcionamiento. Según la institución, siete dejaron de operar, debido a que en los subcircuitos existía más de una UPC.

Las otras cinco estaban en inmuebles que no pertenecían a la Policía Nacional y “no se encontraban en condiciones”. En estos sectores los servicios se mantendrían provistos por UPC flotantes, según la cartera de Gobierno. Esta situación preocupa a los habitantes de Luluncoto, en el sur de la ciudad, quienes temen tanto a los delincuentes que evitan dar sus nombres.

María S., por ejemplo, recuerda que cuando era niña salía a la calle a jugar con sus amigos y nunca escuchaban de problemas con la delincuencia. Ahora, la inseguridad es el ‘pan de cada día’. Ella mismo ha sido víctima de varios robos. Ella confirma que la Unidad de Policía Comunitaria (UPC), que estaba en la calle Alberto Larrea, dejó de funcionar hace tres años. Hoy, el lugar luce vacío. Algunas de las rejas están rotas y afuera de la puerta, que se cierra con candado, se pueden ver rejas y tubos en el suelo. El espacio está junto a la casa del Comité Barrial Federico Pérez.

Hace una semana, dos motociclistas agredieron a una joven de 20 años, le taparon la boca y le botaron al piso. Los gritos de la muchacha alertaron a los vecinos, quienes se unieron para ahuyentar a los delincuentes. “Llamamos a la Policía y se demoró 30 minutos en llegar”, explicó María S.

Fernanda P. también vive en el sector. Los delincuentes han entrado a su casa cuatro veces. Le han robado cilindros de gas, bicicletas, dinero y electrodomésticos. “Todo el día uno ve cómo a los jóvenes les roban en moto. También suben delincuentes que viven en el Machángara”. Los moradores piden a las autoridades que la UPC vuelva a funcionar. La respuesta que ha recibido la directiva de parte de la Policía es que “no hay presupuesto”.

SOLEDAD. El césped de la UPC de Luluncoto revela la falta de atención que ha tenido el predio. Se encuentra sin presencia policíal.
SOLEDAD. El césped de la UPC de Luluncoto revela la falta de atención que ha tenido el predio. Se encuentra sin presencia policíal.

Estructura destruida
En la calle José María Velasco Ibarra e Ignacio de Veintimilla, en Carapungo, en el norte de Quito, hay otra UPC que tampoco opera. La infraestructura estaba sobre un terreno rellenado y sufrió un hundimiento. Bloques en el piso y paredes cuarteadas quedan como recuerdo.

La comerciante Rosa Chalá informó que la UPC no funciona desde hace tres años. “Antes el parque donde está la UPC no era tan peligroso. Ahora para los jóvenes es riesgoso caminar por la tarde, más aún si están solos”, dijo. Byron Encalada, presidente del barrio, cuenta que han realizado pedidos para que haya otra UPC. “Me han dicho que están esperando conseguir un predio. Aceptan que sí se necesita una UPC, pero no dicen nada en concreto”.

Los robos a los estudiantes y el consumo y expendio de drogas son factores que ha aumentado en el lugar, según Encalada. “Uno ve cómo roban, cómo se drogan, cómo venden y no hay nadie que les ponga control”.

Recalca que los patrulleros se demoran al atender las llamadas que se hacen a través del 911.

ABANDONO. Ya son tres años, aproximadamente, los que la UPC de Luluncoto ha dejado de funcionar. Los vecinos piden su regreso para más seguridad.
ABANDONO. Ya son tres años, aproximadamente, los que la UPC de Luluncoto ha dejado de funcionar. Los vecinos piden su regreso para más seguridad.

Otro caso
En la Granda Centeno la UPC, ubicada en el parque del barrio, dejó de operar desde hace un año y hasta la maleza da cuenta de que los uniformados no pasan ahí. Lo único que queda del espacio es un letrero en el que hay un número de teléfono celular con información de un patrullero las 24 horas.

Eduardo Lombardo, quien vive desde hace 10 meses en el sector, cuenta que hace una semana le robaron. “Se acercaron dos tipos y, con un cuchillo, me sacaron todo lo que tenía”. Pocos días después se enteró que desvalijaron una camioneta en la avenida Granda Centeno. “Han robado carros, a personas y en casas. La Policía patrulla una o dos veces al día”, dice.

La directiva del barrio hizo trámites para que regrese la UPC las 24 horas, pues temen que la inseguridad aumente. (ECV)