Discípula, santa o prostituta: ¿Quién fue María Magdalena?

Hecho. María Magdalena fue la primera en ver a Jesús resucitado
Hecho. María Magdalena fue la primera en ver a Jesús resucitado

El 22 de julio, la Iglesia católica festeja el día de Santa María Magdalena. A su alrededor se cuentan varias historias: hay quienes dicen que se casó con Jesús; otros, que fue una prostituta que se arrepintió para luego convertirse en la primera evangelizadora.

Aunque su imagen tenga distintas percepciones, es innegable su influencia dentro del cristianismo.

Desde el catolicismo

Monseñor Luis Tapia Viteri, canónico arcediano de la iglesia de la Catedral, define a María Magdalena como una de las mujeres pecadoras a las que Jesús perdonó y convirtió.

“Ella respondió al amor de Jesucristo. Ella le amó más que las demás personas”, reitera Tapia, quien la define como santa, pues representa un modelo de conversión.

“A pesar de ser pecadora pública, consiguió el perdón del Señor para demostrarnos que debemos confiar en él”, afirma.

Con frecuencia, María Magdalena ha sido identificada con otras mujeres que aparecen en los evangelios. La Iglesia católica la muestra como una prostituta que, en Galilea, en casa de Simón el fariseo, ungió los pies de Jesús con sus lágrimas y luego los secó con su cabello. Hay quienes dicen que era hermana de Lázaro, que, en Betania, ungió con un perfume la cabeza de Jesús.

Por su parte el teólogo José Ignacio López Vigil dice que fue la compañera de vida de Jesús de Nazaret (como enseña el evangelio de Felipe).

Seguramente vendedora de pescado en el mercado de Magdala, donde había nacido. Una gran lideresa de la primera comunidad de seguidores de Jesús. “Ella fue la fundadora de esto que llamamos cristianismo”, afirma.

Señala, además, que su rol en la vida de Jesús fue fundamental. “Era la discípula amada de Jesús. Masculinizaron la primera versión hablando del discípulo amado. Pero era ella, la Magdalena, a quien se referían los evangelios. La fe en la resurrección de Jesús dependió de lo que ella dijo”.

El Dato
María Magdalena es mencionada, tanto en el Nuevo Testamento canónico como en varios evangelios apócrifos.
Para López fue por machismo que inventaron que fue prostituta. Y que tenía siete demonios. “Lo hicieron para sacarla de las primeras comunidades”, indica, a la vez que destaca que ahora la llaman santa. Pero durante siglos fue la pecadora a quien Jesús perdonó.

Por otra parte, el teólogo supone que Magdalena y la virgen María fueron las dos mujeres que conocieron y quisieron más a Jesús. Por eso, desde la cruz, el hijo de Dios habría encomendado a su compañera, Magdalena, a su madre María. “Tienen que haber sido muy amigas y confidentes”, concluye.

Tapia en cambio, afirma que la virgen María y Magdalena representan los polos opuestos, pero concuerda en que su similitud fue el amor a Jesús.

¿Era o no prostituta?

Mientras López asegura que fueron los hombres los que crearon el mito de la prostitución de Magdalena, Tapia señala que la biblia la nombra como pecadora pública, lo que se entiende como trabajadora sexual.

La investigadora Jennifer Ristine, en su libro ‘Percepciones desde la antigua Magdala’, considera que ha habido amplias malinterpretaciones en la vida de María Magdalena.

Ristine informa que los hallazgos arqueológicos de la ciudad bíblica de Magdala, ahora un yacimiento arqueológico con más de 2.000 años de antigüedad, sugieren que se trataba de un enclave rico. Y al integrar en este contexto las referencias bíblicas se puede deducir que María Magdalena era “una mujer adinerada de un pueblo económicamente bien posicionado y no una prostituta”.

La autora dice que su idea se confirma, por ejemplo, en los versos de Lucas VIII:1-3: “Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Chuza, mayordomo de Herodes; Susana y algunas otras, las cuales le servían con sus bienes”.

El papa Gregorio Magno, en el año 591, fue uno de los inductores del calificativo de prostituta cuando en su homilía 33 afirmó: “Aquella a quien el evangelista Lucas llama la mujer pecadora es la María de la cual son expulsados los siete demonios, y qué significan esos siete demonios, si no todos los vicios”.

Con esta aseveración, el sumo pontífice hizo una fusión de las tres marías: María la pecadora, “que unge los pies del Señor”; María la de Magdala, liberada por Jesús de siete demonios y entre las mujeres que le asisten; y María de Betania, hermana de Marta y Lázaro. “La Iglesia de Oriente cree que son tres mujeres diferentes, mientras que la de Occidente cree firmemente en identificarlas como la misma mujer, María Magdalena”, explica Jennifer Ristine. (AVV)

Elevada a los altares

Monseñor Luis Tapia Viteri confirma que la Iglesia católica ha reconocido la santidad de Magdalena y la ha proclamado santa.

En 2016, el papa Francisco la nombró “la apóstol de los apóstoles” —no en vano, según la Biblia, fue la primera en ver a Jesús resucitado— y desde entonces su fiesta litúrgica se celebra el 22 de julio.

Influencia. De acuerdo con el evangelio de Lucas, María Magdalena alojó y proveyó materialmente a Jesús y sus discípulos durante su predicación en Galilea.
Influencia. De acuerdo con el evangelio de Lucas, María Magdalena alojó y proveyó materialmente a Jesús y sus discípulos durante su predicación en Galilea.

Entre la leyenda y la realidad

El culto a Santa María Magdalena es muy antiguo, ya que la Iglesia siempre veneró de modo especial a los personajes evangélicos más cercanos a Jesús.
La fecha del 22 de julio como su fiesta ya existía antes del siglo X en Oriente, pero en Occidente su culto no se difundió hasta el siglo XII, reuniendo en una sola persona a las tres mujeres que los Orientales consideraban distintas y veneraban en diversas fechas. A partir de la Contrarreforma, el culto a María Magdalena, “pecadora perdonada”, adquiere aun más fuerza, según Catholic.net.

La leyenda oriental señala que después de la Ascensión habría vivido en Éfeso, con María y San Juan; allí habría muerto y sus reliquias habrían sido trasladadas a Constantinopla a fines del siglo IX y depositadas en el monasterio de San Lázaro.

Otra tradición -que prevalece en occidente- cuenta que los tres “hermanos” (Marta, María “Magdalena” y Lázaro) viajaron a Marsella (en un barco sin velas y sin timón). Allí, en la Provenza, los tres convirtieron a una multitud; luego Magdalena se retiró por treinta años a una gruta (del “Santo Bálsamo”) a hacer penitencia. Magdalena muere en Aix-en-Provence, adonde los ángeles la habían llevado para su última comunión, que le da San Máximo. Diversos avatares sufren sus reliquias y su sepulcro a lo largo de los siglos.

Estas leyendas, naturalmente, no tienen ningún fundamento histórico y, como otras tantas, fueron forjadas en la Edad Media para explicar y autentificar la presencia, en una iglesia del lugar, de las supuestas reliquias de Magdalena, meta de innumerables peregrinajes.