Parterres ‘pagan la cuenta’ por las ventas ambulantes

Sector. En el centro de Quito se puede ver cómo trabajan los informales, quienes colocan la mercadería sobre las jardineras.
Sector. En el centro de Quito se puede ver cómo trabajan los informales, quienes colocan la mercadería sobre las jardineras.

Es mediodía del viernes en el Playón de La Marín, en el Centro Histórico, y Susana Cajas, desciende de un bus de la Ecovía. Esquiva algunos puestos de vendedores ambulantes para llegar la calle Chile.

“El paso peatonal de la parada es muy estrecho y ahí mismo se ponen los vendedores, cada vez es más difícil pasar”, se queja la mujer de 41 años.

Los autónomos reconocen que obstaculizan la movilidad de los peatones y responden que también se ven afectados cuando los viandantes pisan su mercadería. Para evitar eso, algunos colocan sus productos sobre los parterres.
“Yo tengo cuidado en no dañar las flores, la gente que pasa corriendo es la que daña”, asegura una comerciante que coloca gorras, cinturones y fosforeras sobre dichos espacios. Unos metros más adelante, otro vendedor coloca su carretilla de comidas entre las jardineras y la vereda. Lo hace, a pesar que la ordenanza municipal 201 sanciona el mal uso del espacio público con una multa de $100 y si existe reincidencia con $200.

Estas prácticas también inobservan la ordenanza 332, artículo 104 numeral 5, que sanciona la actividad comercial sin autorización en espacio público con una multa de 50% del salario básico.


Arreglos frecuentes

El incumplimiento de la norma y la obstrucción de movilidad no son los únicos problemas. Según la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), el mantenimiento de las jardineras en parterres representa una inversión de $15 dólares por metro cuadrado. Esto, sin tomar en cuenta la reposición de especies de arbolado.

El daño al arbolado (desgarro/rotura de ramas), pisoteo de áreas verdes y daños al ornato son inconvenientes frecuentes que se dan por el uso indebido que los informales y la ciudadanía dan a los parterres.

En enero de este año en la parada Marín se plantaron 5.000 especies de plantas, entre las que figuran especies como trueno seto verde, eugenia, tilo amarillo y matacayo. “Aquí el trabajo es más extenso por el maltrato que las plantas reciben de la gente y la basura que botan en el lugar”, dijo uno de los trabajadores de las brigadas de jardinería. (AVV)