El Turismo tiene un dulce aroma en Pactoloma

VARIEDAD. Frutos de la Sierra y de la Costa se cultivan en esta zona.
VARIEDAD. Frutos de la Sierra y de la Costa se cultivan en esta zona.
PANELA. El aprovechamiento de la caña de azúcar da vida a la comuna.
PANELA. El aprovechamiento de la caña de azúcar da vida a la comuna.
PANELA. El aprovechamiento de la caña de azúcar da vida a la comuna.
PANELA. El aprovechamiento de la caña de azúcar da vida a la comuna.
PANELA. El aprovechamiento de la caña de azúcar da vida a la comuna.
PANELA. El aprovechamiento de la caña de azúcar da vida a la comuna.
PANELA. El aprovechamiento de la caña de azúcar da vida a la comuna.
PANELA. El aprovechamiento de la caña de azúcar da vida a la comuna.
ACTIVIDAD. Los turistas son acogidos en el comedor comunitario.
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ACTIVIDAD. Los turistas son acogidos en el comedor comunitario.
ACTIVIDAD. Los turistas son acogidos en el comedor comunitario.
ACTIVIDAD. Los turistas son acogidos en el comedor comunitario.
ACTIVIDAD. Los turistas son acogidos en el comedor comunitario.
ACTIVIDAD. Los turistas son acogidos en el comedor comunitario.
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VARIEDAD. Frutos de la Sierra y de la Costa se cultivan en esta zona.
VARIEDAD. Frutos de la Sierra y de la Costa se cultivan en esta zona.
VARIEDAD. Frutos de la Sierra y de la Costa se cultivan en esta zona.
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VARIEDAD. Frutos de la Sierra y de la Costa se cultivan en esta zona.
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COTIDIANO. La cosecha de naranjas es uno de los atractivos del lugar.
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COTIDIANO. La cosecha de naranjas es uno de los atractivos del lugar.
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POSTALES. Las visitas a ríos y cascadas son parte de la oferta que hay en esta zona del bosque nublado.
POSTALES. Las visitas a ríos y cascadas son parte de la oferta que hay en esta zona del bosque nublado.
POSTALES. Las visitas a ríos y cascadas son parte de la oferta que hay en esta zona del bosque nublado.
POSTALES. Las visitas a ríos y cascadas son parte de la oferta que hay en esta zona del bosque nublado.
POSTALES. Las visitas a ríos y cascadas son parte de la oferta que hay en esta zona del bosque nublado.
POSTALES. Las visitas a ríos y cascadas son parte de la oferta que hay en esta zona del bosque nublado.
POSTALES. Las visitas a ríos y cascadas son parte de la oferta que hay en esta zona del bosque nublado.
POSTALES. Las visitas a ríos y cascadas son parte de la oferta que hay en esta zona del bosque nublado.

En medio del bosque nublado, un grupo de niños compite con bicicletas y sus carcajadas llenan de alegría a quienes habitan en Pactoloma, en el Noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito. Ellos son los grandes anfitriones de los turistas que llegan a la comuna, ubicada a 15 minutos del parque central de Pacto.

Una iglesia rosada con marcas negras y coloridas casas también son parte del encanto de este poblado, donde las mañanas comienzan con el cantar de los gallos y los alimentos saben mejor en un acogedor comedor comunitario.

En esta propuesta turística todos participan. “Unos cocinan, otros atienden a los viajeros y otros lavan los platos”, cuenta el presidente de la comuna Sergio Basantes, al señalar que hay cuatro locales en los que se ofrecen alimentos preparados.

Diversidad
El clima templado, característico del subtrópico, permite que los habitantes de Pactoloma conjuguen las propuestas turísticas con la producción agrícola. En los terrenos de los vecinos hay plantaciones de cebolla, zanahoria amarilla, yuca, verde, naranja, mandarina, guaba… “En esta zona se da de todo, desde cebolla hasta cacao”, explica Basantes, al destacar la diversidad de flora y fauna de esa zona en la que, además, se dan 10 variedades de plátano. El producto estrella es la caña de azúcar. “Existen cañaverales que tienen más de 80 años y siguen generando recursos económicos”.

Gastronomía
El ceviche de palmito, el apicho (una mezcla hecha con plátano rallado), el jugo de caña y la panela son las delicias que más se ofrecen a los turistas.

Esto lo confirma Elsa Soria, de 57 años. En su trapiche está por salir la siguiente parada –así se denominan las cargas de jugo de caña que se convertirán en panela-. Mientras se abriga con el calor de la brasa en la que se hierve el jugo de caña, explica que esta es una de las cosas que más atrae a los viajeros.

Uno de sus trabajadores confirma que los visitantes pueden ver cómo se prepara el jugo. También se los involucra en la preparación de la panela molida. Esta experiencia se complementa con un refresco de caña, preparado con un toque de mandarina y limón.

Justo cuando la miel que se obtiene de la caña alcanza una temperatura óptima, el joven comunero la coloca en otro recipiente y la bate con una pala mediana hasta que empieza a leudar. Posteriormente la hace reposar y finalmente la deja precipitar en forma de polvo. La panela granulada está lista, dice mientras un dulce aroma conquista el olfato de quienes admiran su trabajo.

Turismo en comunidad
En Pactoloma viven 450 personas que pertenecen a 130 familias. Todas colaboran con el desarrollo de la comuna. En el ámbito turístico lo hacen mostrando el proceso para elaborar panela, ofreciendo guía por los culuncos o caminos de los yumbos o por las cascadas y ríos que hay cerca de la población. (ECV)

En medio del bosque nublado, un grupo de niños compite con bicicletas y sus carcajadas llenan de alegría a quienes habitan en Pactoloma, en el Noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito. Ellos son los grandes anfitriones de los turistas que llegan a la comuna, ubicada a 15 minutos del parque central de Pacto.

Una iglesia rosada con marcas negras y coloridas casas también son parte del encanto de este poblado, donde las mañanas comienzan con el cantar de los gallos y los alimentos saben mejor en un acogedor comedor comunitario.

En esta propuesta turística todos participan. “Unos cocinan, otros atienden a los viajeros y otros lavan los platos”, cuenta el presidente de la comuna Sergio Basantes, al señalar que hay cuatro locales en los que se ofrecen alimentos preparados.

Diversidad
El clima templado, característico del subtrópico, permite que los habitantes de Pactoloma conjuguen las propuestas turísticas con la producción agrícola. En los terrenos de los vecinos hay plantaciones de cebolla, zanahoria amarilla, yuca, verde, naranja, mandarina, guaba… “En esta zona se da de todo, desde cebolla hasta cacao”, explica Basantes, al destacar la diversidad de flora y fauna de esa zona en la que, además, se dan 10 variedades de plátano. El producto estrella es la caña de azúcar. “Existen cañaverales que tienen más de 80 años y siguen generando recursos económicos”.

Gastronomía
El ceviche de palmito, el apicho (una mezcla hecha con plátano rallado), el jugo de caña y la panela son las delicias que más se ofrecen a los turistas.

Esto lo confirma Elsa Soria, de 57 años. En su trapiche está por salir la siguiente parada –así se denominan las cargas de jugo de caña que se convertirán en panela-. Mientras se abriga con el calor de la brasa en la que se hierve el jugo de caña, explica que esta es una de las cosas que más atrae a los viajeros.

Uno de sus trabajadores confirma que los visitantes pueden ver cómo se prepara el jugo. También se los involucra en la preparación de la panela molida. Esta experiencia se complementa con un refresco de caña, preparado con un toque de mandarina y limón.

Justo cuando la miel que se obtiene de la caña alcanza una temperatura óptima, el joven comunero la coloca en otro recipiente y la bate con una pala mediana hasta que empieza a leudar. Posteriormente la hace reposar y finalmente la deja precipitar en forma de polvo. La panela granulada está lista, dice mientras un dulce aroma conquista el olfato de quienes admiran su trabajo.

Turismo en comunidad
En Pactoloma viven 450 personas que pertenecen a 130 familias. Todas colaboran con el desarrollo de la comuna. En el ámbito turístico lo hacen mostrando el proceso para elaborar panela, ofreciendo guía por los culuncos o caminos de los yumbos o por las cascadas y ríos que hay cerca de la población. (ECV)

En medio del bosque nublado, un grupo de niños compite con bicicletas y sus carcajadas llenan de alegría a quienes habitan en Pactoloma, en el Noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito. Ellos son los grandes anfitriones de los turistas que llegan a la comuna, ubicada a 15 minutos del parque central de Pacto.

Una iglesia rosada con marcas negras y coloridas casas también son parte del encanto de este poblado, donde las mañanas comienzan con el cantar de los gallos y los alimentos saben mejor en un acogedor comedor comunitario.

En esta propuesta turística todos participan. “Unos cocinan, otros atienden a los viajeros y otros lavan los platos”, cuenta el presidente de la comuna Sergio Basantes, al señalar que hay cuatro locales en los que se ofrecen alimentos preparados.

Diversidad
El clima templado, característico del subtrópico, permite que los habitantes de Pactoloma conjuguen las propuestas turísticas con la producción agrícola. En los terrenos de los vecinos hay plantaciones de cebolla, zanahoria amarilla, yuca, verde, naranja, mandarina, guaba… “En esta zona se da de todo, desde cebolla hasta cacao”, explica Basantes, al destacar la diversidad de flora y fauna de esa zona en la que, además, se dan 10 variedades de plátano. El producto estrella es la caña de azúcar. “Existen cañaverales que tienen más de 80 años y siguen generando recursos económicos”.

Gastronomía
El ceviche de palmito, el apicho (una mezcla hecha con plátano rallado), el jugo de caña y la panela son las delicias que más se ofrecen a los turistas.

Esto lo confirma Elsa Soria, de 57 años. En su trapiche está por salir la siguiente parada –así se denominan las cargas de jugo de caña que se convertirán en panela-. Mientras se abriga con el calor de la brasa en la que se hierve el jugo de caña, explica que esta es una de las cosas que más atrae a los viajeros.

Uno de sus trabajadores confirma que los visitantes pueden ver cómo se prepara el jugo. También se los involucra en la preparación de la panela molida. Esta experiencia se complementa con un refresco de caña, preparado con un toque de mandarina y limón.

Justo cuando la miel que se obtiene de la caña alcanza una temperatura óptima, el joven comunero la coloca en otro recipiente y la bate con una pala mediana hasta que empieza a leudar. Posteriormente la hace reposar y finalmente la deja precipitar en forma de polvo. La panela granulada está lista, dice mientras un dulce aroma conquista el olfato de quienes admiran su trabajo.

Turismo en comunidad
En Pactoloma viven 450 personas que pertenecen a 130 familias. Todas colaboran con el desarrollo de la comuna. En el ámbito turístico lo hacen mostrando el proceso para elaborar panela, ofreciendo guía por los culuncos o caminos de los yumbos o por las cascadas y ríos que hay cerca de la población. (ECV)

En medio del bosque nublado, un grupo de niños compite con bicicletas y sus carcajadas llenan de alegría a quienes habitan en Pactoloma, en el Noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito. Ellos son los grandes anfitriones de los turistas que llegan a la comuna, ubicada a 15 minutos del parque central de Pacto.

Una iglesia rosada con marcas negras y coloridas casas también son parte del encanto de este poblado, donde las mañanas comienzan con el cantar de los gallos y los alimentos saben mejor en un acogedor comedor comunitario.

En esta propuesta turística todos participan. “Unos cocinan, otros atienden a los viajeros y otros lavan los platos”, cuenta el presidente de la comuna Sergio Basantes, al señalar que hay cuatro locales en los que se ofrecen alimentos preparados.

Diversidad
El clima templado, característico del subtrópico, permite que los habitantes de Pactoloma conjuguen las propuestas turísticas con la producción agrícola. En los terrenos de los vecinos hay plantaciones de cebolla, zanahoria amarilla, yuca, verde, naranja, mandarina, guaba… “En esta zona se da de todo, desde cebolla hasta cacao”, explica Basantes, al destacar la diversidad de flora y fauna de esa zona en la que, además, se dan 10 variedades de plátano. El producto estrella es la caña de azúcar. “Existen cañaverales que tienen más de 80 años y siguen generando recursos económicos”.

Gastronomía
El ceviche de palmito, el apicho (una mezcla hecha con plátano rallado), el jugo de caña y la panela son las delicias que más se ofrecen a los turistas.

Esto lo confirma Elsa Soria, de 57 años. En su trapiche está por salir la siguiente parada –así se denominan las cargas de jugo de caña que se convertirán en panela-. Mientras se abriga con el calor de la brasa en la que se hierve el jugo de caña, explica que esta es una de las cosas que más atrae a los viajeros.

Uno de sus trabajadores confirma que los visitantes pueden ver cómo se prepara el jugo. También se los involucra en la preparación de la panela molida. Esta experiencia se complementa con un refresco de caña, preparado con un toque de mandarina y limón.

Justo cuando la miel que se obtiene de la caña alcanza una temperatura óptima, el joven comunero la coloca en otro recipiente y la bate con una pala mediana hasta que empieza a leudar. Posteriormente la hace reposar y finalmente la deja precipitar en forma de polvo. La panela granulada está lista, dice mientras un dulce aroma conquista el olfato de quienes admiran su trabajo.

Turismo en comunidad
En Pactoloma viven 450 personas que pertenecen a 130 familias. Todas colaboran con el desarrollo de la comuna. En el ámbito turístico lo hacen mostrando el proceso para elaborar panela, ofreciendo guía por los culuncos o caminos de los yumbos o por las cascadas y ríos que hay cerca de la población. (ECV)