Rostros manchados con anilina y una mezcla entre huevo, harina y carioca sobre los uniformes, se veía en cerca de 600 estudiantes que acudieron ayer a jugar Carnaval en el parque de La Alameda, centro norte de Quito.
Jóvenes de varios colegios del centro y norte se congregaron en este parque para divertirse. Sin embargo, no pudieron ingresar a la laguna, pues este espacio se encontraba cercado y con un fuerte contingente policial.
El capitán Álex Carrillo comentó que 100 policías resguardaban la seguridad en distintos puntos del parque, además de los miembros de la Policía Metropolitana y Agentes de Control.
Algo que lamentaron aquellos que pensaban darse un ‘chapuzón carnavalero’, aprovechando el inicio de sus vacaciones. Melanie Herrera y Dani Caza, del Colegio Simón Bolívar, comentaron que se convirtió en una tradición jugar entre amigos en este lugar, pero se van tristes al no lograr su cometido.
“Al llegar, nos empaparon un poco con carioca y anilina. Pero el ‘gusto’ es mojarse y aquí no nos dejaron. Preferible nos vamos a otro lado”, comentó Caza.
Similar reflexión hizo Salomé Quiña, estudiante de Primero de Bachillerato del Colegio Mejía, al afirmar que en esta ocasión estuvo apagado. “Las risas no faltan porque estamos entre amigos. Además, la picardía es sorprender a los descuidados. Pero aun así, hubiéramos querido divertirnos más”.
Paúl Chicaiza, Jefe de la Unidad de Operativos de la Agencia Metropolitana de Control, dijo que lo primordial para ellos era controlar las ventas ambulantes, “así también se baja el nivel del juego”. (MLY)