LIBER ANDRADE SALAZAR
El informe a la nación por el primer año de funciones del Gobierno del Presidente Lenín Moreno tiene a los ecuatorianos en una verdadera expectativa. El año anterior arrancó con mesa servida, platos sucios y Presupuesto General del Estado predeterminado por el iluminado economista Correa que, como se ha visto, en vez de planificar la economía de los ecuatorianos, la desbarató para poner en marcha una que favorezca al nuevo grupo económico de clase media que por el ejercicio de funciones públicas, tráfico de influencias, lavado de activos y otros negocios chuecos, fungen ahora como los empresarios prósperos a lo largo y ancho del país.
Tomadas las riendas del poder político y con la economía ahora sí a su disposición, el Presidente Moreno deberá informar a la nación el verdadero plan económico que ponga en marcha el aparato productivo y se traduzca en oportunidad de trabajo para un gran sector de los ecuatorianos que pugnan por una plaza de trabajo. Igualmente, esperamos que la mentada cirugía contra la corrupción no sea una quimera; que empiece por funcionarios de su gobierno que fueron colaboradores del anterior y que hoy agachan la cabeza porque saben las fechorías que cometieron. Acciones decididas para combatir el narcotráfico a gran escala, delincuencia común y cuello blanco, caso contrario terminaremos por la senda de países como Colombia y México.
Ecuador requiere cambios y quizá el recordatorio de la fecha del 24 de mayo de 1822 que permitió sellar la libertad de nuestra Patria, inspire al gobierno para guiarnos como corresponde, gobernando para todos; ya no pueden haber excusas, la ciudadanía exige materializar el buen vivir que habla la Constitución; caso contrario debemos pensar seriamente en una Asamblea Nacional Constituyente que permita reinstitucionalizar el país.