Ser candidato

XAVIER MORÁN FERNÁNDEZ

Ante la vorágine de participación y patriotismo que manifiestan quienes en estas elecciones aspiran llegar a ocupar un espacio público a través de la elección popular, vale recordarles a aquellos hoy candidatos, que a más de cumplir con los requisitos que la ley establece y que son de vital importancia para su intervención, deben estar conscientes que este hecho ya los reviste de responsabilidad y compromiso para con la sociedad y estas acciones serán superlativas el momento en que con la benevolencia popular resulten electos, en donde su labor se debe regir con honestidad, capacidad, firmeza y eficiencia.

No sabemos a ciencia cierta qué porcentaje de los hoy candidatos tienen conciencia del rol que han asumido, se desconoce si los señores candidatos tienen claro cuál es el concepto de política o que entienden de esta palabra y su trascendencia en una sociedad, puedo percibir por diversas declaraciones que se escuchan de estos en los medios de prensa, que están perdidos o sin claridad en lo que tiene que ver a la pregunta anterior y mucho más desorbitados en referencia a la administración pública; lo que si se distingue es los deseos de estar presentes en esta lid electoral, de ganar un puesto y luego ver cómo nos vamos acomodando y aprendiendo en el camino, lo que por responsabilidad personal y social antes de terciar deberían haberse preparado

Todo esto nos lleva a pensar que el ser candidato ahora es una epidemia que contagia a un gran porcentaje de la población, claro parte de los puntales que impulsan a actuar es el pensar que si fulanito llego porque yo no puedo hacerlo, o ven en el teatro político la manera más fácil de obtener beneficios económicos, o puede ser que la falta de empleo o el saber que los sueldos del aparato público son apetecibles, los impulsen a una gran mayoría de los hoy candidatos a participar.

Ya estamos cansados de las novelinas populares, de los saltimbanquis de la política, debemos meditar y tomar decisiones para salir del subdesarrollo cultural y político en el que vivimos.