Maquillaje y fraude

Eduardo F. Naranjo C.

Nuestro destino está definido, seguiremos siendo el feudo de los dueños de la plata y de los charlatanes de la política. El sistema llamado democrático tiene diferentes referentes en función del país que se observe, pero son poquísimos aquellos en los que los ciudadanos realmente tienen el poder de decidir algunas cosas al menos.

La oferta de candidatos nos muestra tal cual somos, oportunistas buscando cambiar de situación, de ninguna manera vocación de servir, excepto contados aspirantes que quizá no defrauden si son escogidos, eso explica el porqué, solo la necesidad de disponer del documento habilitante, mueve a la participación en tales eventos.

La capacidad de mentir de algunos candidatos, que ofrecen todo lo que se les ocurre sin decir el cómo y peor aún que presenten planes y soluciones a las necesidades ciudadanas. Para ser candidatos deberían primero estar muy enterados de los problemas prioritarios del conglomerado ciudadano y mostrar al menos estudios de factibilidad, que bosquejen costos y fuentes de financiamiento.

Usan la palabra de moda “corrupción” a la que supuestamente controlarán y a esto se suma un potencial fraude. Si el CNE triplica el valor de los votos nulos, todo está infiltrado y es una telaraña, donde también come la intriga y la maniobra oscura. Así la mayoría del discurso político es “falsa oferta” y, para colmo maquillada. A los artistas y vedetes los mejoraron con “fotoshop” y otros trucos, que los presentan relucientes y hermosos (as).

Estamos ante un circo donde hasta la entidad controladora tira sus cartas, quien puede creer en este tipo de democracia, en la que la voluntad de los ciudadanos es burlada día a día acto tras acto. Este pueblo necesita líderes de verdad que lo conduzcan libertariamente, como diría Chomsky.

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