La angustia se apodera de Fernando Vargas y Margarita Ramos, padres de familia de tres niños que todavía no pueden sumarse a las actividades académicas del periodo lectivo 2019-2020. Esta familia es oriunda de Pedernales y lo perdieron todo en el terremoto del 16 de abril de 2016, desde ese momento han vivido temporadas en Santa Elena, Tungurahua y ahora en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas.
El año anterior sus hijos no pudieron asistir a clases porque no constaban en el sistema de la ciudad de Ambato, problema que se replicó al radicarse en esta ciudad. La primera traba fue no constar en el listado del organismo de educación para que se les designe una institución educativa en la localidad “hace tres meses empecé a realizar el trámite y no tuve respuesta positiva”, expresó la madre de los menores.
Hace pocos días, aseguran, que se valieron de una amistad para que sus hijos consten en el sistema y lograron que se les asignen cupos, pero en secciones diferentes “los mandaron lejos, el taxi nos cobra 3 dólares y no nos alcanza para pagar esa tarifa varias veces para llevarlos y retirarlos”, dijo Vargas.
Pronunciamiento
Luis Reyes, director del distrito 1 de Educación, dijo que al momento han atendido a más de 7 mil personas y sostuvo que muchas veces estos problemas surgen por responsabilidad de los propios solicitantes “hacer el trámite a estas fechas significa que son menos las posibilidades de que los niños vayan a una sola unidad educativa y a la misma sección”.
El funcionario ratificó que todas las personas recibirán un cupo; sin embargo, aclaró que el cambio de jornadas es algo interno de cada institución y que se lo realiza de acuerdo a la factibilidad que exista en cada unidad educativa. (JD)
DATO
Las edades de los niños son 11, 10 y 8 años, respectivamente. Ellos no habrían estudiado el año anterior por no constar en el sistema.