A pesar que las condiciones en las que vivían no eran las adecuadas y que carecían de varios servicios básicos, Freddy Solarte y su familia tenían un techo para ampararse del sol y la lluvia en el interior de la empresa Furukawa “habían necesidades, pero contábamos con trabajo, ahora estamos en crisis”.
Acompañado de sus esposa e hijo llegó hasta la calle Guayaquil y Chorrera del Napa para esperar el cheque por los ocho años que laboró en la abacalera “ingresé en el 2011, nos pagaban por avance pero no dejábamos de recibir 500 dólares al mes, desde que se dio el problema no he conseguido otra plaza”.
El hombre aún desconocía el monto de su cheque, pero aspiraba por lo menos 2 mil dólares. Confía que las cosas cambien para bien y que sean contratados con todos los requerimientos de ley. “Han dicho que vamos a volver a ingresar, pero creo que nos van a pagar el básico y ya no nos darán vivienda”.
Su cónyuge, quien omitió su identidad, dijo que no tenían agua ni luz, y que muchas de las personas presentaban desnutrición. Ladi Quiñónez ingresó a la empresa en el 2010 y es otro de los que esperó muchas horas para recibir el cheque, “ojalá se cumpla lo prometido por las autoridades y nos vuelvan a emplear”.
Esperanzados
En medio del grupo humano que esperaba por la liquidación también se encontraban adultos mayores que salieron en la empresa en el 2015 sin ningún tipo de compensación. Sixto Calva trabajó 11 años en la empresa, pero asegura que salió voluntariamente “no me gustan los problemas, yo vine para ver si voluntariamente me ayudan con algo de dinero por el tiempo que les serví”.
Victor Sabando asegura que laboró 20 años en la empresa y debido a su antigüedad llegó a ser jefe de la bodega de fibra de abacá “fui uno de los primeros, cuando salí no me dieron nada de liquidación”. (JD)
Opinión
Alexandra Archundia, representante provincial de la Defensoria del Pueblo, dijo que se mantienen al tanto de la investigación que realiza la Fiscalía. Los demás procesos se están manejando directamente desde Quito, pero adelantó que un grupo de trabajadores mantienen diálogos con varios representantes de Ministerios, y que posiblemente se les designe, como reparación, una hacienda de Furukawa, ubicada en Quinindé “se estaría determinando las condiciones de esta entrega, quizás sea para que trabajen en sociedad”.
“Estoy aquí con la esperanza que retribuyan los años de trabajo, esperemos que nos cumplan”.
Edgar Rodríguez
Extrabajador de Furukawa
DATO
El caso Furukawa se hizo público en febrero del presente año.