¿Qué nos preocupa?

Oímos decir: lo importante es tener salud. Lo demás se considera añadidura a esta sola necesidad. ¿Qué significa: salud, para que sea sólo ella lo importante? ¡Lo otro que nos pre-ocupa: familia, trabajo, estudio, futuro,… estaría prácticamente resuelto si tenemos la salud?

Jesucristo nos dice que si buscamos el Reino de Dios y su Justicia, todo lo demás se nos da por añadidura. Se lo recuerda también a Marta, al joven rico, porque se ocupan de muchas cosas, siendo una sola la necesaria. ¿No es demasiado simplista reducir todas nuestras preocupaciones a una sola cosa, como es la salud, o a esto que dice Cristo?

Si miramos solo hacia fuera, lo que está ocurriendo en nuestra sociedad, en el mundo, tenemos razón de preocuparnos por lo que sucede. Si estamos bien en nuestra comunidad, en familia y con nosotros mismos; despertando el valor-virtud del amor, generosidad, el servicio, podemos empezar a entender que una sola cosa es necesaria.

Sea salud, reino de Dios u otra cosa, lo importante es escuchar a nuestro Maestro interior lo que tenemos que acometer cada día con la fuerza de la vida divina que nos ha sido dada desde siempre. En este caso, por la singularidad de nuestro espíritu, todas las preocupaciones se refractan en una fuerza única que cambia la problemática que nos pre-ocupa en solucionática que acompasa la acción permanente de Dios, nuestro Padre, en nosotros, no sin nuestra amorosa convivencia con Él y con nuestros prójimos. Solo esto es necesario para dar solución a lo que nos corresponde como personas, que vencemos cada día el individualismo pre-ocupante y estresante, del que nos podemos fácilmente contagiar.

[email protected]