Con el oido destrozado

Andres Montes De Oca

El ruido estrepitoso ocasionado por el ilegal uso de cornetas de aire instaladas en la mayoría de autobuses y camiones, está destrozando nuestro irrecuperable sentido del oído y también nuestra paz.

Levanto esta voz de protesta, enérgica pero a la vez consciente de que no es la única fuente de contaminación y que no todos los conductores abusan de sus bocinas. A aquellos que lo hacen más bien les pido que reflexionen sobre el irreparable daño que están ocasionando a miles de personas que trabajamos y caminamos diariamente por distintos rincones de la ciudad.

Sabemos que conducir un bus o un camión no es un trabajo fácil, que muchos choferes trabajan más de doce horas diarias. Que deben competir entre ustedes para llevar los alimentos a su casa (¿qué pasó con el proyecto de caja común?), que el tráfico causa estrés y angustia a todos, pero por Dios, ya no piten!

Terminemos de una vez por todas con esta situación. Señores dirigentes y líderes de la transportación, por favor tomen cartas en el asunto, desinstalen las cornetas de aire, son ilegales y nos están afectando gravemente. Les rogamos que reflexionen sobre esta realidad, y que cooperen con la conservación de un ambiente de paz. El derecho de unos termina en donde empieza el derecho de otros. Respeten si quieren que los respeten.

El otro camino sería tomar medidas de hecho, denunciar a los infractores, organizarnos como sociedad para hacerle frente a este atropello, acudir a las autoridades, a la prensa, etc., pero implicaría entrar en un conflicto que puede evitarse si ustedes señores conductores, se concientizan del irreparable daño que causa el ruido.

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