Evo, el eterno

El mandatario boliviano inició esta semana su campaña presidencial para aspirar a un cuarto mandato consecutivo. A pesar de que el 51% de los bolivianos votó contra su reelección en 2016, Evo hace caso omiso a las leyes y a la gente.

Así, Morales puso en juego la estructura de realidad paralela. Saltándose la legalidad, dijo que el referéndum no era válido porque la población había votado “engañada” y apeló a los ‘movimientos sociales” que, según él, reclamaban su permanencia en el cargo. Y ahora, de nuevo, su proyecto ha sido avalado por otra polémica sentencia del Constitucional.

Más allá del desbarajuste institucional que ha implicado, la era de Evo Morales se ha distinguido por la mayor prosperidad económica y progreso social en la historia reciente de Bolivia. A eso se suma que es el primer presidente indígena en un país indígena, que siempre fue gobernado por descendientes de españoles.

Los 13 años continuos de gobierno de Morales se han caracterizado por la estabilidad, pero se han visto ensombrecidos por críticas por supuesta corrupción y dilapidación de los recursos públicos.

¿Qué tanto puede un presidente cambiar la Constitución para quedarse en el poder sin menoscabar el futuro de la democracia?

El peligro es volver a las andadas de decenas de caudillos que se eternizaron en el poder, desde el argentino Juan Manuel de Rosas en el siglo XIX, pasando por Juan Domingo Perón en el XX hasta Hugo Chávez y Nicolás Maduro en el XXI. Esas experiencias suelen terminar menos bien de lo esperado.


Experiencia es el nombre que damos a nuestras equivocaciones”. Oscar Wilde Dramaturgo y novelista irlandés (1854-1900)

Solo una cosa es más dolorosa que aprender de la experiencia, y es, no aprender de la experiencia”. Laurence J. Peter Profesor y escritor canadiense (1919-1990)