El arte más noble

José Manuel Aguilar Reyes

“Algo es tener la capacidad de pintar un cuadro o de tallar una estatua y así producir unos objetos bellos, pero es mucho más glorioso tallar y pintar la verdadera atmósfera y el ambiente que nos rodean, transformar la calidad del día es el arte supremo”. Con estas palabras Henry Thoreau, quiere recordarnos que el gran arte no se limita a la pintura, la música, la escultura, la poesía; existe también, el arte de vivir.

Thoreau nos invita recordar a San Francisco de Asís, Teresa de Calcuta, Florencia Nightingale, seres que, a merced de la nobleza de sus actos, transformaron la calidad de vida de sus semejantes. Pero no solo ellos, hay incontables gentes buenas y silenciosas, que sin darse cuenta afectan la vida de quienes están con ellas, sin ganar la alabanza ni esperarla. Todos hemos conocido a estas personas, en una u otra ocasión nos han transformado la calidad del día, a veces sin decir nada, otras ayudándonos de improviso, pero emanando sonrisa y bondad, transforman la obscuridad en luz, el miedo por valor, la indiferencia en amor.

Estos anónimos amigos, me parece que son los grandes artistas, porque practican la más noble de las artes: el arte de la vida misma. En la Revista Selecciones del mes anterior, existe un artículo denominado “El curso para ser feliz” de Lisa Fields, invito al lector(a) a revisarlo, ahí encontrará usted una guía gratis, muy novedosa para alcanzar la felicidad que día a día ansiamos conseguir. Lo puede hacer entrando a internet a la Universidad de Yale de los EEUU, estando disponible para todo el mundo: (coursera.org/learn/the science-of-well-being), seguro que le gustará; yo lo hice, extrayendo algunas aristas de motivación como: socializar más; realizar buenas acciones; hacer ejercicio, dormir, entre otras.

[email protected]m

José Manuel Aguilar Reyes

“Algo es tener la capacidad de pintar un cuadro o de tallar una estatua y así producir unos objetos bellos, pero es mucho más glorioso tallar y pintar la verdadera atmósfera y el ambiente que nos rodean, transformar la calidad del día es el arte supremo”. Con estas palabras Henry Thoreau, quiere recordarnos que el gran arte no se limita a la pintura, la música, la escultura, la poesía; existe también, el arte de vivir.

Thoreau nos invita recordar a San Francisco de Asís, Teresa de Calcuta, Florencia Nightingale, seres que, a merced de la nobleza de sus actos, transformaron la calidad de vida de sus semejantes. Pero no solo ellos, hay incontables gentes buenas y silenciosas, que sin darse cuenta afectan la vida de quienes están con ellas, sin ganar la alabanza ni esperarla. Todos hemos conocido a estas personas, en una u otra ocasión nos han transformado la calidad del día, a veces sin decir nada, otras ayudándonos de improviso, pero emanando sonrisa y bondad, transforman la obscuridad en luz, el miedo por valor, la indiferencia en amor.

Estos anónimos amigos, me parece que son los grandes artistas, porque practican la más noble de las artes: el arte de la vida misma. En la Revista Selecciones del mes anterior, existe un artículo denominado “El curso para ser feliz” de Lisa Fields, invito al lector(a) a revisarlo, ahí encontrará usted una guía gratis, muy novedosa para alcanzar la felicidad que día a día ansiamos conseguir. Lo puede hacer entrando a internet a la Universidad de Yale de los EEUU, estando disponible para todo el mundo: (coursera.org/learn/the science-of-well-being), seguro que le gustará; yo lo hice, extrayendo algunas aristas de motivación como: socializar más; realizar buenas acciones; hacer ejercicio, dormir, entre otras.

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Thoreau nos invita recordar a San Francisco de Asís, Teresa de Calcuta, Florencia Nightingale, seres que, a merced de la nobleza de sus actos, transformaron la calidad de vida de sus semejantes. Pero no solo ellos, hay incontables gentes buenas y silenciosas, que sin darse cuenta afectan la vida de quienes están con ellas, sin ganar la alabanza ni esperarla. Todos hemos conocido a estas personas, en una u otra ocasión nos han transformado la calidad del día, a veces sin decir nada, otras ayudándonos de improviso, pero emanando sonrisa y bondad, transforman la obscuridad en luz, el miedo por valor, la indiferencia en amor.

Estos anónimos amigos, me parece que son los grandes artistas, porque practican la más noble de las artes: el arte de la vida misma. En la Revista Selecciones del mes anterior, existe un artículo denominado “El curso para ser feliz” de Lisa Fields, invito al lector(a) a revisarlo, ahí encontrará usted una guía gratis, muy novedosa para alcanzar la felicidad que día a día ansiamos conseguir. Lo puede hacer entrando a internet a la Universidad de Yale de los EEUU, estando disponible para todo el mundo: (coursera.org/learn/the science-of-well-being), seguro que le gustará; yo lo hice, extrayendo algunas aristas de motivación como: socializar más; realizar buenas acciones; hacer ejercicio, dormir, entre otras.

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José Manuel Aguilar Reyes

“Algo es tener la capacidad de pintar un cuadro o de tallar una estatua y así producir unos objetos bellos, pero es mucho más glorioso tallar y pintar la verdadera atmósfera y el ambiente que nos rodean, transformar la calidad del día es el arte supremo”. Con estas palabras Henry Thoreau, quiere recordarnos que el gran arte no se limita a la pintura, la música, la escultura, la poesía; existe también, el arte de vivir.

Thoreau nos invita recordar a San Francisco de Asís, Teresa de Calcuta, Florencia Nightingale, seres que, a merced de la nobleza de sus actos, transformaron la calidad de vida de sus semejantes. Pero no solo ellos, hay incontables gentes buenas y silenciosas, que sin darse cuenta afectan la vida de quienes están con ellas, sin ganar la alabanza ni esperarla. Todos hemos conocido a estas personas, en una u otra ocasión nos han transformado la calidad del día, a veces sin decir nada, otras ayudándonos de improviso, pero emanando sonrisa y bondad, transforman la obscuridad en luz, el miedo por valor, la indiferencia en amor.

Estos anónimos amigos, me parece que son los grandes artistas, porque practican la más noble de las artes: el arte de la vida misma. En la Revista Selecciones del mes anterior, existe un artículo denominado “El curso para ser feliz” de Lisa Fields, invito al lector(a) a revisarlo, ahí encontrará usted una guía gratis, muy novedosa para alcanzar la felicidad que día a día ansiamos conseguir. Lo puede hacer entrando a internet a la Universidad de Yale de los EEUU, estando disponible para todo el mundo: (coursera.org/learn/the science-of-well-being), seguro que le gustará; yo lo hice, extrayendo algunas aristas de motivación como: socializar más; realizar buenas acciones; hacer ejercicio, dormir, entre otras.

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