Sin brújula

Por Ramiro Ruiz R.

Latinoamérica perdió la brújula. Argentina es una muestra, ganó las elecciones Cristina. El objetivo está cumplido, consiguió la protección de las leyes con el triunfo como vicepresidenta. Al pueblo no le interesó que los investigadores y la justicia encontraran su casa colmada de billetes de dólares.

A Cristina le interesa el poder. Es peligroso que le lleve a la quiebra definitiva a su país, de la mano del presidente. Con seguridad le manejará para regresar al populismo histórico argentino de Perón y su esposo.

Le maniataron a Macri quien intentó aplicar el orden y exterminar la corrupción, con pobres resultados.

Nicaragua personifica la esencia del populismo político. El país vive un chiste de mal gusto: Ortega presidente y su esposita de vice. Como si los graves problemas de subdesarrollo social y cultural se puedan solucionar debajo de las cobijas.

Venezuela, modelo impresionante del cataclismo del socialismo del siglo XXI. Ahí se inventaron mil maneras de agarrar el dinero del Estado. El Gobierno regaló petróleo a Cuba y despilfarró el dinero a costa de la vida burguesa de los gobernantes y la pobreza de los venezolanos. Aplicaron teoría y práctica de la revolución cantaleteada por Chávez y su discípulo, el camionero Maduro.

Chile parecía un país asegurado. La concertación política y económica funcionó desde Patricio Aylwin. Por desgracia, no se perfeccionó el modelo. Olvidaron que el problema de la diferencia económica debía acortarse y atacar la pobreza. Las brasas del paternalismo todavía arden. Los jóvenes protestan y reclaman sólo derechos, sin ninguna obligación y compromiso. Como si la vida fuera la maravilla de recibir bienestar del papá Gobierno.

Perú está estable. La vida barata. Buena educación superior. El gobierno combatió con fuerza y decisión la corrupción. Cinco ex presidentes están presos o en fuga, incluso uno de ellos optó por el suicidio.

Colombia, al ritmo de trabajo y la alegría de la cumbia todavía no consigue la paz. Exportan café, flores, telas y autos ensamblados. Con el aroma del café siguen extasiando al mundo. Pero el fantasma de la violencia y el narcotráfico están por ahí asustando.

Hasta que el señor Evo Morales cayó. Su renuncia dio lugar a múltiples interpretaciones. Para los pensadores bolivianos y del mundo, terminó al fin esa enfermedad del poder permanente. Sin duda, la atracción fatal del ex presidente encontró en los dólares. Concluyó el autoritarismo disfrazado de democracia, aunque suena el lamento del indio boliviano. Para los revolucionarios, fue un golpe. Qué triste, Latinoamérica sigue sin brújula. Dibujemos la visión del Ecuador en la mitad del universo.

Por Ramiro Ruiz R.

Latinoamérica perdió la brújula. Argentina es una muestra, ganó las elecciones Cristina. El objetivo está cumplido, consiguió la protección de las leyes con el triunfo como vicepresidenta. Al pueblo no le interesó que los investigadores y la justicia encontraran su casa colmada de billetes de dólares.

A Cristina le interesa el poder. Es peligroso que le lleve a la quiebra definitiva a su país, de la mano del presidente. Con seguridad le manejará para regresar al populismo histórico argentino de Perón y su esposo.

Le maniataron a Macri quien intentó aplicar el orden y exterminar la corrupción, con pobres resultados.

Nicaragua personifica la esencia del populismo político. El país vive un chiste de mal gusto: Ortega presidente y su esposita de vice. Como si los graves problemas de subdesarrollo social y cultural se puedan solucionar debajo de las cobijas.

Venezuela, modelo impresionante del cataclismo del socialismo del siglo XXI. Ahí se inventaron mil maneras de agarrar el dinero del Estado. El Gobierno regaló petróleo a Cuba y despilfarró el dinero a costa de la vida burguesa de los gobernantes y la pobreza de los venezolanos. Aplicaron teoría y práctica de la revolución cantaleteada por Chávez y su discípulo, el camionero Maduro.

Chile parecía un país asegurado. La concertación política y económica funcionó desde Patricio Aylwin. Por desgracia, no se perfeccionó el modelo. Olvidaron que el problema de la diferencia económica debía acortarse y atacar la pobreza. Las brasas del paternalismo todavía arden. Los jóvenes protestan y reclaman sólo derechos, sin ninguna obligación y compromiso. Como si la vida fuera la maravilla de recibir bienestar del papá Gobierno.

Perú está estable. La vida barata. Buena educación superior. El gobierno combatió con fuerza y decisión la corrupción. Cinco ex presidentes están presos o en fuga, incluso uno de ellos optó por el suicidio.

Colombia, al ritmo de trabajo y la alegría de la cumbia todavía no consigue la paz. Exportan café, flores, telas y autos ensamblados. Con el aroma del café siguen extasiando al mundo. Pero el fantasma de la violencia y el narcotráfico están por ahí asustando.

Hasta que el señor Evo Morales cayó. Su renuncia dio lugar a múltiples interpretaciones. Para los pensadores bolivianos y del mundo, terminó al fin esa enfermedad del poder permanente. Sin duda, la atracción fatal del ex presidente encontró en los dólares. Concluyó el autoritarismo disfrazado de democracia, aunque suena el lamento del indio boliviano. Para los revolucionarios, fue un golpe. Qué triste, Latinoamérica sigue sin brújula. Dibujemos la visión del Ecuador en la mitad del universo.

Por Ramiro Ruiz R.

Latinoamérica perdió la brújula. Argentina es una muestra, ganó las elecciones Cristina. El objetivo está cumplido, consiguió la protección de las leyes con el triunfo como vicepresidenta. Al pueblo no le interesó que los investigadores y la justicia encontraran su casa colmada de billetes de dólares.

A Cristina le interesa el poder. Es peligroso que le lleve a la quiebra definitiva a su país, de la mano del presidente. Con seguridad le manejará para regresar al populismo histórico argentino de Perón y su esposo.

Le maniataron a Macri quien intentó aplicar el orden y exterminar la corrupción, con pobres resultados.

Nicaragua personifica la esencia del populismo político. El país vive un chiste de mal gusto: Ortega presidente y su esposita de vice. Como si los graves problemas de subdesarrollo social y cultural se puedan solucionar debajo de las cobijas.

Venezuela, modelo impresionante del cataclismo del socialismo del siglo XXI. Ahí se inventaron mil maneras de agarrar el dinero del Estado. El Gobierno regaló petróleo a Cuba y despilfarró el dinero a costa de la vida burguesa de los gobernantes y la pobreza de los venezolanos. Aplicaron teoría y práctica de la revolución cantaleteada por Chávez y su discípulo, el camionero Maduro.

Chile parecía un país asegurado. La concertación política y económica funcionó desde Patricio Aylwin. Por desgracia, no se perfeccionó el modelo. Olvidaron que el problema de la diferencia económica debía acortarse y atacar la pobreza. Las brasas del paternalismo todavía arden. Los jóvenes protestan y reclaman sólo derechos, sin ninguna obligación y compromiso. Como si la vida fuera la maravilla de recibir bienestar del papá Gobierno.

Perú está estable. La vida barata. Buena educación superior. El gobierno combatió con fuerza y decisión la corrupción. Cinco ex presidentes están presos o en fuga, incluso uno de ellos optó por el suicidio.

Colombia, al ritmo de trabajo y la alegría de la cumbia todavía no consigue la paz. Exportan café, flores, telas y autos ensamblados. Con el aroma del café siguen extasiando al mundo. Pero el fantasma de la violencia y el narcotráfico están por ahí asustando.

Hasta que el señor Evo Morales cayó. Su renuncia dio lugar a múltiples interpretaciones. Para los pensadores bolivianos y del mundo, terminó al fin esa enfermedad del poder permanente. Sin duda, la atracción fatal del ex presidente encontró en los dólares. Concluyó el autoritarismo disfrazado de democracia, aunque suena el lamento del indio boliviano. Para los revolucionarios, fue un golpe. Qué triste, Latinoamérica sigue sin brújula. Dibujemos la visión del Ecuador en la mitad del universo.

Por Ramiro Ruiz R.

Latinoamérica perdió la brújula. Argentina es una muestra, ganó las elecciones Cristina. El objetivo está cumplido, consiguió la protección de las leyes con el triunfo como vicepresidenta. Al pueblo no le interesó que los investigadores y la justicia encontraran su casa colmada de billetes de dólares.

A Cristina le interesa el poder. Es peligroso que le lleve a la quiebra definitiva a su país, de la mano del presidente. Con seguridad le manejará para regresar al populismo histórico argentino de Perón y su esposo.

Le maniataron a Macri quien intentó aplicar el orden y exterminar la corrupción, con pobres resultados.

Nicaragua personifica la esencia del populismo político. El país vive un chiste de mal gusto: Ortega presidente y su esposita de vice. Como si los graves problemas de subdesarrollo social y cultural se puedan solucionar debajo de las cobijas.

Venezuela, modelo impresionante del cataclismo del socialismo del siglo XXI. Ahí se inventaron mil maneras de agarrar el dinero del Estado. El Gobierno regaló petróleo a Cuba y despilfarró el dinero a costa de la vida burguesa de los gobernantes y la pobreza de los venezolanos. Aplicaron teoría y práctica de la revolución cantaleteada por Chávez y su discípulo, el camionero Maduro.

Chile parecía un país asegurado. La concertación política y económica funcionó desde Patricio Aylwin. Por desgracia, no se perfeccionó el modelo. Olvidaron que el problema de la diferencia económica debía acortarse y atacar la pobreza. Las brasas del paternalismo todavía arden. Los jóvenes protestan y reclaman sólo derechos, sin ninguna obligación y compromiso. Como si la vida fuera la maravilla de recibir bienestar del papá Gobierno.

Perú está estable. La vida barata. Buena educación superior. El gobierno combatió con fuerza y decisión la corrupción. Cinco ex presidentes están presos o en fuga, incluso uno de ellos optó por el suicidio.

Colombia, al ritmo de trabajo y la alegría de la cumbia todavía no consigue la paz. Exportan café, flores, telas y autos ensamblados. Con el aroma del café siguen extasiando al mundo. Pero el fantasma de la violencia y el narcotráfico están por ahí asustando.

Hasta que el señor Evo Morales cayó. Su renuncia dio lugar a múltiples interpretaciones. Para los pensadores bolivianos y del mundo, terminó al fin esa enfermedad del poder permanente. Sin duda, la atracción fatal del ex presidente encontró en los dólares. Concluyó el autoritarismo disfrazado de democracia, aunque suena el lamento del indio boliviano. Para los revolucionarios, fue un golpe. Qué triste, Latinoamérica sigue sin brújula. Dibujemos la visión del Ecuador en la mitad del universo.