En anteriores entregas a través de este importante medio, insistí, que el mundo enfrenta a un patógeno, originado en los animales, de espantosas características de difusibilidad, pero de escasos impactos en su letalidad, como en general estamos observando; pero dejé indicado también, que la epidemia inicial transformada en pandemia con tanta rapidez, deja a la ciencia humana y veterinaria del mundo, escasa información de su epidemiología, existiendo más interrogantes que determinaciones, cuya suma, mantiene en vilo a la humanidad, recrudecido el cuadro, porque la ciencia no atina todavía a definir un tratamiento específico, peor aún, disponer de armas preventivas que minimice el impacto sanitario, lo cual explica las terribles consecuencias que padecemos como humanidad, situándonos a vivir una de las mayores tragedias que tiene conocimiento el hombre en estos últimos siglos.
El cuadro epidemiológico es tan patético, como preocupante amables lectores que, en las últimas semanas, la situación del COVID-19 ha cambiado de una manera explosiva, extendiéndose ampliamente por todo el mundo, afectando ya a 144 países, infectando a más de 2.4 millones de personas con más de 80 mil muertos. Esto ha hecho que la OIE declare en estos últimos días que, pudiera existir la posibilidad de que algunos animales puedan infectarse al estar en estrecho contacto con humanos infectados por el virus, aumentando por ende el radio de contagio interpersonal, pero dejando a la ciencia, otra interrogante que logre explicar, el porqué de la expansión brusca y determinante del virus como estamos observando. Por su lado la medicina veterinaria mundial, está emitiendo informes científicos periódicos que niegan por el momento, una acción difusora del patógeno por los animales domésticos, lo cual nos deja un poco tranquilos, pero sugirientes en aceptar, tomar medidas de precaución adecuadas, de mantener vigilados por los veterinarios sus mascotas, en especial los gatos, por su comportamiento más apegado a nosotros y eliminar, cuanto antes, los desechos orgánicos de ellos en sus casas, cuidándolos como en efecto son, parte de nuestros hogares y compañía perenne del humano. Note estimado lector(a), que la medicina veterinaria es importante, pero lamentablemente ignorada por las autoridades de turno sanitarias del país y del gobierno mismo.