Medidas económicas

Pensamos que la década anterior era la última desgracia que nos podía haber pasado a los ecuatorianos; pero no, porque la corrupción sigue galopante y no la detiene nadie. Si en esta pandemia, que es de vida o muerte, han saqueado el dinero del IESS, Ministerio de Salud y muchas otras instituciones, quiere decir que quienes actúan así son contumaces cleptómanos para quienes no habrá psicólogo que cure. Nos sobrevino la destrucción del SOTE y OCP por deslizamiento de tierra a lo largo del cauce del río Coca, paralizando la explotación de nuestro petróleo, del que depende el presupuesto nacional; y por último, el Covid-19 que es una amenaza de muerte, ha paralizado al 80% de la actividad laboral. Ahora bien, toda medida que tome el gobierno, por buena que parezca, jamás nos conformará, porque como en el caso presente, el mediano bienestar de unos empleados públicos se sustenta en la eliminación de otros puestos de trabajo. Esta vez, lamentablemente, ha correspondido a la clase trabajadora, en la que se incluye al Magisterio, con la disminución de sus remuneraciones, lo cual por supuesto, es inaceptable. Los economistas sugieren reducir el tamaño del Estado, cuyo recorte en el gasto público asciende a cuatro mil millones de dólares, novecientos ochenta millones de reducción de masa salarial, eliminación de algunas embajadas y consulados que fueron puestos por compadrazgo y no por capacidad diplomática; de ahí que la eliminación de ministerios e instituciones inservibles es positiva, pues debemos entender que fueron creados para satisfacer al clientelismo político electoral, haciendo crecer la burocracia que sostiene gobiernos que apuntan al socialismo, el mismo que desaparece cuando se termina el dinero. La empresa pública jamás ha dado buenos resultados en el país (caso TAME, Ferrocarriles, Correos y muchas otras); pésimos administradores, no así la privada, que trabaja sin medida día y noche. La eliminación del subsidio a los combustibles es una medida inteligente, porque depende del valor del petróleo, tal es así que hoy tiene un precio cómodo, sin olvidar de que se tendrá que focalizar al transporte que es el medio que indiscutiblemente hace girar la rueda de nuestra economía. Pregunto: ¿Quién manejará ese dinero a recaudarse… serán los mismos de siempre? ¡Dios mío!

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