Problema de cultura

Marta Lagos, economista de la Universidad de Heidelberg, miembro de la Comisión de Expertos de Opinión Pública de las Naciones Unidas, realizó importantes declaraciones.

Al referirse a situaciones complejas desatadas por el coronavirus, aseveró: “La corrupción no solo viene por los Estados blandos, por la falta de oportunidades o de las leyes que no están bien hechas y permiten espacios para la corrupción. Todo esto se puede y se debe mejorar. El tema cultural es más complicado”. Sobre las adquisiciones indebidas de insumos médicos, añadió que es necesario reafirmar el Estado, con procedimientos que impidan que familiares o más elementos que no pueden hacerlo se beneficien de licitaciones, lo cual ha generado los escándalos que diariamente informa la prensa.

El problema de cultura, agudo, envolvente, desorientador, ha emergido en su cruda realidad: a más de los increíbles negociados que están siendo investigados, no se entiende cómo, en días tan críticos, en Ecuador hay no pocos casos donde se han violado elementales disposiciones orientadas a neutralizar los efectos del virus altamente transmisible.

Se ha dado a conocer que, en plena pandemia, son cerca de 65 mil las emergencias reportadas de personas que han ingerido licor, algunos a pico de la misma botella y sin mantener el debido distanciamiento social. En Cumbayá se ha llevado a cabo una fiesta hasta con juegos pirotécnicos. En Daule, en “chiva” que recorría la población, se hallaban bailando a todo volumen y tomando más de 20 personas de ambos sexos que no llevaban mascarilla. En una parroquia de Esmeraldas, los fiesteros agredieron a un policía hasta casi matarle, mientras quemaban un patrullero. Al parecer, esa gente cree que la vida no vale nada, como expresa la primera estrofa de esa conocida ranchera.

Franklin Barriga López