Nuestra suerte

Los santodomingueños tenemos naturaleza innata de emprendedores, estos largos días de cambios en tantos niveles de la sociedad, han permitido entre tantas cosas también, forzar la capacidad de innovación al máximo, ahora con gusto vemos nuevos negocios y servicios, una reinvención de emprendimientos que demuestra la magnitud de talento que existe en nuestra provincia.

Y es que, nuestra arma para las adversidades se puede entonces llamar innovación, tan distante de solo “la suerte”, ya que si hablamos de suerte definitivamente nos ponemos en aprietos, nuestra locación impide que le apostemos el futuro al cielo, nuestro mágico cielo de bosque nublado nos acompaña la mayor parte del año y creo que al menos yo nunca he podido ver una estrella fugaz en Santo Domingo, para pedir mis deseos y dejar mi futuro a la suerte, más ha quedado la perseverancia.

Quizás lo que sí tenemos sea una estrella interna, que nos mueve y mantiene, somos más aguerridos y con convicción, esforzados por los sueños y vamos conociendo en el tiempo que nada iguala a la constancia. Leía en algún lugar que “es necesario continuar haciendo lo que debe hacerse lo mejor que se pueda”, sería de sumar que se debe soportar las adversidades con determinación.

Todo es cíclico y las grandes oportunidades llegan en cualquier momento, para eso nos preparamos con trabajo y voluntad, esto que no solo aplica a los negocios, aplica a la vida, reinventarnos es parte del ser humano y encontrarnos casualmente con la suerte nos da más impulso para continuar el camino que nos corresponde y en ese andar quizás podamos ser nosotros mismo el portador de la suerte de alguien, ese apoyo oportuno, ese ánimo, esa compra en el momento indicado, todos podemos hacer magia.

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